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Unidad y humildad

Javier Fernández Arribas

Domingo, 12 de febrero 2017, 14:41

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Pablo Iglesias utilizó, con la oratoria eficaz que le caracteriza, los dos conceptos que han emanado con claridad como lecciones insoslayables de la II Asamblea Ciudadana Vistalegre II: unidad y humildad, para celebrar su triunfo incontestable frente a Íñigo Errejón. Los datos son evidentes para saber que Iglesias va a imponer sus tesis con la rotundidad que lo ha hecho, por ejemplo, en Madrid donde su candidato, Ramón Espinar, involucrado en una gestión dudosa de una vivienda de protección oficial, ganó y arrinconó a sus adversarias Rita Maestre y Tania Sánchez, y cesó al portavoz en la Asamblea madrileña, José Manuel López, que había sido elegido en primarias.

Este precedente es lo suficientemente reciente como para plantearse la gran pregunta: ¿Cómo gestionará Iglesias su victoria? ¿Seguirá Errejón como portavoz de Podemos en el Congreso? En definitiva, la gran cuestión para aplicar las dos lecciones de unidad y humildad radica en el lugar y protagonismo que el ganador con el 60% del Consejo Ciudadano, poco más del 50% de respaldo a ponencias tan relevantes como la de organización y la política y un 89% como secretario general va a procurar para quien ha conseguido más de un tercio de los votos de la organización. Hay quien piensa que la purga está servida y los votos la respaldan. Una actitud que se asimila con la forma de ser y actuar, con tintes autoritarios de ordeno y mando, de Pablo Iglesias.

Sin embargo, hay quien opina que el futuro de esta organización, que en poco tiempo ha sabido lograr un lugar muy destacado en la vida política y social de España gracias a encauzar el enorme malestar ciudadano por la crisis y la corrupción, depende de mantener la convivencia entre las distintas facciones, sin olvidar a los anticapitalistas con 2 representantes. "Es una orden y la vamos a cumplir", ha asegurado Iglesias hablando de unidad y humildad. Su credibilidad y prestigio depende de ello, porque los espacios vacíos en Vsitalegre II demuestran cierta desilusión entre los seguidores podemitas, indignados por la descarada lucha por el poder de sus dirigentes.

Otro dato que se manipula es el de la participación: ¡dato histórico porque han votado 155.000 personas de las 455.000 inscritas! Bien, sin duda, algo excepcional, salvo que la esencia de Podemos es su carácter asambleario ciudadano. Es escaso que solo vote un tercio de los inscritos. Y si lo comparamos con los 5 millones de votos, no llega al 8%. Y eso que el proceso es muy sencillo por internet. Podemos tiene una nueva dirección con el control total de Pablo Iglesias, tendrá que demostrar que hace lo que dice.

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