¿Pero por qué no se hablan?
El muro levantado entre Gobierno y Generalitat un año después de la dana lastra la recuperación en la zona cero y alienta el descrédito de la política
De aquel «¿por qué no te callas?» de Juan Carlos I a Hugo Chávez han pasado ya 18 años. El disparatado expresidente de Venezuela tratando ... de confrontar con Rodríguez Zapatero más allá del mínimo respeto institucional. El exceso de locuacidad, la incontenencia verbal, el charlatanismo para no decir nada… y sin embargo, aquí y ahora, un año después de la dana más terrible, cuando más falta haría el diálogo entre administraciones, el silencio más absoluto. La nada. Ni diálogo ni contacto ni nada que se le parezca entre el Gobierno central –léase Pedro Sánchez- y el autonómico, con Carlos Mazón a la cabeza. Un muro levantado entre ambos, incapaces de constituir una comisión mixta para ordenar las prioridades de la reconstrucción, de sentarse a hablar de las necesidades de la provincia de Valencia, de actuar como políticos de altura.
El último contacto entre Sánchez y Mazón, antes del que tendrán en el funeral de Estado, fue la conferencia de presidentes autonómicos celebrada en Barcelona, en junio de este año. Ni que decir tiene que ni era el foro adecuado para abordar la recuperación de Valencia ni sirvió para acercar posturas entre ambas administraciones. La autonómica viene exigiendo ese contacto y viene reclamando la constitución de esa comisión mixta. El Gobierno central dice, lo ha repetido este miércoles la Comisionada del Gobierno Zulima Pérez, que ni este miércoles ni en las próximas fechas hay prevista reunión alguna entre ambos.
La comisionada del Gobierno para la reconstrucción reconoce que no hay previsión de reunión
Y mientras tanto, el Gobierno pone toda la presión sobre el presidente valenciano para tratar de forzar su salida. «No puedo decir error, tengo que decir negligencia. Si no, no hubiesen estado un año entero intentando tapar lo que saben que hicieron mal», ha señalado la delegada del Gobierno Pilar Bernabé en la Cadena Ser.
Gobierno y Generalitat nombraron, eso es así, a sus respectivos comisionados para que se encargaran de coordinar la reconstrucción. El elegido por la administración valenciana para esa labor fue el vicepresidente Gan Pampols. El Gobierno situó al exsecretario autonómico con el Botànic José María Ángel, hasta que la polémica por una titulación falsa le obligó a presentar su dimisión. Ambos se conocían previamente, incluso se dijo que tenían buena relación personal. Mantuvieron algún contacto, escasos, hasta que el teniente general asumió que el representante del Gobierno ofrecía pocas o ninguna respuesta a sus iniciativas.
«En todo lo que se ha hecho, desde el primer momento, procuré que la coordinación (con el Gobierno central) fuera efectiva y no hemos sido capaces de compatibilizar, ni siquiera de compartir puntos de aproximación para un diagnóstico, un plan conjunto, un desarrollo de iniciativas, para una dotación presupuestaria, para una velocidad y para una coordinación efectiva. Me llevo la peor de las imágenes, desde luego», admitía Gan Pampols en una entrevista en 20minutos.
A Ángel, hasta entonces también presidente del PSPV, le sustituyó Zulima Pérez, también exsecretaria autonómica con el Botànic. Este miércoles, ante las cámaras de À Punt, la comisionada admitía que Sánchez y Mazón no tienen previsto mantener un encuentro ni antes ni después del funeral de Estado. Además, tampoco hay en agenda, según dijo literalmente, ninguna convocatoria para que ambos se sienten sobre la mesa y aborden la reconstrucción. Pérez recalcaba que la jornada de este 29 de octubre debe dedicarse por completo a las víctimas, y que las ayudas del Ejecutivo central están llegando. La carrera de las ayudas, la constante pugna de los relatos, contribuye a alejar aún más si cabe, la coordinación entre administraciones.
Así que la falta de contacto entre Gobierno y Consell se mantiene. Y todo el foco político se sitúa en la situación política de Mazón, obligado aún un año después de la riada a dar explicaciones sobre su agenda en las horas más críticas, incapaz de cerrar el capítulo de su comida en el Ventorro con Maribel Vilaplana.
Todo el foco político se mantiene en Mazón y en su agenda la tarde del 29 de octubre de 2024
Y sea o no para ceder todo el protagonismo al desgaste del presidente valenciano, la falta de diálogo entre administraciones se mantiene. Martínez Mus, este miércoles negaba que existiera una mejor relación con el gobierno central. «El presidente ha reclamado en numerosas ocasiones una reunión porque como Consell nos toca reclamar lo que nos dicen los ciudadanos, pero el Gobierno no está siendo receptivo y ni siquiera se ha convocado una comisión mixta».
¿Y por qué no se hablan? Algunas fuentes apuntan al perfil de los dos protagonistas de ese diálogo de sordos que parecen protagonizar Mazón y Sánchez. Uno, por su propia situación política de debilidad; el otro, porque sólo parece interesado en forzar la caída del adversario político. Al final, entre ambos, la falta de diálogo y el descrédito de la política. Y mientras, los ciudadanos atónitos a un ejercicio de incapacidad política que lastra las expectativas de recuperación de la zona cero de la dana.
«La alta política ha dejado paso al populismo», admite una fuente parlamentaria. Los intereses de partido, las supervivencias, lo ocupan todo y dejan sin espacio la capacidad para el diálogo y el entendimiento. «Para que haya buena política tiene que haber buenos políticos», se señala. Y la incapacidad siquiera para sentarse a hablar del presidente valenciano y del jefe del Ejecutivo central no les identifica como tales. La política actual hace tiempo que dejó de ser una labor destinada de forma prioritaria a propiciar el bien común. Las trincheras, los muros y lo que ahora se conoce como la polarización quiebra todos los puentes. «Si hasta para renovar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) se tuvo que recurrir a un mediador europeo», se recuerda.
La frase «un mal político piensa en las próximas elecciones; un buen estadista, en la próxima generación» atribuida a James Freeman Clarke se queda corta en el panorama político actual. «No se piensa ni en las próximas elecciones, sino en la próxima encuesta», admite otro interlocutor. El muro que separa a Sánchez y Mazón parece un mecanismo de defensa, con el que evitar que las declaraciones que una y otra parroquia hacen del adversario derivaran en algo más que palabras. Pero en el caso de la dana, esa muralla defensiva se convierte en un drama para los valencianos y en una declaración que contribuye al descrédito de la política.
«Un mal político piensa en las próximas elecciones; un buen estadista, en la próxima generación»
La encuesta de GAD3 para LAS PROVINCIAS y ABC vaticina generosos aumentos de votos, y de escaños, para Vox y Compromís, que aprovechan el desgaste de los dos grandes partidos en la Comunitat. Sin hacer grandes propuestas, y en algún caso sin hacerlas tampoco pequeñas, pero recibiendo un apoyo ciudadano creciente, incluso sin perfiles de candidatos electorales definidos. Sólo como consecuencia de la incapacidad de PP y PSOE para sustraerse de cuadrilátero electoral permanente, que lejos de dudar los 15 días de campaña se extiende durante los cuatro años que van de cita a cita electoral.
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