El número dos de De Miguel confiesa que le obligó a prevaricar en Gürtel
Enrique Navarro, exjefe de gabinete de Bienestar Social, admite que favorecieron al Bigotes para congraciarse con Francisco Camps
La última pieza del caso Gürtel con raíces valencianas sigue sumando confesiones. La más reciente ha sido la de Enrique Navarro, el que fuera ... jefe de gabinete de la consellera Alicia de Miguel. Su conformidad, un pacto con la Fiscalía en el que se reduce la pena a cambio de reconocer su culpabilidad, incorpora un elemento añadido: su actuación fue para cumplir las órdenes de De Miguel en un intento de ganarse la atención del presidente Francisco Camps.
Se trata del primer exalto cargo de aquel Gobierno del PP que relata con precisión y apuntando directamente a sus superiores cómo se favoreció a la trama, capitaneada por Álvaro Pérez, 'el Bigotes', en la Comunitat.
El juicio arranca en la Audiencia Nacional el próximo mes de enero. Navarro admite ser la persona que estaba en el centro de las contrataciones, el contacto con las adjudicatarias para que todo se desarrollara de manera correcta.
El responsable admite que prevaricó «al ejecutar las decisiones adoptadas por la consellera en relación con las contrataciones por ella decididas en relación con la empresa Orange Market», la filial de Gürtel en la Comunitat. El número dos de De Miguel, representado por el letrado Emilio Pérez Mora, obtiene una satisfactoria rebaja de pena. Se le impondrán nueve años de inhabilitación especial, pero acotada a cargos de libre designación. Es decir, que puede continuar con su carrera de funcionario.
Los hechos, al parecer, acontecieron en el primer trimestre de 2006. «De Miguel me llamó a su despacho donde me presentó a Álvaro Pérez». Allí, en la sede de la conselleria de Bienestar Social, le indicó su intención de contratarlo «para potenciar la imagen de las políticas de la consellería en materia de mujer y lucha contra la violencia de género». El exjefe de gabinete recuerda que Pérez ya trabajaba de forma «habitual» en otras consellerias del Gobierno valenciano.
Navarro subraya que en aquel periodo, Álvaro Pérez –que ha reconocido su culpabilidad y ha cargado contra el expresidente Camps– «se había convertido en un personaje notorio entre los consellers y De Miguel era conocedora de la buena relación que existía entre este y Ricardo Costa, entonces secretario general del PP». De igual modo, en el escrito de confesión, destaca su cercanía a Francisco Camps. «De forma que contratarlo era una manera de congraciarse con el presidente, en un momento muy tenso de las relaciones entre los campistas y zaplanistas», una división que amenazó durante años la cohesión de la formación. En ese escenario, «De Miguel era la cabeza más visible de este segundo sector del Consell».
El relato incriminatorio de Navarro aún añade más carga contra su superiora. «La consellera me indicó que era urgente la tramitación de la contratación con Orange Market por lo que no se formalizó un expediente de contratación al efecto, tal y como establece la Ley de Contratos».
Francisco Camps arremetió contra Anticorrupción por los pactos que paulatinamente se van conociendo. La defensa del expresidente sostuvo que se incumple su propio protocolo para este tipo de acuerdos extrajudiciales. «Las conformidades deben ser un mero allanamiento a la acusación, pero no convertirse en un escrito incriminatorio».
Alicia de Miguel ha descartado cualquier tipo de acuerdo con las acusaciones. Recientemente, de hecho, presentó un escrito para que se reclamara a la conselleria de Bienestar Social los datos de las contrataciones que se hicieron durante su etapa y el porcentaje que suponen las de Gürtel con el resto. Es una de las tres consellers acusados que se mantienen fieles a Camps. El expresidente se enfrenta a dos años y medio de cárcel. Su último juicio pendiente tras haber sido absuelto de todos los casos de corrupción que ha afrontado.
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