Deporte y tradición
La playa de la Creu de la Conca de Pinedo ha vuelto a ser el escenario donde se han desarrollado las más que centenarias Corregudes ... de Joies, competiciones ecuestres en las que se combina el deporte con unas especiales características autóctonas. Esta tradición nace de la pugna entre los hombres de la huerta por demostrar quién tenía el caballo más rápido; una costumbre que suma más de un centenar de años y que, gracias a la Asociación de Corregudes de Joies i Sant Antoni Abad, de Pinedo, se mantiene año tras año como depositaria de nuestra riquísima y diferenciada historia del pueblo valenciano. Cabe destacar que esta valencianísima competición forma parte de la Festa Grossa, fiestas patronales que la pedanía de Pinedo dedica a la Virgen del Rosario.
Acercarse a esta zona de la playa es toda una gozada: contemplar a jinetes y amazonas cabalgando, sin montura, en briosos corceles en cortas carreras, compitiendo por la deseada 'joia', que no es más que un pañuelo de seda de diferente color sobre una corona de laurel, premio que antiguamente se regalaba a la mujer amada. La verdad es que todo el embrujo atrayente que antaño tenían estas competiciones, según los cronistas, se ha perdido y han pasado a ser carreras montadas con ribetes de espectáculo. A pesar de ello, hay que agradecer que esta tradición no languidezca.
Antaño estas competiciones se trasladaban de la huerta a la ciudad para festejar algún acontecimiento, como podemos leer en un estudio titulado 'Juegos y deportes tradicionales de la provincia de Valencia', escrito por la investigadora Victoria Campomanes. En él, la autora cita el año 1833 como fecha de una primera Corregudes de Joies, con motivo de haber sido designada heredera al trono Isabel II, y en 1852 otra exhibición con motivo del nacimiento de la princesa de Asturias, Isabel Francisca de Borbón, ambas competiciones celebradas en Valencia.
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