El septenio tragicómico
Aunque esté dominada por la izquierda, la Historia -como asignatura académica- será implacable con el sanchismo, que ya ha cumplido 7 años en el Gobierno
Para el estudio de la historia es muy habitual recurrir a poner nombre a algunos periodos fácilmente datables. Hemos leído sobre el Trienio liberal, comprendido ... entre 1820 y 1823, durante el reinado de Fernando VII, «el felón». Un intento de volver a la senda marcada por la Constitución de Cádiz, la de 1812. Posteriormente, entre 1854 y 1856, hablamos del Bienio progresista -con Isabel II llevando la Corona-, que comienza con la revolución liderada por O'Donnell. Poco tiempo después, entre 1868 y 1874 vendría el Sexenio revolucionario, con el experimento fallido de la Primera República. Puede haber períodos más breves, como la Semana trágica de Barcelona, en 1909. Y como la Historia, la disciplina académica (de ahí la mayúscula) está controlada por la izquierda -como, en general, todo lo que ocurre dentro de los campus-, hay una parte de la Segunda República que se conoce como el Bienio negro. O también Bienio conservador, Bienio rectificador, Bienio contrarreformista o incluso Bienio de terror. ¿Por qué? Porque gobernaba la derecha, claro. Y la historia (en minúscula) la escribe la izquierda. No sé qué ocurrirá dentro de cien o doscientos años, cuando con la distancia temporal suficiente se analice el momento actual de España. A saber si para entonces existen universidades, si se estudia la historia, si a alguien le interesa. Pero con el desapasionamiento que dará el paso del tiempo es muy probable que el Gobierno de Pedro Sánchez, que ya abarca siete años, desde 2018 hasta 2025, se conozca como el Septenio tragicómico. Septenio, por ahora, que igual acaba siendo Octenio, Novenio, Década... El PSOE sanchista ha dejado sin hueco a El Mundo Today, esa publicación digital satírica que durante unos años hizo fortuna (no sé si dinero) con titulares de noticias inventadas, con un ingenio y una gracia dignos de elogio. Pero el propio Sánchez y su entorno íntimo (Begoña y el hermano), el trío Koldo-Ábalos-Santos Cerdán, el fiscal general, el caso Paco Salazar (no es familia, afortunadamente) y su dimisión antes de ser nombrado, la impagable Pilar Alegría (que en horas pasó del compañero Paco a Francisco), la amnistía, el Sáhara, el catalán en Europa, los pinganillos en las Cortes y en la Conferencia de Presidentes, el caos ferroviario, el gran apagón, la huelga de jueces, el asalto a las instituciones públicas, la conversión de TVE en una tele de partido, o de Sánchez... Para qué seguir si es todo público y notorio. Septenio tragicómico, demoledor para España, marcará un antes y un después. Pero lo importante es que no gobierne la derecha.
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