El prometedor oficio de acompañante
Preparémonos porque se aproxima una medida de la Dirección General del Tráfico que puede extender innumerables problemas. El director general de la misma, Pere Navarro, ... viene anunciando que es necesario que en cada coche viajen dos o más personas, porque una sola no es sostenible.
No lo implantarán de forma tajante, de una tacada a todos y para todo, irán poco a poco y acelerarán según vean la respuesta social, por lo que hay que estar atentos y mover el debate, porque está en juego mucho. De hecho ya tenemos cerca las primeras pruebas; por ejemplo, los carriles VAO en la autovía de Puçol, unos kilómetros por los que sólo pueden ir autobuses y coches con dos o más pasajeros, habitualmente vacíos del todo, mientras el resto de la calzada va saturada, y con el lío añadido de las líneas continuas que no dejan entrar o salir.
Cualquiera ve razonable que en muchos ámbitos urbanos se limite la circulación para evitar atascos continuos y contaminación, pero el problema potencial es que no se habla solo de restringir esta medida a grandes ciudades, sino que de las propuestas que se lanzan se deriva la intención de generalizar. Empezarían por lo más inmediato, la urbe, para extenderlo poco a poco. Pere Navarro insiste en que es necesario que viajen dos o más personas en cada vehículo, y lo razona así: «No nos podemos permitir mover cada día 1.500 kilos para desplazar a tan sólo una persona... El futuro será compartido o no será... Hay que meter a dos personas en cada vehículo. A estas alturas del siglo XXI no debería ser imposible para lograr la mitad de vehículos, de consumo de combustible y de emisiones». No se está refiriendo solo a la ciudad.
Preparémonos que viene una gorda: la DGT quiere que en cada coche vayan al menos dos personas
Para el máximo responsable de la DGT hay un dato que ve insostenible: en el 85% de los vehículos solo viaja una persona. Y como el número de habitantes (y conductores) no para de crecer, la solución que ve está clara: imponer dos por coche, al menos. Y ya está. ¿Y los innumerables casos en los que no es posible tal cosa porque no van dos al mismo sitio?
No es exagerado aventurar que dentro de un tiempo infinidad de personas puedan verse obligadas a acudir a sus tareas cotidianas con la previsión de llevar siempre a alguien al lado para que no les multen. Aunque le conozcan. Nacerá entonces un prometedor oficio con futuro: el de acompañante. Habrá agencias con empleados dispuestos en paradas y esquinas estratégicas, donde bajarán unos y subirán otros, según las rutas. Siempre que la tarifa de tal servicio salga a cuenta frente a las posibles sanciones a incumplidores.
Hubo un tiempo en que tener coche era liberador y signo de progreso. Hoy lo van convirtiendo en freno y calvario.
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