Unidad frente a polarización
La gala de LAS PROVINCIAS fue un homenaje al talento y la diversidad que debe llenar de orgullo a los valencianos
El pasado jueves este periódico celebró veinticinco años de 'Valencianos para el siglo XXI'. Lo que pasó allí fue mucho más que una simple gala ... impulsada por un medio de comunicación. Lo que ocurrió en el imponente Roig Arena fue una demostración de generosidad sin parangón por parte de la sociedad valenciana. En concreto, por quienes mejor la representan. Que son todo un carrusel de nombres propios que, desde las más distintas disciplinas y entidades, aportan un valor extraordinario a nuestra tierra. Del IVO a Casa Caridad; de Ana Lluch a Enrique Ponce; del Maratón Valencia a Genovés; de Ripollés a la Universidad Politécnica, de Pedro Cavadas a Pilar de la Oliva, el doctor Mir, Jorge Martínez 'Aspar', Sole Giménez, Inés Ballester, etc, etc, etc.... Lo que vimos el jueves es la foto fija del enorme potencial que tiene la marca valenciana. O mejor dicho, el pueblo valenciano. Ese que, probablemente, nunca se ha querido como toca. Ese que tiene todo un infinito de autoestima por recorrer y muchísimos motivos para reivindicarse. Porque tiene mucho más potencial del que, a simple vista, se aprecia. O apreciamos. Ese que de manera excepcional desgranó Ricard Camarena en su impecable discurso en cuatro palabras: creatividad, hospitalidad, diversidad y valentía. Porque, si algo pudimos ver sobre el escenario, fue eso. Personas, algunas conocidas y otras menos, que en su conjunto son reflejo de lo que es la sociedad valenciana: un cúmulo de talento, de energía emprendedora y de solidaridad, siempre al servicio de esta tierra. «A veces olvidamos lo rápido que puede cambiar todo, pero también lo fuertes que somos cuando nos unimos como sociedad», enfatizó el cocinero y empresario de Barx tras aludir a la dana.
Eso es lo que se demostró esa noche: lo fuerte que es la sociedad valenciana cuando se despliegan todas las sinergias. Cuando se demuestra que, por encima de catástrofes letales y contratiempos, de vaivenes y de la polarización política, siempre está y estará la sociedad. Esa que la filósofa Adela Cortina -una vez más tenemos que abrazar su pensamiento- definió en el evento como «la piedra filosofal del progreso; la que abre el camino ante los retos del presente y del futuro». Esa sociedad que, de nuevo Camarena, quiso ensalzar como el reflejo que nos ayuda a entender quiénes somos y hacia dónde queremos ir como pueblo. «La cultura es vida», dijo. Lo que vimos en la gala fue un alegato por la vida desde todos los costados. A través de la creatividad, la ciencia, el pensamiento, la cooperación, el deporte... La superación. Nuestros atletas, nuestras entidades solidarias, nuestros artistas, nuestros científicos... Todos ellos son vitaminas valencianas. Energía. La que transmite y transmitió, siempre en positivo, Víctor Claver: «Más allá de los resultados, todos hemos tenido la suerte de transmitir valores a la sociedad». Fortaleza para frenar la polarización desbocada y las constantes llamadas a la división por intereses espurios.
Lo que la foto fija de la celebración del jueves nos dejó es la metáfora más certera que pueda existir de la unidad. Es el mayor toque de atención que podemos dar a aquellos que batallan por la división, por la discordia, por los egos personales, por las ansias de poder.... Porque allí, unidos todos, desde esa diversidad, se lanzó de forma inconsciente un silencioso grito reclamando unidad. Sí, unidad de acción, generosidad por parte de todos, ganas de avanzar y ansias de sumar. Fue la imagen de los valencianos unidos. En pie. Como el mejor muro de contención que pueda existir ante todo aquello y todos aquellos que quieran hacer quebrar los resortes de lo que nos une. Y que es una sociedad democrática, asentada en las bases de la libertad.
Enrique Fayos, desde la mirada del empresario que da vida al mundo del cine y el teatro en Valencia junto a su hermana María Ángeles, defendió que la cultura es clave para que el desarrollo económico «se sostenga sobre valores y una sana convivencia». Valores y convivencia son, sin duda, dos pilares básicos sobre los que se debe asentar nuestra sociedad. Y que, desde este periódico siempre intentaremos impulsar. Como intentaremos dar visibilidad a toda esa sociedad valenciana que suma. Desde una mirada pura y convencida de que sólo de la mano de todos, cada uno desde su atalaya, podremos avanzar y superar los vericuetos que el hoy ya nos muestra. Y que nos recordó Pilar Mateo, reclamando la atención que merece la ciencia, pero ahora y no sólo cuando el virus ya es problema, o los incendios, o la dana...
La dana. Esa riada descarnada que nos volvió a conmover durante la ceremonia cuando recordamos a las víctimas y los daños, a quienes tendieron la mano y a los que regalaron abrazos, a quienes siguen trabajando por levantarse y a quienes, como el pequeño Joel, llevan para siempre grabada en su memoria un episodio telúrico. LAS PROVINCIAS, con su mirada periodística, quiere seguir siendo pegamento de unión de la sociedad frente a la división. Ahí nos encontrarán. De un sorbo y sin azucarillo.
Es domingo, 21 de septiembre. Gracias a cada premiado que, con una generosidad extraordinaria, nos cedió su valioso tiempo, aceptaron las incomodidades del momento y nos ayudaron a hacer enorme esa foto de la sociedad valenciana unida. La que nos da esperanzas.
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