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Fractura en el tripartito con las urnas en el horizonte

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El PSPV trata de vender su gestión con Sánchez y aislar a Compromís

Viernes, 24 de agosto 2018, 12:09

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La cordialidad entre el PSPV y Compromís ha saltado por los aires tras el voto favorable de los socialistas al aumento del déficit y la polémica por una comisaría para víctimas de violencia de género cuyas competencias están en manos de Oltra. La atmósfera entre los dos socios del Consell se percibe hoy contaminada de reproches y falta de lealtad. Podemos, el apoyo fuera de la Administración que sustenta el Botánico, sólo contribuye a extender las malas vibraciones.

Nadie parece estar ya del todo contento en este tablero. Y lo más desconcertante: todos dan argumentos para culpar al contrario. El lío hoy es formidable. Fuentes de vicepresidencia temen que detrás de esta estrategia exista una motivación electoral. La proximidad de las elecciones amenaza con un final de legislatura ciertamente convulso. Es el PSPV quien parece haber iniciado este camino por significar claramente sus políticas, sus acciones, en un «intento por apuntarse los éxitos», apuntan desde el entorno de vicepresidencia.

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Podemos y Compromís ven en estas maniobras del PSPV una estrategia orientada a sacar rédito electoral de la llegada de Pedro Sánchez a La Moncloa. Una oportunidad para vender una gestión conjunta en ambas administraciones que supuestamente depara beneficios a la Comunitat. Sin embargo, desde la coalición nacionalista consideran que la postura del PSPV -con estas dos acciones tan consecutivas y de clara invasión de competencias- les ha dejado en evidencia. Todo lo anterior podría generar ese escenario propicio para una convocatoria anticipada de elecciones. Oltra mantiene su postura: «El presidente y yo coincidimos en que no hay motivo para el adelanto electoral».

Estañ dice que el PSPV no actúa «como Consell»

Antonio Estañ, secretario general y portavoz de Podemos en Les Corts, consideró ayer que los socialistas «están actuando más como partido que como Consell y está celebrando como un triunfo algo que el Gobierno ya ha hecho con otras ciudades», de manera que mediante esta negociación «ha encontrado una excusa», ya que «tenía muchas ganas de votar a favor».

La habitual tranquilidad de agosto se rompió este miércoles. Compromís asegura que se enteró del cambio de postura del Consell en el Consejo de Política Fiscal y Financiera después de que ya se hubiera producido el voto favorable a la propuesta del Ministerio de Hacienda, que en síntesis no variaba de la última que el PSPV rechazó con el PSOE ya en el Gobierno. La gran novedad en cuanto a compensación era que el Ejecutivo asumiría la deuda de la Marina. Mónica Oltra, en unas declaraciones en la Cadena Ser, incidió ayer en la unilateralidad de la maniobra por parte del PSPV, lamentó la falta de diálogo y recordó que entre socios de gobierno debe primar la lealtad, una forma edulcorada de acusar a los socialistas de deslealtad. «Esto es una distorsión en una coalición», subrayó.

Oltra recuerda que «debe primar la lealtad»

Mónica Oltra cargó contra el PSPV, aunque a lo largo de la mañana bajó el tono. Se quejó de que el presidente no tuviera un minuto para telefonearla, que se ha producido una «distorsión» y que en un gobierno de dos debe primar «el acuerdo, el diálogo y la lealtad». Sostiene que resulta difícil justificar un cambio de voto -de la abstención al sí- en el Consejo de Política Fiscal si no hay un calendario para reformar el sistema.

En el PSPV, en cambio, sostienen que desde primera hora de la mañana se informó a Oltra de la postura del Consell y que sólo la apoyarían si conseguían alguna ventaja concreta para la Administración. Finalmente, ésta fue la asunción de la deuda de la Marina. Sí es cierto que ninguna de las peticiones que propuso la vicepresidenta para que el Consell diera su apoyo se cumplieron finalmente. Entre ellas, como ayer insistió en la inauguración de la Feria del Vino de Requena, se encuentra el asunto del cambio del modelo de financiación. «Hay acuerdos que son mejorables y éste lo es, porque la Comunitat tiene un maltrato singular desde hace décadas», insistió. El malestar terminó de cocinarse cuando la vicepresidenta conoció, por sorpresa, la novedosa iniciativa de la consellera de Justicia, Gabriela Bravo. A través de una red social, a última hora del miércoles y en una serie de mensajes muy elaborados, trató de poner límites a lo que considera una clara invasión de competencia. Bravo anunció que montará, en colaboración con el Gobierno, una comisaría especializada en violencia de género que se ubicará en la Ciudad de la Justicia de Valencia. Sin embargo, las dos formaciones que integran el Ejecutivo valenciano no terminan de aclararse sobre qué consellería tiene las competencias. La intención era llamar la atención acerca del exceso que a su juicio había cometido Bravo. Oltra evitó ayer cargar más las tintas con su compañera de Gobierno, a quien nunca le ha unido un especial feeling. La vicepresidenta espera una rectificación en septiembre o como mal menor que su proyecto también salga adelante. «Son compatibles», dijo respecto a la comisaría de Bravo.

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«Lo que ha habido es una deslealtad de Compromís. En privado puede mostrar diferencias de criterio», señalaba ayer un alto cargo del PSPV, que exige «apoyo» de sus socios cuando lo aprobado es positivo. «Vamos a negociar los presupuestos de la Generalitat. ¿Los van a apoyar?», se preguntaba. «Pedimos nuevo modelo de financiación pero no nos quedamos sentados a esperar que nos los traigan».

En Les Corts la tensión entre los socios del Botánico también era visible en el ambiente y los pocos diputados de los diferentes partidos presentes no dejaban de escenificarlo. Mientras que en Compromís los parlamentarios arremetían contra sus socios, el PSPV evitaba pronunciarse sobre la polémica esquivando las preguntas de los periodistas. En este contexto, Podemos no dudaba en señalar que los partidos ya están en modo preelectoral.

Críticas de otras autonomías

Otras autonomías han mostrado su malestar con las condiciones obtenidas por la Comunitat. El presidente del PAR, Arturo Aliaga, consideró «preocupante» el cambio de voto de la Comunitat por una negociación «a la carta» del Gobierno. «Esto no es de recibo», lamentó. El PP de Murcia, por su parte, fue un paso más allá y calificó de «compra de voto» el cambio de postura de la Generalitat. «Asistimos a una compra descarada de votos, con el regalo de 850 millones a Valencia, que está gobernada por el PSOE».

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