El ariete
Mª JOSÉ POU AMÉRIGOMARIAJOSEPOU.LASPROVINCIAS.ES
Martes, 11 de noviembre 2025, 23:51
A veces pienso que el PP no sabe relacionarse con las víctimas de las catástrofes. No, al menos, con aquellas que sufren por la acción ... u omisión de los responsables políticos, como el accidente del metro o la dana del año pasado. La situación es distinta cuando la tragedia no se vincula directamente a la actuación de las instituciones, como el incendio de Campanar. Recuerdo que entonces escribí una columna poniendo en valor «la coordinación institucional y el respeto hacia las víctimas» que mostraron los dos gobiernos, el de la Generalitat, de Carlos Mazón, y el del ayuntamiento, de María José Catalá. Fue un ejemplo de respuesta rápida y atenta a las necesidades de las familias afectadas y parecía un pronóstico de una nueva etapa, más sensible con las personas y sus requerimientos. Nada hacía presagiar lo que vendría apenas unos meses después. Recuerdo que lo escribí señalando la excepcionalidad de esas condiciones en la Comunidad Valenciana, porque lo que habíamos conocido hasta entonces era lo contrario. Desgraciadamente, los hechos me han dado la razón. Fue excepcional. También en la proximidad a las víctimas.
De nuevo, hemos vivido una tragedia con cientos de afectados y familias dolientes que, como en 2006, no encuentran calidez y acompañamiento en los responsables públicos. No encuentran cercanía ni lamento ni aceptación del error. Solo unas disculpas demasiado frías y una huida constante para no exponerse a su reproche.
Humanamente lo puedo entender. No es fácil cargar con el grito de «¡asesino!» cada vez que sales a la calle. Pero menos aún es la pérdida de un ser querido sabiendo que quizás se habría evitado si la actuación pública hubiera sido otra. Sin embargo, entre lo ocurrido en Campanar y los otros casos, hay otra diferencia que no puede obviarse y que, en parte, explica ese comportamiento: el uso de las víctimas como ariete contra los gobiernos del PP. Es una constante. Se envuelve de solidaridad y sensibilidad hacia ellas, pero va más allá. Estoy segura de que hay dolor y empatía pero van acompañados de un cierto cálculo político, en un porcentaje mayor o menos según sea la persona. Con la dana, lo hemos visto evidenciarse cuando el «Mazón, dimisión» se ha transformado en un «Consell, eleccions». Y cuando los mismos que justificaban la ausencia de Mazón en el funeral de Estado para evitar exponer a las víctimas a su presencia, ahora se quejan de que éstas no puedan estar en Les Corts para escucharle. Con las víctimas, hay que estar siempre. Al poder a través de ellas, no debería plantearse nunca.
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