'El Rey Franco' y el Sahara
DIEGO CARCEDO
Martes, 18 de noviembre 2025, 23:45
El futuro del Sahara Occidental, la última colonia del imperio español, llevaba bastante tiempo ya en litigio cuando hace cincuenta años estos días. El rey ... de Marruecos, Hassan II, movilizó a muchos miles de personas para conquistarla a pecho descubierto y sin disparos, pero con graves riesgos. Las férreas dictaduras que gobernaban en todos los países implicados permitieron que las negociaciones se mantuvieran en un secreto tenso. Marruecos, Argelia y Mauritania, que aspiraban al control o reparto del territorio maniobraban, juntas y por separado, para conseguir que España, una dictadura entregada a los países árabes, cediese a sus pretensiones sobre aquel territorio desértico y despoblado, aunque rico en fosfatos y pesca marítima. España por su parte se resistía a ceder las dos provincias artificiales creadas para demostrar que se trataba de un territorio tan español como Madrid o Cuenca. El almirante Carrero Blanco aspiraba a concederle una independencia ficticia, con su bandera en la ONU y la Guardia Civil manteniendo el control en el Aiun y Villa Cisneros.
Aquella Navidad desafié a la suerte y conseguí uno de los principales objetivos que a la sazón teníamos los reporteros especializados en conflictos: entrar en Uganda y entrevistar al presidente africano más cruel y esperpéntico del Continente: Idi Amín Dada, 140 kilos, asesino de vocación y boxeador de oficio. Llegar hasta él y entrevistarle requería un largo relato de peripecias que necesitaría una hora para contar con detalles. Era la primera entrevista y, tengo que reconocerlo, sentía miedo. Se prolongó cerca de dos horas, fue grabada para TVE y emitida en directo por la televisión ugandesa.
La realidad fue que al final Amín resultó cordial, me reservé algunas cuestiones espinosas, como la suerte que había corrido la princese de Toro, ex ministra de Exteriores, lo cual despertaba todo tipo de especulaciones, y me acabó asegurando que la había destituido cuando se enteró de que «había tenido sexo con un blanco en el aeropuerto de Orly».
Cuando terminamos, ya amigados, me cogió del brazo y me condujo a su despacho donde me concedió el honor de sentarme al lado de una fotografía de Pablo VI, en su visita al país, y en la butaca desde la que él había dado el golpe de Estado contra su predecesor, Milton Obote. Tras las primeras palabras, me espetó: «Sé que usted es amigo del 'Rey Franco' y quiero pedirle que le transmita un mensaje de Estado importante. Sé que tienen ustedes problemas con el Sahara y soy amigo del rey Hassan II de Marruecos, de los presidentes Boumediene de Argelia y Ould Dddadah de Mauritania y puede hablar con ellos y resolverle el problema a España». Nadie pudo ver el reportaje en España completo, pero el embajador de acreditación múltiple en la zona sí le llevó una copia a Amín vendiéndole el éxito mientras el ENTE lo vendía entero a otros países.
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