Ver 30 fotos
Camps convoca a sus fieles a una cena para exhibir músculo: «Acepto el reto. Quiero volver a ser presidente del PP»
Sonia Castedo, exalcaldesa de Alicante, Emilio Llopis, mano derecha de Rus y condenado por corrupción y Juan José Medina, exvicepresidente de la Diputación absuelto en el caso Imelsa, acuden al acto
El Palau Alameda se ha convertido este miércoles en la pasarela de los looks veraniegos de los simpatizantes del PP que, por otra parte, no ... han variado en los últimos 20 años. En resumen, camisas de lino y chinos. Alguno, más arriesgado, optó por el polo. Pero se mantuvo la homogeneidad de este tipo de eventos. El tiempo parece que no ha pasado. De hecho, Camps anunció quiere volver a liderar la organización.
Sonia Castedo, exalcaldesa de Alicante; Emilio Llopis, mano derecha de Rus y condenado por corrupción y Juan Jose Medina, exvicepresidente de la Diputación absuelto en el caso Imelsa, han acudido al acto. De hecho, Llopis ha ejercido como maestro de ceremonias y ha adelantado que cuenta ya con 1250 avales para la eventual candidatura de Camps. Vicente Ibor, exalcalde de Paiporta, también fichó. Otro de los exdirigentes descontento con la dirección actual. «Acepto el reto. Quiero volver a ser presidente del PP», proclamó el exdirigente sin que aquello supusiera una sorpresa para nadie. Prometió «lealtad» tanto al presidente Mazón como al líder nacional, Alberto Núñez Feijóo. Pero no dejó de lanzar dardos a la actual dirección de los populares valencianos.
El lugar del acto no es casual. Fue allí, centro de celebración habitual de las mayorías absolutas del Partido Popular, donde Francisco Camps ha querido escenificar el órdago que ha lanzado a la dirigencia de los populares. Se montó un escenario a la americana, con los asistentes alrededor del protagonista de la jornada, con mucho rostro joven en sus proximidades, en una sala que los fines de semana se convierte en discoteca.
El 'sarao' empezaba a eso de las 20 horas con la apertura de puertas. Tiempo más que suficiente para calentar el ambiente de cara a la intervención del expresidente, futuro candidato a presidir el PP. No es la primera apuesta de este tipo -ya reunió a cerca de 500 personas una mañana en el Veles e Vents- pero sí la primera que ya ha adelantado, sin ambigüedades ni retóricas, sus verdaderas intenciones. El discurso fue innecesariamente largo. Por ser julio, por las horas, cerca de las diez de la noche. y por lo vacío, por momentos, de su propuesta.
Camps se ha presentado como el mayor estandarte de la lealtad a su partido, a la Comunitat y a España. Durante 15 años de persecución judicial, decidió guardar silencio: «No he dicho nada malo de la Justicia ni la política». No obstante, ha confesado cierto rencor hacia sus compañeros. «He estado callado durante un congreso y otro, cuando yo hice grande al PP. No me he quejado nunca». Pero echaba de menos algo de reconocimiento. Se ha extrañado, igualmente, de que los actuales dirigentes no recuerden con cariño y orgullo toda la etapa de Camps. No quiso confirmar si su apuesta es también recuperar el poder del Palau.
El expresidente ha señalado que el PP no ha dejado de perder militantes desde su salida. «Quiero un PP revitalizado». «Conseguí tres mayorías absolutas», ha llegado a presumir. El aspirante, que asegura que medio centenar de personas trabajan ya en una tarea de apoyo a su candidatura, ha señalado que es la persona idónea para reconstruir el centroderecha valenciano que ha desaparecido con nuevas formaciones a las que nadie «se ha enfrentado».
Camps ha recordado la figura de la exalcaldesa Rita Barberá, una política a la que apreciaba. Además, ha dicho que le emociona todavía más el recuerdo «por el abandono que sufrió del PP». «Es el momento político más importante de mi vida», ha confesado para terminar su discurso. Hubo gritos de «presidente, presidente» entre un auditorio entregado, como no podía ser de otra forma.
El movimiento ha irritado a los populares. El síndic del PP, Juanfran Pérez Llorca, respondió con contundencia esta semana a la estrategia del expresidente. «No está midiendo los tiempos». «Sólo habla de él». ¿«Se imaginan que durante el proceso de los trajes alguien hubiera montado algo para sustituirle». Tres afirmaciones para cuestionar la ambición del expresidente. Camps, en cambio, asegura que él es quien más ha defendido al actual presidente de la Generalitat, pero sin abordar si su gestión con la dana ha sido eficiente.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión