Puig se ve con el presidente catalán por tercera vez en un año

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JC. Ferriol Moya

Puig y Aragonés se reunirán, así, por tercera vez en catorce meses, en un acercamientos entre ambos gobiernos. Pere Aragonés tomó los mandos de la Generalitat en septiembre de 2020, después de que el Tribunal Supremo confirmara la condena de un año y medio de inhabilitación por un delito de desobediencia al entonces presidente de la Generalitat, Quim Torra, por desobedecer a la Junta Electoral Central al no retirar la pancarta sobre los presos y los lazos amarillos del Palau de la Generalitat durante el periodo electoral de abril de 2019. El político de Esquerra Republicana, hasta entonces vicepresidente, fue investido president un año después, a pesar de la victoria electoral del PSC. Con un perfil más moderado que el de su antecesor, pero sin renunciar a la deriva secesionista que monopoliza la hoja de ruta de las instituciones catalanas, se ha convertido en uno de los presidentes con los que más se ve el valenciano. La primera visita la realizó Puig a Barcelona, con Aragonés todavía en funciones. Después, en septiembre de este año, ya investido president, Aragonés visitó el Palau de la Generalitat, en Valencia, en una cumbre bilateral, «con la finalidad de abordar ámbitos de colaboración conjunta y fortalecer la relación entre los dos gobiernos», dijeron entonces.

Ahora, Puig vuelve a Cataluña en un gesto que para la oposición representa una vuelta de Puig a las esencias. Un paso en falso que vuelve a acercar al presidente valenciano a una zona peligrosa que genera rechazo en la Comunitat.