La Valencia separada se reivindica
El Ayuntamiento estudia construir otra pasarela peatonal en el nuevo cauce, una muestra del aislamiento de más de 17.000 vecinos que también viven en el municipio
De momento sólo es un anuncio de que se estudiará la viabilidad pero el encargo es bueno. El Ayuntamiento contratará un informe para la construcción ... de una pasarela peatonal que salve el nuevo cauce del Turia y beneficie a los vecinos de Horno de Alcedo y Castellar-Oliveral.
Se trata de una reivindicación añeja de los vecinos que viven al sur del nuevo cauce, pero que siguen estando en Valencia. Hace escasas fechas lo pedía la asociación de vecinos de Horno de Alcedo, por ejemplo, hartos de ver el resto del municipio desde sus ventanas sin más opción que el coche para llegar a la avenida Ausiàs March o La Fe, por ejemplo.
Sería injusto decir que están aislados por completo. La EMT tiene seis líneas que yo haya visto y que discurren por esos pueblos o pedanías, como las queramos llamar. Pero los residentes piden más medios de transporte público e infraestructuras como la citada pasarela y ellos son los que viven allí y conocen sus necesidades. A todo esto no son pocos, que conste. Según el anuario estadístico en Faitanar, Horno de Alcedo, La Torre, Castellar-Oliveral y Pinedo viven un total de 17.822 personas.
Son muchos habitantes, que en mayor o menor medida padecieron la dana hace un año y tratan de salir adelante. La movilidad es un aspecto esencial para lograrlo, sobre todo aquella que no necesita del coche.
Dicen los expertos que la enorme cantidad de vehículos aparcados en las calles agravó las consecuencias de los arrastres de agua, construyó diques efímeros que al romper dejaban sueltos grandes caudales e incluso taponaron las entradas de viviendas en las que morían ahogados vecinos.
Aunque sea sólo por eso, vale la pena contemplar que las líneas de la EMT lleguen a esos pueblos, además de otras opciones como el tranvía o líneas de autobús metropolitanas. Desde la reapertura en tiempo récord del metro el pasado 27 de junio, para la opinión pública parece que el problema ya está resuelto. Nada más lejos de la realidad, sigue igual que antes de las inundaciones.
María José Chiner, presidenta vecinal de Horno de Alcedo, me dijo hace poco que días después de la dana, cuando pasaba al otro lado del nuevo cauce, a la avenida Ausiàs March, le parecía que estaba llegando a otra ciudad, sin barro y aparentemente desconocedora de lo que ocurría a unos minutos. Así de aislados se sienten en su vida cotidiana los vecinos.
El Plan Sur está ahí, es ineludible. En su día se haría mejor o peor, pero el caso es que es una barrera para esos más de 17.000 vecinos, por no hablar del resto de municipios «ribereños» al nuevo cauce. Es obvio que hacen falta más infraestructuras y líneas de transporte que mejoren la movilidad con Valencia. Y con urgencia.
El encargo de una pasarela peatonal, ciclopeatonal mejor dicho, salió en la comisión de reconstrucción de la dana que organizó el Ayuntamiento. Es bueno que haya más ideas como esta obra necesaria y estaría bien escuchar más a los vecinos, tanto en las medidas contra inundaciones como en otras inversiones urgentes.
Por cierto, la similitud del proyecto que arranca ahora con la denominada Pasarela de la Solidaridad es más que evidente. La principal vía de comunicación de los voluntarios que iban a sacar barro de las calles en los municipios dana ofreció una lección a muchos que la despreciaron en su momento al no ser un puente para vehículos. Su utilidad fue innegable como quedó claro. Toca pues revisar el mapa de la parte sur de Valencia y trazar algunas líneas más. Todo sea porque esos 17.822 vecinos dejen de sentirse abandonados.
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