Lucha contra la muerte súbita
Un medio es aprender la maniobra RCP para paliar este mal
¿Estamos preparados para salvar vidas? ¿Qué haríamos si ante nosotros alguna persona cae desplomada? ¿Estamos preparados para realizar la maniobra RCP (Reanimación Cardiopulmonar)?. Hoy ... tan sólo están preparados el 30% de los españoles, según la Fundación Española del Corazón. A pesar de haberse triplicado este número en la última década, reflejando un cambio de mentalidad y un mayor compromiso social con la formación en primeros auxilios, no es suficiente. Los expertos coinciden en la necesidad de seguir impulsando programas educativos, investigación clínica y campañas de sensibilización que acerquen la RCP y la prevención a toda la ciudadanía.
Bajo el lema «Salvar vidas es un compromiso colectivo» se debatió este importante problema en el X Congreso Nacional contra la Muerte Súbita, en el que los especialistas dejaron claro que la prevención cardiovascular no es un asunto exclusivo de médicos o técnicos sanitarios. Es, más bien, un pacto social. En una década, España ha pasado de tener apenas 700 u 800 desfibriladores en todo el territorio a rozar los 100.000. El salto es admirable, pero insuficiente si no va acompañado de formación masiva y de una convicción compartida: la muerte súbita puede prevenirse, y su impacto puede disminuir si la cadena de supervivencia funciona desde el primer eslabón.
Nos toca, por tanto, aprender a realizar esa maniobra RCP, «el gesto más sencillo y a la vez más trascendental que un ciudadano puede aprender». Dos manos, 30 compresiones, un ritmo constante y la determinación de no quedarse de brazos cruzados ante una vida que se apaga. La técnica es elemental: comprobar la inconsciencia, pedir ayuda, iniciar las compresiones torácicas -100 a 120 por minuto, 5 a 6 centímetros de profundidad- y, si se puede, acompañarlas de ventilaciones.
A la sensibilización de la sociedad están empeñadas la Asociación Española contra la Muerte Súbita José Durán y Ascires a través de la Fundación Quaes desde el momento que decidieron unir ciencia y sociedad en torno a una causa que, por desgracia, cada año golpea a más de 35.000 familias. Lo que empezó como respuesta a una tragedia personal -la muerte del hijo de José Durán en un campo de fútbol sin desfibrilador- se ha transformado en un movimiento social que hoy integra a cardiólogos, deportistas, pacientes, instituciones y ciudadanía.
«Cada minuto cuenta es el mensaje más poderoso del citado Congreso. No es una frase hecha, es una verdad estadística. Por eso resulta tan simbólico que la formación en RCP llegó al Congreso de los Diputados en una sesión para sus miembros. Porque la política es parte fundamental del problema y de la solución. Así es la vida.
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