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El diputado Carlos Gil, en su toma de posesión. Raquel bulaila
El exdiputado del PP acusado de maltrato se aferra al acta y se pasa a los no adscritos

El exdiputado del PP acusado de maltrato se aferra al acta y se pasa a los no adscritos

Carlos Gil comunica a la Diputación que seguirá como representante fuera del PP y aún es una incógnita que hará como alcalde de Benavites

A. Rallo

Valencia

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Miércoles, 10 de febrero 2021, 14:05

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Carlos Gil, el ya exdiputado del Partido Popular acusado de un delito de violencia de género, no renunciará a su acta tal y como el pasado martes le pidió el presidente de su partido, Vicente Mompó, minutos después de expulsarlo del grupo popular en la Diputación. Gil presentó en la mañana de ayer un escrito por registro de entrada en el que comunica su pase al grupo de no adscritos en la institución provincial. Esto se trasladará ahora a los respectivos portavoces de cada partido.

La decisión de Gil entraba dentro de las posibilidades ya que solo él puede renunciar a la representación. Será el primer integrante del grupo de no adscritos en esta legislatura.

De igual modo, podría seguir como alcalde de Benavites, aunque ya no pertenezca al PP local. En definitiva, no ha seguido el criterio que marcó su superior cuando le sugirió que el abandono definitivo era la mejor salida para este delicado asunto.

A Carlos Gil, la Fiscalía le pide diez meses de cárcel por maltrato a su exmujer. Un asunto personal, alejado de sus funciones como responsable político, pero que iba a generar un constante desgaste personal y también a su partido en caso de no mover ficha. El procesamiento se produjo hace ya un mes, aunque se conoció la semana pasada, tal y como adelantó LAS PROVINCIAS. El presidente Mompó ganó tiempo entonces y evitó cuestionar a su compañero de partido.

Pero la paciencia de Mompó se agotó el martes, sólo 24 horas después de que la Fiscalía pidiera cárcel para su compañero de partido. Mompó emitió un comunicado en el que señaló que Gil dejaba de pertenecer al grupo del PP en la Diputación y donde le pedía, además, que renunciara a su acta. El dirigente popular, sin embargo, ha desatendido las indicaciones de su superior.

Carlos Gil se enfrenta a un juicio tras un supuesto episodio violento con su mujer. El diputado llegó a levantarle la mano a su expareja, con la que se encontraba en trámites de separación, en presencia de su hija. Además, supuestamente trató de arrebatar el móvil a la víctima cuando esta llamaba a la Policía y posteriormente, la sujetó del brazo y le dijo: «Hija de puta, te vas a quedar sola y sin un duro». Todo esto siempre según el relato de hechos que recoge la Fiscalía. El ministerio público, al margen de la pena de prisión, reclama también una orden de alejamiento durante dos años y la prohibición de que el excargo popular pueda tener licencia de armas.

La presión sobre Gil y el PP iba a seguir incrementándose hasta la celebración de juicio en caso de que no se adoptaran medidas para separar al partido de este delicado asunto. Hasta la fecha no hay precedentes de diputados con una petición de pena por un delito de violencia de género. Se da la circunstancia de que Mompó había reclamado la dimisión de Jorge Rodríguez nada más ser procesado por el caso Alquería mientras guardaba silencio con su compañero, ahora ya acusado. Una posición que con el paso de las horas se convirtió en inasumible. Y más después que de Isabel Bonig, durante una rueda de prensa, instara directamente a Mompó a que actuara de manera más drástica.Mompó pasó el miércoles un día especialmente intenso con conversaciones con la sede central de los populares, pero también con la dirección autonómica, para zanjar de la manera más rápida la crisis abierta en la Diputación.

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