Divina Greta Garbo
120 aniversario del nacimiento de la actrizsueca, que tras convertirse en la mayor estrella de Hollywood se retiró a los 36 años
Procedente del cine mudo, basó sus interpretaciones en la mirada, los gestos mínimos y un subrayado estilo marmóreo. Ella siempre parecía estar 'en otros mundos'. ... Fue espía en 'Mata-Hari' (George Fitzmaurice, 1931), reina en 'Cristina de Suecia' (Rouben Mamoulian, 1933), cortesana en 'La dama de las camelias' (George Cukor, 1936) y agente comunista rusa en 'Ninotchka' (Ernst Lubitsch, 1939). Estos días se cumple el 120 aniversario del nacimiento de Greta Garbo (Greta Lovisa Gustafsson, Estocolmo, Suecia, 18 de septiembre de 1905-Nueva York, 15 de abril de 1990).
Conocida en todo el mundo, después de protagonizar la película muda 'The Divine' (Victor Sjöström, 1928) por el apodo de 'la Divina', Greta Garbo se convirtió en la mayor estrella de Hollywood encarnando a mujeres pasionales, frías en apariencia y atrapadas entre el deseo y el deber. Un planteamiento ideal para seducir a públicos muy diversos. Sorprendentemente, la Divina Garbo se retiró para siempre del mundo cinematográfico a los 36 años tras su película 'La mujer de las dos caras' (George Cukor, 1941), un inesperado y rotundo fracaso comercial.
En el periodo del cine mudo Greta Garbo protagonizó dos películas basadas en novelas de Vicente Blasco Ibáñez: 'Torrent' (Monta Bell, 1926), adaptación libre de 'Entre naranjos' (1900), y 'La tierra de todos' ('The Temptress', 1926), centrada en la novela homónima de 1922. 'Torrent' fue el primer papel de la Garbo en Hollywood. Encarnó con su habitual majestuosidad a Leonora, una enigmática cantante de ópera que tras varios años de estancia en Italia regresa a Alzira para curarse de las heridas del pasado.
Greta Garbo interpretó dos películas basadas en novelas de Blasco Ibáñez
No hay referencias de que la Divina Garbo y el impetuoso e imaginativo Blasco Ibáñez (Valencia, 1867-Menton, Francia, 1928) llegaran a conocerse, lo que no es necesariamente un obstáculo para que algún guionista imagine una historia en ese sentido. Si Alejandro Amenábar ha especulado en 'El cautivo' (2025) en torno a la sexualidad de Miguel de Cervantes, ¿por qué no especular con el tema de una plausible amistad entre Garbo y Blasco? El tema es atractivo.
En el libro 'Nadie es perfecto' (Grijalbo, 1993, Billy Wilder-Hellmuth Karasek), el director de 'El apartamento' (1960) y espléndido guionista de 'Ninotchka', nos ofrece su opinión sobre Greta Garbo: «Su rostro cambiaba en las películas. Del rostro reservado, incluso aburrido de una actriz, surgía el rostro de una estrella en el que el espectador creía poder leer todos los secretos del alma femenina (...) Más tarde, como director, percibí ese mismo milagro en Marilyn Monroe. Cuando después de un día de rodaje mirábamos las pruebas, cada vez volvíamos a quedarnos perplejos por la transformación que Marilyn había experimentado a través de la cámara».
Adiós para siempre
Para reencontrarme desde mi cómoda butaca con Greta Garbo elegí su ya citada, última y fracasada película, 'La mujer de las dos caras'. ¿Tan mala es? Es anodina más que mala (Cukor nunca hizo nada realmente malo). Falla sobre todo el guion: Larry Blake (Melvyn Douglas), editor de una importante revista, se enamora durante unas vacaciones de Karin Borg (la Garbo), instructora de esquí. Tras el enamoramiento súbito, surgen los problemas: Karin y Larry pronto descubren que sus modos de vida son contrapuestos.
Al espectador de 'La mujer de las dos caras' le pasa algo parecido. Una vez superada la fascinación (Greta, Melvyn, Cukor), nace el aburrimiento. Y la Divina, muy exigente, le dijo adiós para siempre al Séptimo Arte.
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