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JAS MIN
Análisis

La universidad, la prensa y Gandia

En los tiempos del ruido y la furia, de los nuevos/viejos autoritarismos, de las explosiones nacionalistas retardatarias, o bien te refugias en la literatura o bien intimas con el pasado

Miércoles, 14 de mayo 2025, 23:32

Dice Joan Romero, o eso leo, que la prensa tradicional y las universidades son hoy los dos grandes adversarios de un universo geopolítico dominado por el ruido, el descrédito y la incertidumbre, y que ambas son atacadas por el populismo, allá donde crece, porque representan los pilares de la democracia occidental. El catedrático acaba de publicar 'Desorden global. Notas sobre el mundo que viene' en la nueva colección Ágora, que dirige, libro al que uno todavía no ha podido acudir porque las más de mil quinientas páginas de la joya de Braudel 'El Mediterráneo y el mundo mediterráneo en tiempos de Felipe II' suponen todo un destino, de esos que vienen de algún lugar y van hacia alguna parte (como los mitos griegos), y no es cosa de evitar los destinos. Por el raudal de letra impresa de Braudel, en el caso de que hayas nacido por estos pagos, y por las cuatro mil páginas de 'A la recherche' de Proust has de pasar dos veces en esta vida, según los más sabios del lugar, a fin de equilibrar la relación perversa existente entre el tiempo y la lectura, entre las circunstancias propias y la percepción de lo leído, una relación en constante transformación y a veces muy loca. Ambas obras, auténticos pozos de sabiduría, deberían ser de lectura obligada. En sus páginas se acumula la práctica totalidad de lo que hay que saber, y si te despistas y te entretienes con libros más fugaces, corres el riesgo de estirar la pata sin haberte enterado de nada. O como decía el francés, puedes morirte idiota. En esos volúmenes está todo: los secretos del amor, las bases profundas del mundo actual, las estructuras temporales, la percepción volátil sobre las cosas y las personas, las sinuosas conductas humanas, la glorias de los nobles y el trabajo de los humildes, los celos transidos de depravación, la decadencia inevitable, el medio geográfico como un rumbo de vida, la caracteriologías que descienden de mares y montañas, la inepcia de los burócratas, los privilegios de los poderosos, el arte como explicación de la vida, la azarosa pelea por la existencia según el relieve físico, las torpezas del lenguaje, la desacralización de las historiografías, el envejecimiento, el dolor, la alegría. En fin, todo lo que nos ha sucedido, lo que nos puede suceder o lo que nunca nos sucederá.

Las universidades y los medios de comunicación son el poder oscuro, según Yarvin: los manipuladores de la realidad. Yarvin es uno de los ideólogos del mundo 'ultra' y del 'trumpismo', que casi viene a ser lo mismo. En los tiempos del ruido y la furia, de los nuevos/viejos autoritarismos, de las explosiones nacionalistas retardatarias, o bien te refugias en la literatura o bien íntimas con el pasado, aunque el pasado que estudia Braudel en su 'Mediterráneo' sea un pasado muy presente, desde luego sin tanta carga de urgencia, de coetaneidad, de detallismo político, un presente como más profundo y amplio, más panorámico, brindado desde la lejanía y cobijándose en la distancia. El análisis de Romero, según leo en las crónicas y entrevistas, es de más urgencia, claro, porque el mundo actual reclama urgencia, y no andarse con boberías, y, por otra parte, las luminosas observaciones del intelectual, de esferas socialdemócratas, no se dejan vencer por la dicotomía buenos/malos, lo que es muy de agradecer en un universo infestado por esos esquemas crédulos y por unos ensayos que hay que echar enseguida a la basura. Braudel o Proust no caen ese maniqueísmo empalagoso y bíblico (que tanto daño hace hoy también a la política actual y que tanto debe a la moral católica: la moral católica corre por nuestras venas sin que nos enteremos, de modo que el bien siempre vencerá al mal, la historia siempre tendrá un final feliz y después de una guerra vendrá la paz gozosa, aunque la verdad es que Europa y alrededores siempre han estado en guerra hasta el período que discurre desde el último tercio del ochocientos hasta 1914 y desde el 1945 hasta hoy, y aún así habría que precisarlo).

Pero el ruido y las autocracias y todo eso también se puede combatir desde las instituciones como hacen Gandia y su alcalde, que ya lo dice José Manuel Prieto: «Gandia es un faro que debe iluminar a todos los que nos consideramos demócratas en un mundo de incertidumbres». Atención a Prieto, que está llamado a ser un referente del socialismo valenciano -moderado, culto, discreto, lector- y atención a Gandia, que quiere convertirse en un ágora en defensa de la democracia, de la igualdad, de la justicia y de los derechos humanos. La tetralogía, que viene de antiguo pero refulge ahora de nuevo con las volcánicas circunstancias planetarias, está llamada a inscribirse en un frontispicio de entrada a la nueva Ciudad democrática y humanista. Los bárbaros están en la frontera y hay que amurallar la Ciudad para conservar el tesoro de los valores ilustrados ante la amenaza de saqueo. La involución que se vislumbra -que ya está ahí- exige instrumentos de defensa y un soplo continúo para avivar la llama de la democracia liberal, tan débil hoy. Me temo que, dentro de nada, echaremos en falta una Internacional Demócrata como Dios manda o quizás una Alianza Demócrata surgida desde las ciudades amparando dos o tres principios básicos y dos o tres convicciones elementales. Una de ellas la de la ciencia -la universidad-, como sostiene Romero. La otra, la prensa tradicional. Aunque la prensa... Dejémoslo aquí. Uno ha crecido con 'Primera Plana' de Billy Wilder donde Walter Matthau y Jack Lemmon escriben la crónica al unísono: «... el tigre bolchevique escapado del penal para sembrar el pánico en las calles de Chicago». El «tigre bolchevique» era un pobre, tierno, endeble y casi desnutrido personaje de ideas presuntamente anarquistas más inocente que un pollo. Esto es como todo: un periodista debería ver 'Primera Plana' para alejarse de esos vicios, y un político, antes de presentarse a las urnas, debería leerse el Touchard enterito para no cometer los errores de sus antepasados. Y para construir un mundo libre. Si no, vamos mal.

Las universidades y los medios de comunicación son el poder oscuro, según Yarvin, ideólogo ultraAtención a Prieto, alcalde de Gandia, que está llamado a ser un referente del socialismo valenciano

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