Las (no) explicaciones de Sánchez
Hay alguien que haya quedado satisfecho con las explicaciones que dio el presidente del Gobierno en el pleno monográfico sobre corrupción? Lo dudo. No me ... refiero a los diputados de los grupos parlamentarios que, como era -tristemente- previsible, ya iban con el guion y las reacciones aprendidas. Fijo la mirada en quienes siguieron la intervención de Sánchez, a los ciudadanos que han asistido en las últimas semanas a la sucesión de escándalos en la organización del PSOE.
Sánchez había sido convocado para que contara de manera pormenorizada lo que ha ocurrido en los últimos años entre los máximos dirigentes socialistas y que hemos conocido por las investigaciones de la UCO. También para que respondiera cualquier pregunta sobre el asunto que le pudieran plantear los miembros de la cámara. No hizo ni lo uno de lo otro.
Respecto al primer punto se limitó a contar lo contado y volvió a adoptar ese papel de víctima en el que se ha instalado desde que se publicaron los reveladores audios de Cerdán, Ábalos y compañía, como si el fuese el mayor damnificado y no el responsable de que ambos campasen a sus anchas sin que desde el Gobierno que él comanda se detectasen sus fechorías. En cuanto al segundo punto es justo reconocer que Sánchez tenía poco que contestar porque ningún representante parlamentario había ido con cuestiones concretas. Todos llegaron al hemiciclo con su discurso memorizado. Apenas ninguno lo varío en función de lo que otros dijeron, más allá de las acusaciones directas y las frases lacónicas en busca de titulares o de momentos virales. Tal vez, todo hay que decirlo, la fórmula no era la más apropiada para formular un interrogatorio al presidente y hubiese convenido más organizar una comisión. Pero eso requeriría de un ánimo constructivo y, sobre todo, de una comunión entre los distintos grupos políticos.
Sánchez volvió a adoptar el papel de víctima en el que se ha instalado en las últimas semanas
Volvamos al principio. A la satisfacción o no de lo expuesto por el líder del PSOE. O a mi percepción sobre lo que tendría que haber pasado en la sesión para que el pleno tuviese un sentido y no resultase un mero trámite o un paripé. Creo que Sánchez debería haber subido al estrado para contar cuáles fueron las razones por las que apartó a Ábalos en su día y qué seguimiento se ha hecho desde entonces sobre su paso por el Ministerio. Debería haber aportado datos o revelaciones sobre las maneras en las que Cerdán podía actuar con impunidad sin que nadie a su alrededor -sobre todo él, ya que era su mano derecha- se diese cuenta de lo que hacía. Debería haber ido más allá del informe de la policía y aportar otras pruebas que valiesen para confirmar su arrepentimiento.
No hizo nada de eso porque se lo permitió el Congreso de los Diputados. Seguramente porque los que lo conforman están más pendientes de su cálculo político que de resolver los problemas reales de este país, entre otros la corrupción.
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