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Estudios vs. corta y pega

¿En qué medida influirá este trabajo en el de Paula Llobet?

FERRAN BELDA

Miércoles, 26 de noviembre 2025, 23:30

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MªJ Catalá va a pensar que le tengo ojeriza, pero no es verdad. Son sus concejales, que detrás de una hacen otra. Pero ni yo ... tengo la culpa de que el contratista que debía armarla de razones para limitar el número de cruceros que arriban o parten del puerto de Valencia le saliera rana a la concejala Paula Llobet. Ni se me puede achacar que la solución de recambio que improvisó sea igual de mala que la inicial, toda vez que fue la misma Llobet, Wolverine para los amigos, la que, a falta de buenos, le pasó el encargo a la fundación Visit Valencia. Comanda que, tras nuevos retrasos, no tuvo más remedio que admitir que será un vulgar corta y pega de ideas y de datos recopilados de aquí y de allá. No porque los empleados de la antigua oficina de turismo sean unos adanes, sino poque el objeto de la fundación es más la promoción turística de la ciudad que la gestión y la prospectiva del sector. Una forma como otra cualquiera de reconocer asimismo que, como de lo que se trata en este, es de evitar que se solivianten los turismófobos, cualquier documento es bueno. Y ahí es donde se volvió a equivocar Mrs. Wolverine porque menos de 24 horas después de que asegurase que semejante papelote servirá como «herramienta para reducir el turismo de cruceros», se publicaron dos informes que lo avalan. El primero de ellos es un dictamen de la consultora Ocean Capital Partners sobre el impacto de las nuevas tecnologías y el ferrocarril en los puertos españoles. Un análisis que recomienda potenciar las terminales de multicarga, elogia la gestión conjunta de granel sólido y de mercancía general que se practica en el muelle de la cerámica de Castellón y le termina de chafar la guitarra a Adolfo Utor al afirmar que las terminales de pasajeros con futuro serán las que estén en condiciones de operar con cruceros y megayates. Y el segundo, elaborado por la Universidad de Barcelona por encargo de la Asociación Internacional de Líneas de Cruceros y la APB, concluye que el gasto medio diario en 2024 fue de 1,8 millones. Los 885 millones de facturación directa que se calcula que generaron los cruceristas, tripulantes y navieras en Cataluña -el 70% de los cuales se invirtió en BCN-, más el impacto indirecto engendrado por esta actividad, estimado en 567 millones, entre los que figuran los 260,9 que ingresan las distintas administraciones vía impuestos. 1.200 millones en total al año. Una suma muy superior, por cierto, a las cuentas de la vieja que se manejan en Valencia sin contemplar todas las variables. ¿En qué medida influirá este trabajo, dirigido por el catedrático Jordi Surinyach, en el de Llobet? Ardo en deseos de averiguarlo.

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