Si es catalán, ¿sigue siendo «la nostra llengua»?
Si no fuera porque el asunto es serio resultaría divertidísimo confrontar las contradicciones
Debe de ser que con la edad uno no sólo pierde facultades físicas -de por sí menguadas- sino también intelectuales. Y termina por no entender ... procesos que igual son muy simples pero que sin una explicación convincente resultan inextricables. Veamos el caso. El Gobierno socialcomunista y los partidos que lo respaldan defienden que al promover la cooficialidad del catalán en la Unión Europea, en ese paquete (catalán, gallego y euskera) ya va incluido el valenciano. Porque, añaden, valenciano y catalán forman una «unidad lingüística», son parte de un mismo sistema. Al mismo tiempo, la izquierda valenciana y el nacionalismo también valenciano se refieren a la lengua autóctona como «la nostra llengua», una forma, supuestamente, de reforzar la identidad y el deseo de protección de lo propio frente a lo ajeno. En este caso, claro, lo ajeno sería el castellano o español. Argumento extraído de una fuente histórica contaminada, la que mana de la Batalla de Almansa, la Guerra de Sucesión y la pérdida de los Fueros, acontecimientos elevados a la categoría de gran tragedia 'nacional'. El castellano, explican los promotores de esta tesis, no es «nuestro» sino que nos fue impuesto a partir del triunfo del monarca borbón. (Un inciso: es muy divertido observar a los fervientes republicanos-nacionalistas de hoy suspirar por un triunfo del candidato de la casa de los Habsburgo. ¡Ahhhh!, gimotean, ¡con lo felices que hubiésemos sido con el Archiduque Carlos de Austria). Y aquí es donde viene mi bloqueo mental y mi incapacidad para seguir su argumento. Porque si, como señalan, el catalán llegó a tierras valencianas tras la conquista del Rey Jaume I, en el siglo XIII, y la posterior repoblación, ¿por qué esa lengua sí que es «nostra llengua» y el castellano no es «nuestra lengua»? Las lenguas, lo que hablamos, son el resultado de siglos de historia, de procesos de invasión y/o imposición, asimilación, integración y mestizaje. Con lo que todo es nuestro y nada lo es. Lo que ocurre, y ya se lo imaginan, es que el debate o el conflicto sobre el valenciano no es más que una excusa. La lengua, eso que llaman «la nostra llengua», forma parte de una idea de España como nación de naciones, una futura confederación que nos devolvería a los tiempos anteriores a la citada Guerra de Sucesión. Sin Rey, por supuesto. Que el presunto nacionalismo valenciano pretenda colarnos la mercancía adulterada tiene un pase, está en su ADN, necesitan engañar para sobrevivir. Pero que la izquierda valenciana lleve décadas comprando semejante producto, eso sí que no tiene perdón de los hombres.
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