
Secciones
Servicios
Destacamos
Burguera
Miércoles, 28 de mayo 2025, 23:07
Era una ciudad con mar, una noche, después de un pleno... un pleno muy largo. Como en la canción de Sabina, pero no desnudos al ... amanecer, la Luna se encontró con los diputados de Les Corts votando. PP y Vox habían tenido la idea el lunes de reconcentrar el pleno para la aprobación del presupuesto, las cuentas de la Generalitat para este año. La dana retrasó su confección, en un principio. Luego fue la falta de acuerdo entre Vox y PP, porque el PSPV, cuya líder aseguró tras la dana que votaría a favor de las cuentas de manera «incondicional», luego cambió de opinión. Así que durante el mes de febrero se rehizo el calendario parlamentario varias veces porque no había manera de concretar cuándo se votaría. Finalmente, populares y voxistas decidieron que sería en un pleno durante los días 28 y 29 de mayo. Pero en Les Corts nunca hay que descartar nuevos giros de guión. El más difícil todavía fue cuando el lunes, la Mesa de Les Corts, en la que el PSPV no está y en la que el PP cuenta con mayoría absoluta, decidió que se podía resumir todo en un solo día. ¿Pudiendo hacerlo en un día, para qué en dos? Los voxistas comentaron que no iban a estar en la Cámara hasta la madrugada votando. Poco ha faltado. Finalmente se ha comenzado a votar a las 22 horas, después de que la presidenta de Les Corts, Llanos Massó, haya querido dejar constancia la tristeza del parlamento por el fallecimiento de Ovidi, su mítico ujier, el primero con síndrome de down que trabajó en la Camara.
La Mesa, donde manda la derecha, había previsto que empezaría la votación «nunca antes de las 19.30 horas». No se quisieron pillar los dedos porque, ciertamente, no se votó hasta dos horas y media después, en mitad ya de cierta algarabía porque cuando se lleva más horas de la cuenta trabajando, de la molestia se pasa al agotamiento y de ahí llega la risa floja. Pudo haber sido peor.
A las 14 horas comenzó a cundir el pánico en la bancada de la derecha. El PSPV pidió que se celebrase una Junta de Síndics con el fin de pedir que se votasen por separado «una serie de enmiendas»... en cada sección. Teniendo en cuenta que hay decenas de secciones, eran centenares de votaciones. «Nos quedamos aquí hasta las tres de la mañana», comentó un diputado. Entre sus señorías empezó a circular chistes sobre pijamas.
La total y absoluta falta de entendimiento entre la derecha y la izquierda valencianas se ha trasladado también al pleno del presupuesto. No en el sentido del voto, que sería lo lógico y habitual. De hecho, los acuerdos entre todos los grupos para pactar cualquier cosa de unas cuentas orientadas a la reconstrucción tras la dana han sido ninguno, inexistentes. Sin nada que pactar entre todos, tampoco han sido capaz de pactar el funcionamiento y el procedimiento de las votaciones. Así pues, el PSPV incluso había pedido un informe jurídico para ver si sus pretensiones eran legales o no para alargar las votaciones. La hora prevista para comer también se modificó.
Durante la votación, ya cuando llevaban una media hora pulsando botones, era difícil saber quién estaba más cansado. Risas nerviosas. Ahí estaba Aitana Mas, recuperada de un cáncer severo, aguantando. Ahí estaban los consellers, incluido el vicepresidente Gan Pampols, que no podía votar y siempre da la sensación de que no tiene ni la más mínima gana de hacerlo. La presidenta Massó iba dirigiendo las votaciones y reconduciendo a algún despistado. «Señor Llanos, no se descentre», le recomendó al síndic de Vox, porque había mucho que votar, cientos de enmiendas, decenas de secciones.
En el viejo cauce jugaban al futbol mientras los ingleses ya hacía un buen rato que se habían terminado la paella en los restaurantes del centro histórico. El bar de Les Corts recogían ya hacia las 22 horas. Los ujieres miraban el reloj disimuladamente. Mazón, que llegó a las 18 horas, miraba por encima de las gafas a la izquierda con un gesto serio, cuchicheaba un poco con la vicepresidenta Camarero, aunque hacia las 23 horas comenzó a relajar el gesto. En la tribuna de invitados, los altos cargos del Consell. Algunas diputadas y diputados se trabucaron con el dedo del voto. Lejos quedaba ya esas primeras horas en los que la izquierda coreaba «Mazón, dimisión» a la menor oportunidad. Ruth Merino, que llevaba en la Cámara desde media mañana, cerca de 10 horas (al fin y al cabo, el presupuesto que se aprobaba es su principal actividad como consellera de Hacienda), hacía fuerza con los brazos en su butaca para estirarse. Y parecía que se les había acabado las fuerzas, pero no, cuando finalmente se votó, socialistas y nacionalistas corearon «Mazón, dimisión» mientras PP y Vox aplaudían. El presidente de la Generalitat se acercó al síndic de Vox a estrecharle la mano. El jefe del Consell ordenó a sus diputados dejar de aplaudir mientras Llanos recordaba a la izquierda que no había acabado la sesión plenaria. Eran las 23.04 horas. Se habían aprobado los presupuestos.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.