Destinos no masificados de la Comunidad Valenciana

El territorio levantino es mucho más que pólvora y arena. Compuesta por más de 500 municipios, la Comunidad ofrece una gran variedad de destinos que sorprenderán por sus paisajes y construcciones.

No hablamos de destinos como Denia, Altea, Javea o Gandía, sino que nos referimos a lugares que resultan ideales para alejarse de los tumultos y que permiten reconectar con uno mismo.

Partiendo del punto más lejano de la ciudad de Valencia, esta población de menos de 7.000 habitantes formada por dos núcleos, Alcalà y Alcossebre, destaca por sus casas de piedra y sus magníficas construcciones; castillos e iglesias imponentes que nada tienen que envidiarle a Peñíscola. Sus antiguas construcciones hacen que el visitante sienta que es un auténtico 'outlander'. Entre estas obras arquitectónicas destaca inevitablemente el campanario de la Iglesia de San Juan, que es uno de los más altos de la Comunidad Valenciana.

A ojos del turista, las playas también pueden ser una posible visita ya que son tranquilas, claras e idóneas para pasar una mañana.

En la provincia de Castellón se encuentra Chodos. Un pueblo de no más de 120 habitantes cuyo principal atractivo radica en su ubicación. Está sobre una roca y esconde los restos de un castillo del año 1254 además de unas calles empedradas perfectamente conservadas que hacen que el estrés de la ciudad desaparezca. Junto al Peñagolosa se ubica una cascada y varias rutas de senderismo que pueden satisfacer al viajante más intrépido.

Una de las bondades de este emplazamiento es que se trata de un pueblo pequeño y por lo tanto, se puede aprovechar y visitar otro de los municipios cercanos, lo que nos lleva al siguiente punto de esta lista.

Villahermosa del Río es otro de los destinos recomendados por la propia Comunitat Valenciana. Entre sus calles empinadas y sus casa blancas, Villahermosa del Río no solo se convierte en un destino perfecto para los amantes de las rutas por pueblos, sino que también esta zona esconde un paraíso natural con múltiples saltos de agua y cascadas que invitan a los amantes del agua fría a dar unos largos.

Rodeada de naturaleza y cultura, esta ciudad de la provincia de Valencia esconde tesoros como el palacio de los Borja, un castillo de 1595, o rutas como la de la Cova Negra.

De la misma manera, en esta ciudad de 30.000 habitantes la gastronomía también es protagonista. Sus calles empedradas, su vegetación autóctona, las edificaciones conservadas y el ambiente a historia hacen de esta ciudad un lugar único donde pasar el día.

Este pueblo a 98 kilómetros de Valencia muestra todos sus encantos desde la lejanía. Ya en el horizonte se puede apreciar la torre del pueblo. A pesar de resultar un pueblo vistoso a simple vista, el elemento que más destaca sobre esta localidad se destapa por la noche, y es que Aras de los Olmos ha sido nombrado por la Unesco en 2017 reserva Starlight. Esto es gracias a la calidad de su cielo nocturno, en el que se puede apreciar multitud de estrellas. Aprovechando esto, Aras de los Olmos, que cuenta con una población de 385 habitantes, alberga un observatorio astronómico abierto a visitas entre abril y septiembre. Además, el pueblo cuenta con curiosidades como un pueblo íbero o la maqueta a tamaño real de un dinosaurio.

En este lugar de naturaleza alicantina situado a 102 kilómetros de Valencia, predomina el verde pues está rodeado de vegetación. Resulta inevitable no relajarse en sus calles empedradas y sus paisajes naturales.

A su alrededor abundan las rutas, por lo que es un destino perfecto para aquellos amantes de la naturaleza y el deporte.

Siendo estos destinos una mera simplificación de lo que ofrece la Comunidad Valenciana en lo que a destinos no masificados se refiere, está claro que la diversidad, tanto cultural como vegetal y gastronómica, es un elemento que no deja de sorpredner y evolucionar. Así, no importa lo cerca que esté un pueblo de otro, pues tendrá algo único que lo hará inolvidable.