Pablo Melchor: «Acumular experiencias nos lleva a un callejón sin salida de insatisfacción»
Está detrás de startups de éxito y ahora ha decidido volcar todos sus conocimientos en el mundo del emprendedurismo para ayudar a los demás a través de la fundación Ayuda Efectiva. Lo cuenta en un libro que se llama 'Altruismo Racional' y que presenta en Valencia
Los emprendedores están acostumbrados a hablar rápido y certero; en las rondas de financiación apenas tienen unos minutos para explicarse y que alguien les confíe ... su dinero. Además, con pocos recursos tienen objetivos muy ambiciosos que les hacen soñar a lo grande. Pablo Melchor lleva media vida metido en esta vorágine, con éxitos como Regalador, hasta que un día, allá por 2018, les dijo a sus socios que iba a parar. Que quería irse a casa para pensar qué podía aportar al mundo. El resultado es la fundación Ayuda Efectiva, y en el libro que acaba de publicar, 'Altruismo Racional', cuenta qué significa el concepto de altruismo eficaz, que surgió en Estados Unidos hace una década y ha cambiado el mundo de la cooperación internacional.
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-¿Cómo definiría en una frase a qué se dedica?
-Me dedico a financiar los programas humanitarios que con una misma cantidad de dinero salvan más vidas o ayudan a más personas.
-¿Cómo ha llegado hasta aquí?
-La trayectoria es algo sorprendente, porque he ido haciendo eses, y de alguna forma extraña esas eses me han llevado adonde estoy hoy. ¿Podría haber acabado en otro sitio? Cualquier variación pequeña podría haberme llevado a otro lugar, pero en mi cabeza todo tiene sentido. Siempre he sido un privilegiado, he tenido suerte, y además la creencia de que si tienes una capacidad, debes usarla para algo útil en el mundo. Y yo creo que puedo usar mi capacidad para mejorar ese mundo.
-Qué es Ayuda Efectiva?
-Es una fundación que recibe donaciones de particulares, de empresarios, en España, y la destina a financiar los programas humanitarios que consiguen un mayor impacto, y que centramos en salvar vidas, sobre todo de niños, o en mejorar las condiciones de vida previniendo enfermedades que pueden dejar secuelas muy graves.
-¿Cómo se toma la decisión de a qué proyectos se destinan los recursos?
-Las diferencias de impacto de cada proyecto, cuando se analizan cuidadosamente, son enormes, de hasta 100 veces. La decisión no sólo es difícil, sino que es importantísima. El dinero que destinamos a ayudar es muy poco, ojalá fuera más, y por eso es fundamental es elegir bien. Pero por primera vez en la historia existen evaluadores independientes internacionales que se lo toman en serio y dedican los mismos recursos y el mismo rigor que si esto fuera una inversión para obtener beneficios. Uno de nuestros principales socios, GiveWell, dedica 60.000 horas de investigación al año a comprobar lo que sabemos que funcionan, por ejemplo en investigación académica. También mide quién es capaz de ejecutar esos programas con mayor transparencia y fiabilidad, y por último, quién es capaz de hacerlo a un coste más bajo para poder ayudar a más personas con una misma inversión. Lo que ocurre con la mayoría de programas es que no tienen la evidencia o los datos que demuestran si funcionan o no. Porque hay gente con muy buena intención, pero sin saber si efectivamente lo que hacen ayuda.
-Es decir, no crean programas nuevos...
-No pretendemos inventar la rueda sino elegir los mejores programas que ya existen para financiarlos.
-¿De qué manera ser emprendedor le ha ayudado en esta nueva etapa?
-Como emprendedor, quieres conseguir muchas cosas con resultados limitados. Pues bien, ahora tengo mayor ambición que nunca porque el impacto que tenemos es mucho más importante, pero nuestros recursos son muy pequeños. Hasta ahora hemos canalizado 3,7 millones de euros, y está bien, pero aspiro a muchísimo más, sobre todo porque hay vidas en juego. Esa optimización de los recursos es clave. Además, ponemos el foco en los datos. Medimos el impacto de todo lo que hacemos. Por último, aprendí muchas cosas sobre cómo automatizar y cómo mejorar los procesos para hacer más. Así, con un equipo pequeño, perfectamente podríamos canalizar 10 o 100 veces más recursos, y sabemos dónde está cada céntimo en cada momento.
-¿En qué momento hizo un clic y se dio cuenta de que su vida no tenía sentido?
-Fue la acumulación de una cierta frustración, tras preguntarme durante mucho tiempo si estaba haciendo lo mejor que podía hacer con mi vida. Así que hubo un momento en que todo cambió, influido por un podcast en el que alguien reflexionaba sobre la pregunta de '¿qué quieres ser?' o '¿dónde te ves de mayor?', y en el que el protagonista siempre eres tú. Se trata siempre de mirarse al ombligo, así que se planteaba si la pregunta no debería ser '¿cómo puedo ayudar?', porque te hace mirar hacia afuera. Yo la convertí en '¿qué puedo aportar al mundo?' y decidí hablar con los inversores, con mis socios, e irme a casa para tomarme en serio esa pregunta. Encontré que ya había gente fuera de España planteándose no cómo crear la siguiente startup de éxito, sino cómo tener más impacto en beneficio de la gente más pobre del mundo. Me pareció increíble y en el fondo un privilegio poder colaborar en esa misión tan importante.
-¿Qué significa 'altruismo eficaz'?
-El concepto se refiere a utilizar la evidencia y la razón para encontrar las mejores formas de ayudar a los demás. Me pareció algo realmente muy bonito, poner toda nuestra capacidad humana al servicio de los demás.
-¿Emprendedor se nace o se aprende?
-Hay algunos aspectos temperamentales que si no los tienes es difícil ser emprendedor, o vas a sufrir de tal manera que no va a merecer la pena. Por ejemplo, la tolerancia a la incertidumbre, que es esencial. ¿Hasta qué punto puedes soportar no saber qué va a pasar con tu empresa o tu fundación en un mes o en un año? Ahora he escrito un libro, 'Altruismo Racional'. ¿Tendrá impacto, no lo tendrá? Yo estoy acostumbrado a trabajar así, y es cierto que lo puedes entrenar, pero esa tolerancia es muy innata.
-¿Qué van a encontrar en el libro las personas que se lo lean?
-Hay una primera parte que intenta revelar que vivimos en una burbuja, que somos mucho más ricos si nos comparamos con la humanidad y no sólo con nuestro entorno, en el que la electricidad o el agua corriente se da por descontado. Que el humano medio ingresa 211 euros al mes. Segundo, que casi todo lo que pensamos sobre el mundo está poco reflexionado. Tenemos una serie de respuestas un poco vagas, desde la gente que es muy cínica, que piensa que nada sirve, hasta quien tiene una visión buenista, en la que toda gotita de ayuda cuenta y yo creo que hay un punto intermedio en el que podemos ayudar más y mejor. La tercera parte del libro cuenta precisamente cómo hacerlo para que nuestra ayuda vaya más allá de las intenciones y pongamos el foco en el resultado, que es lo verdaderamente importante. Si nos sentimos bien ayudando, mejor, de hecho hay gente que dice que el altruismo no existe porque quien ayuda sólo lo hace para sentirse bien. Y yo digo: fenomenal, pero lo importante es sentirse bien obteniendo resultados. Porque te podrías sentir bien con cosas que no funcionan, por eso siempre hablo de ayudar con cabeza, además de con corazón.
-¿Siente que ha tenido éxito?
-Yo considero que he tenido suerte, y el éxito lo veo como parte de esa suerte. Trabajo más que nunca, pero con la sensación de que mi trabajo tiene sentido, que además mejora el mundo, y eso es increíble, de hecho hay mucha gente que no tiene esa fortuna.
-Ahora se fija más en el sentido; quizás antes estaba sólo en los números...
-El dinero importa mucho cuando tienes poco, pero a partir de cierto nivel tiene rendimientos decrecientes. Para una persona que no puede pagar la ropa de sus hijos esa es la prioridad uno, pero para los que tenemos una cierta comodidad lo que da sentido a la vida son otras cosas. Y yo he podido pasar de ese tener que estar pendiente de lo financiero a poder plantearme cuestiones que son mucho más enriquecedoras. Y creo que muchos empresarios llega a un momento vital en el que se lo plantean, esto para qué. Y buscan vías extrañas cuando sólo donando una parte de nuestros ingresos podemos hacer algo inimaginable. Salvar vidas no sólo está en manos de un médico o un bombero. Tú puedes salvar vidas y aquí están las cifras que lo demuestran. Están lejos, pero esos niños son igual de valiosos que nuestros hijos.
-¿Ha visto el cambio en mucha gente?
-Es curioso porque yo siempre promuevo la razón, pero no dejo de ser humano, y una de las cosas que me da mayor satisfacción es ese cambio cuando lo veo en otras personas, cuando me dicen que estas ideas han cambiado su forma de ver el mundo. La palabra que me sale es que a mí me conmueve.
-Tampoco tiene las mismas perspectivas y sueños de futuro, imagino... Ni siquiera a nivel personal.
-Ya pienso mucho menos en términos de acumular cosas o sumar experiencias. En el fondo, ahora tengo la ambición que antes no tenía, porque cuanto más crezca lo que hacemos en Ayuda Efectiva va a tener un impacto mucho más valioso; aquí crecer cada día más sí tiene sentido. Hemos ayudado a 1,2 millones de personas, pero es que hay 800 millones en pobreza extrema. Me encantaría poder multiplicar por cien las cifras.
-¿Pone acumular experiencias en el lado de la balanza de sumar bienes materiales?
-Para mí, sean cosas o experiencias, tú quieres ser protagonista; todos los mensajes que nos llegan en la actualidad van en ese sentido: como ser yo más sano, más productivo, más feliz... Siempre yo. Y eso al final lleva a un límite. Las experiencias nos llevan a un callejón sin salida de insatisfacción. Después, regresamos a la depresión por volver al trabajo, a las rutinas. En cambio, cuando ponemos el foco en los demás encontramos la satisfacción, porque lo que da sentido a nuestra vida es esa vida en relación con otros.
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