Borrar
Urgente Los WhatsApp de Pradas muestran que Presidencia conoció que había un fallecido por la dana a las 16.28 horas
JESÚS SIGNES
Belvedere

La estación sitiada

Una aplicación estricta de la Ley de Patrimonio Histórico debería obligar a Adif a rectificar la deriva del entorno de la terminal, impropio de un monumento

Pablo Salazar

Valencia

Jueves, 24 de julio 2025, 23:20

¡Malditas fotos antiguas! Una úlcera me va salir por su culpa. ¿Pues no va y me pongo a mirar las de la estación del ... Norte? Por aquello de las obras de rehabilitación del edificio y de la renovación del material de la gran cubierta sobre los andenes. ¿Y qué me encuentro? Un patio de carruajes, delante de la fachada principal, despejado, limpio, ocupado sólo por personas que vienen y van, cargadas con sus equipajes, con los mozos que les llevaban las pesadas maletas y los baúles. Que hablamos de una época -primer tercio del siglo XX- en la que no existían las 'trolleys' ni el AVE ni los vuelos 'low cost' ni... La estación se inauguró en 1917. Una obra de la Compañía de los Caminos de Hierro del Norte de España -de ahí el nombre, no porque esté en el Norte, que no lo está, está en el Sur- y proyectada por Demetrio Ribes. Comparen aquel espacio despejado con lo actual. Chiringuitos, un tiovivo, carteles de obras, terrazas y, en Fallas, las inevitables churrerías. El inmueble merecería otro entorno, un cuidado del que carece. Una aplicación estricta de la Ley de Patrimonio Histórico debería llevar a sancionar al propietario, Adif, y a obligarle a adoptar las medidas correctoras para devolver a la terminal ferroviaria el esplendor perdido. Hoy aparece sitiada, reducida, desprestigiada. Recuerda al caso de la vieja cárcel Modelo, salvada del derribo y restaurada para ser rodeada de edificios de catorce plantas de altura que la empequeñecen, la dejan fuera de contexto. No se explica ni se entiende qué hace ahí, para qué está. La estación del Norte, por méritos propios, debería figurar en las rutas turísticas de Valencia, ser visita obligada para los que vienen a conocer nuestra ciudad. Pero hoy, más allá de las obras temporales, el entorno urbano asusta más que atrae, despista más que enamora. La propia calle Xàtiva es poco amable, con un tráfico excesivo, más carretera que calle, poco adecuada para el paseo y la conversación. Hubo un tiempo, allá por la década de los noventa del siglo XX, en el que cualquier asunto relacionado con el patrimonio histórico levantaba pasiones y encendía polémicas (toma lugares comunes). Hasta la ubicación del mobiliario urbano daba pie a grescas políticas. Con los años nos hemos acostumbrado a todo, a rodear la antigua cárcel de una muralla moderna, a celebrar botellones junto a la Lonja, el Mercado Central y los Santos Juanes o a llenar de artefactos el espacio público de la estación del Norte. Por no respetar ya no respetamos ni su nombre. Adif decidió un día rebautizarla como 'Estació del Nord'. ¡Cuando un nombre propio no se puede traducir!

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

lasprovincias La estación sitiada

La estación sitiada