No sólo son las materias primas
VICENTE LLADRÓ
Domingo, 30 de noviembre 2025, 23:10
Los noticiarios nos ilustran estos días con panorámicas prenavideñas. Al igual que los centros comerciales despliegan desde hace semanas acostumbrados ornamentos e iluminaciones extraordinarias para ... despertar instintos consumistas del respetable, los analistas se esfuerzan en escudriñar lo que suelen cada doce meses: cuánto ha subido el marisco, a cuánto está el besugo, si es mejor anticipar provisiones y congelarlas, para no esperar al último día, y mira a cómo se han puesto los turrones, que no se adónde parará todo esto.
Después de hacernos saber que los pescadores cuentan con trece días de gracia que les ha dado el Gobierno para pescar, lo que contribuirá a abastecer mejor los mercados y contener subidas de merluzas y demás, seguramente, la información viene a detallarnos puntualmente las cotizaciones medias de las materias primas de los turrones (almendras, miel, etc.), para concluir que no salen las cuentas, que la suma de los componentes no justifica tan notables sobreprecios.
Sin dudar en absoluto de tales operaciones aritméticas, y teniendo en cuenta que estamos de este lado, sin titubeos, el del consumidor, puesto que preferimos pagar más bien menos que más, si es posible, también echamos a notar que no todo está sólo en las materias primas, sino que hay mucho más: los costes de transformación industrial, sueldos, Seguridad Social, envases, transportes, gastos generales, márgenes comerciales en la cadena hasta llegar al punto de venta, permisos, certificaciones, homologaciones,...
Es muy habitual que se comparen precios entre el origen y el final, sin tener en cuenta que la diferencia no es sólo beneficio, que juegan muchas cosas intermedias, mucho valor añadido, y que todo lo que interviene al principio no llega siempre a ramos de bendecir. En productos perecederos hay muchas pérdidas inevitables, y en los de temporada, como pueden ser los turrones, algo parecido: a su manera también son algo perecederos, pues pasadas estas fechas ya no se venden.
Por otro lado hay muchos costes enmascarados, de seguridad alimentaria y demás, que no paran de crecer, que no tenemos en cuenta pero los damos por bienvenidos y en última instancia encarecen silenciosamente lo que tenemos que pagar.
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