La política valenciana volvió a entrar ayer en ebullición. Otra vez quedó apoderada de tonos indecorosos y formas poco edificantes. Ahora, con el 9 d' ... Octubre de fondo y con la sensación de que va a ser un día convulso porque los ánimos siguen alterados. Y si no lo estaban bastante, pues se azuzan un poco más. Una actitud que poco nos representa a los valencianos. Al menos a una buena parte de una ciudadanía que está sumida en el más absoluto hartazgo por el activismo político ejercido desde la bronca, el insulto y la amenaza. Ese activismo que enciende la mecha y luego culpa a quienes se hacen eco de ello por haberlo contado. No. No nos representa porque el carácter de esta tierra, del que alardeamos precisamente durante el Día de la Comunitat, habla de 'germanor', de brazos abiertos, de una Real Senyera que nos une... Algo así como la luz de los cuadros serenos de Sorolla que tomaron ayer la Fundación Bancaja. Ellos sí que hablan de quienes somos. Una tierra de luces. De un sorbo y sin azucarillo.
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