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La alta sociedad valenciana se cita en una boda en la Ribeira Sacra gallega
Los abogados Pati Bauxauli Guillot y Javier Máximo Juárez Olmos eligen Galicia para celebrar su casamiento en un antiguo monasterio benedictino
Hay una luz muy especial que se da justo antes de la hora azul, ese breve momento del día después del atardecer en el que ... la luz del sol se dispersa creando una tonalidad azul intensa y saturada en el cielo, en contraste con las luces artificiales que ya están encendidas. Las fotografías en ese momento del día son casi mágicas, sobre todo si tienen como protagonista un entorno arquitectónico monumental como el Parador de Santo Estevo, un antiguo monasterio benedictino en plena Ribeira Sacra, en Ourense.
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Allí, rodeados de bosques de castaños, robles y pinos, justo antes de que comenzase a anochecer, celebraron su banquete de boda Pati Baixauli Guillot y Javier Máximo Juárez Olmos.
Los novios son valencianos, los dos abogados en Valencia, ella trabaja en el bufete de Gómez-Acebo y él en Anaford. La ceremonia religiosa fue en la Catedral de San Martín, uno de los grandes templos románicos españoles. La nave central de la catedral estaba repleta de familiares y amigos que vinieron desde Valencia para acompañar a Pati y a Javi en ese día tan importante. Los novios subieron la escalinata de acceso a la entrada principal flanqueados por dos docenas de gaiteiros. La ceremonia fue muy solemne, no solo por el entorno de la catedral y la decoración floral, sino por la música del órgano, violines y solistas.
La novia llevó un vestido diseñado por Álex Vidal, de raso y seda blanco. Los zapatos también tenían sello valenciano, en este caso de Lola Cruz, buena amiga de los novios y también invitada a la boda. La madrina, Paz Olmos, exdirectora del Museo de Bellas Artes de Valencia, iba muy elegante con un vestido de Edgar Molina de raso de seda y gasa de seda en tono bicolor con una mantilla cruda de encaje de Granada. El chaqué del novio fue hecho a medida en Scalpers. El padrino fue el padre de la novia, el abogado valenciano Ignacio Baixauli. Los novios estuvieron acompañados por sus padres, la madre de la novia Mayte Guillot y el padre del novio Javier Máximo Juárez, notario de Valencia. Actuaron de testigos la hermana del novio, Paz Juárez -notaria de Barcelona-, y el hermano de la novia Ignacio Baixauli, que vive en Ginebra, además de una docena de amigos y amigas del novio, que formaron el cortejo de testigos.
La música de los gaiteros también acompañó a los recién casados que salieron entre aplausos y pétalos de rosa hasta el coche que les llevó hasta el parador de Santo Estevo del rio Sil. El aperitivo se sirvió en el amplio claustro de los obispos y fue muy gallego: pulpo cocinado por una pulpeira, además de la tradicionales empanadas gallegas y vieiras. «El marisco es imprescindible en las bodas gallegas y en esta ocasión no podía faltar y fue muy valorado por los valencianos asistentes», recuerda Paz Olmos. Entre los invitados de Valencia, estuvieron José María Cid y Covadonga y Majo Corell y José Prefaci -presidente de la Pila de San Vicente, asociación de la que hubo una amplia representación, como Alberto de Rosa, al igual que de notarios y registradores de la propiedad, como Ricardo Tabernero -notario de Alzira-, amigos del padre del novio, y registradores como Juan Carlos Ramón con su mujer Inma Sobrino y Manuel Uña y su mujer Tani Ivars.
Tras la cena, los novios abrieron el baile con el tema de Alphaville «Forever Young», ese que nos hace llorar a todas porque nos recuerda nuestra adolescencia. Luego siguió la fiesta en el claustro más antiguo del monasterio con música en directo del grupo La Patrulla y un DJ que hizo bailar a los invitados hasta las seis de la madrugada.
«Fue una boda de las que se recuerdan, por la impresionante catedral con los tamborileiros, gaiteros y panderetas a lo largo de la gran escalinata y el convite en el magnífico Parador de Santo Estevo, donde estábamos muchos alojados», recuerda Inma Sobrino, que compartió el viaje con muchas amigas de la Orden del Querer Saber. También acudieron a la boda Eva Bataller, Amparo Castañer, Lola Escandell, María del Mar Vilanova, Néstor Muñoz o Paqui Sauri y su marido, Toni Mollà, que coincidieron la noche anterior a la boda con Alberto Núñez Feijoo. Los invitados a la boda también hicieron un pequeño crucero por los cañones del río Sil y la Ribeira Sacra.
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