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Con esa cresta que parece una alfombra de pasillo, ese trote indescifrable y esos pantalones que caen tras un gol vaya usted a saber por ... qué. Así es Umar Sadiq; cualquier cosa... menos un tipo normal. Y con ese entrenador con pinta de poca broma, ermitaño de los focos y salido de una película de Alfred Hitchcock. Cualquier cosa... menos un tipo jovial. Y ahí les tienen, liderando 'Misión Imposible'. El Valencia se ha encontrado con la fórmula perfecta para la salvación; un buen entrenador y un delantero goleador. Y digo 'se ha encontrado'; porque, como todo el mundo sabe, un reloj parado da la hora bien una vez al día. Alguna vez Miguel Ángel Corona tenía que acertar en un universo de vergüenza constante. Y eso no es quitarle mérito al director deportivo de Peter Lim. Todo lo contrario; ha acertado y hay que darle su justo valor... que es mucho. Porque de un buen profesional se esperan buenos fichajes. De un mal pregonero no puedes esperar ni un buen discurso. Cuando empezó el mes de enero la zozobra era más que evidente. Recién llegado Carlos Corberán el Valencia estaba con doce puntos en la Liga y quedaban Real Madrid y Sevilla para cerrar la primera vuelta. Más de uno -y más de 1.000- veían al Valencia descendido. Los números eran insalvables. El Titanic de Peter Lim sólo se mantenía a flote porque había muchos más barcos en la zozobra del descenso. Y justo ahí apareció el capitán Corberán. Con calma, sensatez y mucha riqueza táctica fue poco a poco mejorando al equipo. Primero con un posicionamiento más equilibrado para atacar y defender mejor, y después con algunos retoques llegados en el mercado invernal. Pero siempre con resultados. Salvo ante los tres primeros de la liga española, el Valencia de Carlos Corberán ha puntuado o ha ganado ante todos los equipos contra los que ha jugado. De la zona alta como Villarreal o Real Sociedad, de la zona media como Osasuna y Sevilla o de su pelea agónica por no bajar ante Leganés y Real Valladolid. Distintos rivales, partidos muy diferentes... pero misma misma regularidad. De perder casi siempre a no perder casi nunca. Y todo esto bajo la enorme presión de vivir en el abismo. Para qué negarlo; los números son sencillamente impresionantes. El entrenador de Cheste ha conseguido sacar en apenas diez jornadas al Valencia del descenso. Y contra los mismos equipos de la primera vuelta su Valencia lleva... once puntos más en la segunda. Once. Una locura. Pero los entrenadores no ganan partidos y, aunque es innegable que sin Carlos Corberán todo sería hoy diferente, los partidos se ganan metiendo goles en la portería contraria. Y con Umar Sadiq le ha tocado la lotería. Con ese aire desgarbado, una mirada dispersa que parece estar siempre en otro lugar... pero ese instinto letal para el gol. Para meterlos... y para fallarlos. Capaz de marcar el gol de la Liga en Pamplona y de fallar a puerta vacía siete días después. Pero Umar Sadiq siempre está donde pasan las cosas. Carlos Corberán llegó al Valencia para diseñar en su pizarra ocasiones de gol y Umar Sadiq llegó para convertirlas en realidad. Hoy no se entiende una figura sin la otra. Y más teniendo en cuenta que con los goles de Hugo Duro ya ganaba Carlos Corberán en enero y el delantero madrileño no regresará al equipo hasta abril por lesión. El Valencia está por primera vez en casi seis meses fuera del descenso. Llegó a empezar dos jornadas del mes pasado a siete puntos de la salvación. Es difícil explicar lo que ha pasado al resto de equipos de la liga. Para el que quiera respuestas que empiece preguntando por Carlos Corberán y por el nigeriano Umar Sadiq.
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