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Jueves, 5 de septiembre 2019, 01:00

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Beatriz Abril empezó a trabajar desde muy joven en la agencia de publicidad de su padre, hasta que se independizó y cambió una profesión por su gran pasión: el yoga. Su fondo de armario refleja perfectamente este concepto de vida. Abundan las prendas cómodas: vestidos de algodón, pantalones anchos, zapatillas, todo con un punto hippy como los estampados desteñidos y los tejidos de ganchillo. «Hace diez años me arreglaba muchísimo más, pero ahora tengo tendencia a la comodidad.

FOTOS: IRENE MARSILLA | TEXTO: BEGOÑA CLÉRIGUES
Beatriz Abril empezó a trabajar desde muy joven en la agencia de publicidad de su padre, hasta que se independizó y cambió una profesión por su gran pasión: el yoga. Su fondo de armario refleja perfectamente este concepto de vida. Abundan las prendas cómodas: vestidos de algodón, pantalones anchos, zapatillas, todo con un punto hippy como los estampados desteñidos y los tejidos de ganchillo. «Hace diez años me arreglaba muchísimo más, pero ahora tengo tendencia a la comodidad.
Beatriz Abril empezó a trabajar desde muy joven en la agencia de publicidad de su padre, hasta que se independizó y cambió una profesión por su gran pasión: el yoga. Su fondo de armario refleja perfectamente este concepto de vida. Abundan las prendas cómodas: vestidos de algodón, pantalones anchos, zapatillas, todo con un punto hippy como los estampados desteñidos y los tejidos de ganchillo. «Hace diez años me arreglaba muchísimo más, pero ahora tengo tendencia a la comodidad.

Beatriz Abril empezó a trabajar desde muy joven en la agencia de publicidad de su padre, hasta que se independizó y cambió una profesión por su gran pasión: el yoga. Su fondo de armario refleja perfectamente este concepto de vida. Abundan las prendas cómodas: vestidos de algodón, pantalones anchos, zapatillas, todo con un punto hippy como los estampados desteñidos y los tejidos de ganchillo. «Hace diez años me arreglaba muchísimo más, pero ahora tengo tendencia a la comodidad.

FOTOS: IRENE MARSILLA | TEXTO: BEGOÑA CLÉRIGUES
Beatriz Abril empezó a trabajar desde muy joven en la agencia de publicidad de su padre, hasta que se independizó y cambió una profesión por su gran pasión: el yoga. Su fondo de armario refleja perfectamente este concepto de vida. Abundan las prendas cómodas: vestidos de algodón, pantalones anchos, zapatillas, todo con un punto hippy como los estampados desteñidos y los tejidos de ganchillo. «Hace diez años me arreglaba muchísimo más, pero ahora tengo tendencia a la comodidad.
Beatriz Abril empezó a trabajar desde muy joven en la agencia de publicidad de su padre, hasta que se independizó y cambió una profesión por su gran pasión: el yoga. Su fondo de armario refleja perfectamente este concepto de vida. Abundan las prendas cómodas: vestidos de algodón, pantalones anchos, zapatillas, todo con un punto hippy como los estampados desteñidos y los tejidos de ganchillo. «Hace diez años me arreglaba muchísimo más, pero ahora tengo tendencia a la comodidad.

Beatriz Abril empezó a trabajar desde muy joven en la agencia de publicidad de su padre, hasta que se independizó y cambió una profesión por su gran pasión: el yoga. Su fondo de armario refleja perfectamente este concepto de vida. Abundan las prendas cómodas: vestidos de algodón, pantalones anchos, zapatillas, todo con un punto hippy como los estampados desteñidos y los tejidos de ganchillo. «Hace diez años me arreglaba muchísimo más, pero ahora tengo tendencia a la comodidad.

FOTOS: IRENE MARSILLA | TEXTO: BEGOÑA CLÉRIGUES
Beatriz Abril empezó a trabajar desde muy joven en la agencia de publicidad de su padre, hasta que se independizó y cambió una profesión por su gran pasión: el yoga. Su fondo de armario refleja perfectamente este concepto de vida. Abundan las prendas cómodas: vestidos de algodón, pantalones anchos, zapatillas, todo con un punto hippy como los estampados desteñidos y los tejidos de ganchillo. «Hace diez años me arreglaba muchísimo más, pero ahora tengo tendencia a la comodidad.
Beatriz Abril empezó a trabajar desde muy joven en la agencia de publicidad de su padre, hasta que se independizó y cambió una profesión por su gran pasión: el yoga. Su fondo de armario refleja perfectamente este concepto de vida. Abundan las prendas cómodas: vestidos de algodón, pantalones anchos, zapatillas, todo con un punto hippy como los estampados desteñidos y los tejidos de ganchillo. «Hace diez años me arreglaba muchísimo más, pero ahora tengo tendencia a la comodidad.

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FOTOS: IRENE MARSILLA | TEXTO: BEGOÑA CLÉRIGUES
Beatriz Abril empezó a trabajar desde muy joven en la agencia de publicidad de su padre, hasta que se independizó y cambió una profesión por su gran pasión: el yoga. Su fondo de armario refleja perfectamente este concepto de vida. Abundan las prendas cómodas: vestidos de algodón, pantalones anchos, zapatillas, todo con un punto hippy como los estampados desteñidos y los tejidos de ganchillo. «Hace diez años me arreglaba muchísimo más, pero ahora tengo tendencia a la comodidad.
Beatriz Abril empezó a trabajar desde muy joven en la agencia de publicidad de su padre, hasta que se independizó y cambió una profesión por su gran pasión: el yoga. Su fondo de armario refleja perfectamente este concepto de vida. Abundan las prendas cómodas: vestidos de algodón, pantalones anchos, zapatillas, todo con un punto hippy como los estampados desteñidos y los tejidos de ganchillo. «Hace diez años me arreglaba muchísimo más, pero ahora tengo tendencia a la comodidad.

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Beatriz Abril empezó a trabajar desde muy joven en la agencia de publicidad de su padre, hasta que se independizó y cambió una profesión por su gran pasión: el yoga. Su fondo de armario refleja perfectamente este concepto de vida. Abundan las prendas cómodas: vestidos de algodón, pantalones anchos, zapatillas, todo con un punto hippy como los estampados desteñidos y los tejidos de ganchillo. «Hace diez años me arreglaba muchísimo más, pero ahora tengo tendencia a la comodidad.
Beatriz Abril empezó a trabajar desde muy joven en la agencia de publicidad de su padre, hasta que se independizó y cambió una profesión por su gran pasión: el yoga. Su fondo de armario refleja perfectamente este concepto de vida. Abundan las prendas cómodas: vestidos de algodón, pantalones anchos, zapatillas, todo con un punto hippy como los estampados desteñidos y los tejidos de ganchillo. «Hace diez años me arreglaba muchísimo más, pero ahora tengo tendencia a la comodidad.

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Beatriz Abril empezó a trabajar desde muy joven en la agencia de publicidad de su padre, hasta que se independizó y cambió una profesión por su gran pasión: el yoga. Su fondo de armario refleja perfectamente este concepto de vida. Abundan las prendas cómodas: vestidos de algodón, pantalones anchos, zapatillas, todo con un punto hippy como los estampados desteñidos y los tejidos de ganchillo. «Hace diez años me arreglaba muchísimo más, pero ahora tengo tendencia a la comodidad.
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Beatriz Abril empezó a trabajar desde muy joven en la agencia de publicidad de su padre, hasta que se independizó y cambió una profesión por su gran pasión: el yoga. Su fondo de armario refleja perfectamente este concepto de vida. Abundan las prendas cómodas: vestidos de algodón, pantalones anchos, zapatillas, todo con un punto hippy como los estampados desteñidos y los tejidos de ganchillo. «Hace diez años me arreglaba muchísimo más, pero ahora tengo tendencia a la comodidad.

Beatriz Abril empezó a trabajar desde muy joven en la agencia de publicidad de su padre, hasta que se independizó y cambió una profesión por su gran pasión: el yoga. Su fondo de armario refleja perfectamente este concepto de vida. Abundan las prendas cómodas: vestidos de algodón, pantalones anchos, zapatillas, todo con un punto hippy como los estampados desteñidos y los tejidos de ganchillo. «Hace diez años me arreglaba muchísimo más, pero ahora tengo tendencia a la comodidad.

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lasprovincias El armario de Beatriz Abril, fuerte y relajada