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Los cafés históricos que un día tuvo Valencia

Los cafés históricos que un día tuvo Valencia

La reapertura del Café Madrid hace recordar otros locales emblemáticos de la ciudad

m. labastida

Sábado, 3 de noviembre 2018

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La reapertura en Valencia del Café Madrid hace recordar otros locales históricos que tuvo la ciudad, donde el aroma a buen café y el sabor de bebidas variadas se mezclaban con tertulias y fiestas. El lugar donde se inventó el Agua de Valencia ha recuperado su ubicación en el Palacio Hotel Marqués House, enclavado en la calle de l'Abadia de Sant Martí frente al palacio Marqués de Dos Aguas. Durante muchos años fue lugar de moda y de referencia en la ciudad hasta que se clausuró.

Hubo muchos otros cafés en la ciudad que pasaron a la historia, auténticos templos de intelectuales y artistas, que se erigían como lugares de reunión imprescindibles. Es el caso del Café de España, en el número 7 de la desaparecida Bajada de San Francisco, en la esquina de lo que hoy es la plaza del Ayuntamiento y las Barcas y que recibía los halagos de Azorín cuando lo frecuentaba. A su lado se ubicaba el Gran Café Suizo. Ambos fueron víctimas de un ataque en 1920 por las revueltas ciudadanas. En el cercano pasaje de Ripalda se ubicaron el Café Inglés y el Café Hungría.

En 1913 LAS PROVINCIAS se hacía eco de la apertura de un nuevo establecimiento de estas características. «Un nuevo y elegante café, llamado a obtener el favor del público. Hállase situado en un punto tan concurrido como las calles Pascual y Genís y Barcas, formando chaflán en su esquina», decía la noticia. Según esta el Gran Café Royalty contaba con un artístico zócalo de caoba, combinado con cuadros de cristal biselado. Muy cerca se encontraba el Café Cosmopólita, lugar de paso antes y después de acudir al Teatro Principal, y el Dorado, que sobre todo destacaba por su espacio para billares. No muy lejos atendía la barra del Café Fornos, que se mantuvo abierto en el edificio Aznar hasta que en 1929 ocupó el espacio la Papelería Vila. Hoy vuelve a dedicarse a la hostelería, de la mano de Federal Café.

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En la calle de la Paz obtuvieron gran fama el Gran Café Continental y el Café Ideal Room, que pisó el mismísimo Hemingway. La plaza Mariano Benlliure, cuando todavía se denominaba plaza de la Pelota, acogió El León de Oro, que se recuerda por su refinada decoración, y la calle Ribera, el Café Cayol, que fue antes fábrica de cervezas. Dos de los casos más recientes de grandes cafés son los de Casa Balanzá y Barrachina. El primero estuvo en la calle Ruzafa hasta 1982 y era conocido por su céntrico mostrador. El segundo se emplazaba en la calle de la Sangre, en el edificio que lleva el nombre de Barrachina y que linda con la plaza del Ayuntamiento.

Esquina en la que está el Balanzá.
Esquina en la que está el Balanzá. LP

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