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Máximo Buch, haciendo senderismo por La Garrotxa. LP
Máximo Buch, la desconexión del caminante

Máximo Buch, la desconexión del caminante

Mochila a cuestas, bastón de trekking y a la montaña. El exconseller halla en la naturaleza una vía de escape, pero también en el running, la gastronomía, el ajedrez o los viajes. Como el de su vida, que le llevó a Namibia

José Molins

Valencia

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Domingo, 19 de agosto 2018, 19:49

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La montaña le apasiona. Esa sensación de libertad, paz y desconexión. Sobre todo desconexión. Es lo que experimenta Máximo Buch cuando sale de su despacho en los días libres. El que fuera conseller de Economía disfruta haciendo senderismo. Es feliz con una mochila a cuestas y un bastón de trekking. «Me he unido a un grupo de gente que tiene esta afición y organizamos muchas salidas. Voy a veces por senderos con una caída importante y hay unas cuerdas puestas para que te puedas sujetar por seguridad». Suele hacer al menos una escapada al mes a la montaña para desarrollar esta pasión, y siempre con un grupo de amigos más o menos fijo.

«He hecho salidas de un día, de un fin de semana o incluso de una semana entera, por ejemplo en verano. El año pasado fui a los Pirineos, al Valle de Arán. Estuvimos acampados y de allí todos los días hacíamos alguna excursión», explica Máximo Buch. «El último sitio donde he estado fue La Garrotxa, el fin de semana de Pascua», señala para mostrar su afición montañera. «Se trata de una comarca volcánica de la provincia de Girona, al lado de Olot. Son volcanes muy jóvenes, de hace 15.000 años. No es tan alto como los Pirineos y para esta época del año la temperatura es muy agradable», comenta. Buch ya piensa en su próxima escapada: «Quiero irme a El Boixar, zona próxima a Morella. La provincia de Castellón es muy rica para el senderismo, tiene mucha oferta». Depende de cómo organice el destino, elige para alojarse una casa rural, un hotel de pueblo o directamente acampa en el monte. Aunque reconoce que es «friolero» y esta última opción, más atrevida, la deja sólo para algunos días de verano. «Lo mejor es la desconexión y la relajación por estar contemplando el paisaje. Se hace un ejercicio muy sano, que es caminar; se queman calorías y estar en contacto con la naturaleza es muy agradable». Admite que luego nota mucho el cargado ambiente de Valencia cuando vuelve a la ciudad, tras haber pasado un tiempo alejado de todo: «En algunos sitios ni siquiera hay cobertura, así que la desconexión es total, no llegan wasaps. Alguna vez tropiezas y te caes, como me pasó en La Garrotxa. Me hice un rasguño en la mano pero ya está. Hay que tener cuidado».

Empresario

Fue conseller de Economía entre 2012 y 2015 con el PP. Actualmente es consejero de varias empresas, como Noatum Ports y Ernstand Young. Además, está montando una gestora de capital riesgo.

Máximo Buch también exprime su tiempo libre con otras aficiones, como el running, al que se enganchó en su etapa de conseller. «No tenía tiempo para casi nada, así que iba muchas mañanas al río, corría media hora y me despejaba antes de ir a trabajar». Se ha recuperado de una dolorosa fascitis plantar y quiere retomar las carreras. «Esta semana mismo he salido a correr varios días, me hice cinco kilómetros cada vez. Quiero completar una 10K para volver a engancharme. He llegado a disputar un medio maratón, 21 kilómetros», recuerda, aunque ahora ya no aspira a tanto. «Es una gozada correr por el río, sobre todo con este buen tiempo. La pista además cuida las rodillas, que si no sufren por el asfalto». Ya tiene estudiado el calendario y pretende correr en Alboraya y Godella en junio.

Pero también disfruta de otros momentos menos sacrificados. Es miembro de la Academia de Gastronomía de la Comunitat. «Nos suelen convocar una vez al mes y comemos en algún restaurante que tenga una carta interesante, o que esté emergiendo. Vamos probando cosas. Se contribuye a difundir los restaurantes y a impulsar que haya más lugares valencianos en las guías de referencia. Tenemos unos chefs de primer nivel», expresa. «La cocina moderna, más elaborada, es para contadas ocasiones, supone una experiencia. Pero para comer regularmente prefiero la tradicional, con productos más naturales, como un buen pescado a la brasa».

Otra de sus grandes pasiones es viajar. Un amigo de Bilbao le ha enseñado a fondo la ciudad hace unos días y dentro de poco visitará a su hermana en Milán. «Me encanta ir a lugares donde tengo amigos o familiares, te enseñan cosas que de otra forma no verías». Pero sin duda el viaje de su vida fue a Namibia, en África. «Combina desierto con aguas del Polo Sur, con lo cual sales de una duna y ves focas. Hay reservas de animales espectaculares. Vale la pena hacerlo. Comí antílope asado, está sabroso pero es impactante. Ahí no se puede hacer senderismo porque se te puede comer un león», bromea. Además, quiere ir a ver la ópera 'Tosca', juega de vez en cuando al ajedrez, en el que brillaba de niño, y está enganchado a la serie 'Black Mirror'.

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