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Bonig cambia la línea roja de Fabra: no hay que dimitir hasta que el juez abre juicio oral

Bonig cambia la línea roja de Fabra: no hay que dimitir hasta que el juez abre juicio oral

La presidenta regional de los populares evita pedir el cargo al exalcalde de Gandia y al actual portavoz, imputados por la trama Púnica

Zoa Sanz

Miércoles, 23 de septiembre 2015, 14:47

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La línea roja del PP valenciano ya no es... tan roja. La que fuera una de las grandes apuestas del expresidente de la Generalitat y del PPCV, Alberto Fabra, para combatir la imagen ofrecida por su partido como consecuencia de los sucesivas investigaciones judiciales abiertas sobre supuestos casos de corrupción que implicaban a dirigentes de su partido ha dejado paso a una posición más suave. La línea roja era la imputación. Y ya no lo es.

La clave la dio ayer el PP de Gandia. Un comunicado emitido por esta formación tras la decisión de la Audiencia Nacional de llamar a declarar como imputados al exalcalde de Gandia, Arturo Torró, y al actual portavoz municipal, y diputado autonómico, Víctor Soler, explicó que la presidenta regional, Isabel Bonig, les había manifestado que los estatutos del partido «sólo exigen la dimisión de cualquier cargo público cuando se haya dictado apertura de Juicio Oral contra el mismo».

La dirección del PP valenciano confirmó ayer que la directriz marcada en relación con este caso es la aplicación estricta de los estatutos del partido. ¿Y cuál es? Los estatutos del PP valenciano prevén, cuando un cargo público es imputado, la apertura de expediente informativo. De hecho, esa es exactamente la decisión adoptada en relación con Torró y Soler.

¿Y la dimisión? El comunicado del PP de Gandia es el que arroja luz sobre este punto. «Sólo (...) si se abre juicio oral». Desde el PP valenciano se subrayó ayer que en algún caso extraordinario, en el que se tuviera conocimiento de alguna actuación especialmente grave puesta de manifiesto por un juez antes de dictar apertura de juicio oral, la dirección regional también podría actuar y exigir al cargo afectado que abandonara sus responsabilidades. La aplicación de los estatutos sería el marco general de actuación -forzar la salida en caso de apertura de juicio oral-, y en algunas situaciones excepcionales podría actuarse antes.

La línea roja de Bonig relaja la exhibida en su día por Fabra. El exlíder del PP valenciano no sólo hizo de la imputación un punto de no retorno para la situación de sus altos cargos. En algunos casos, Fabra llegó a protagonizar decisiones tan significativas como las de relevar a un alto cargo por ser imputado, y tener que readmitirlo después de que los tribunales de justicia ratificaran su inocencia. En otros casos, como el del exsecretario autonómico de Hacienda Eusebio Monzó, la destitución tras ser imputado no dio marcha atrás pese a que el tribunal que lo investigaba terminó exculpándole de toda responsabilidad.

A Fabra se le cuestionó desde diversos ámbitos, también desde el propio PPCV, que con la aplicación de su línea roja dejara sin garantías la actuación de muchos de sus altos cargos, que optaron en algunos casos por paralizar su gestión.

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