La alcaldesa de Valencia, María José Catalá, discrepa de lo expuesto en mi última columna y me ha facilitado datos explicativos del dinamismo de su ... gestión y la provisionalidad de algunos problemas originados a los ciudadanos. Ante mi «sensación de paralización en la gestión capitalina...», puntualiza: «Son datos objetivos, no sensaciones». De acuerdo con mi forma de entender el periodismo, siento el deber de publicarlos con la intención de no crear una polémica permanente que corresponde a los políticos.
Parece evidente que Catalá se rige por los principios que refleja María Elvira Roca en 'Imperiofobia y Leyenda Negra' cuando afirma: «El mando es responsabilidad, y el que manda tiene que asumir muchas responsabilidades y hacerles frente, no puede desertar de ellas o perderá el mando».
Sobre el caos circulatorio explica la razón, «pasaban 50.000 coches al día por Pérez Galdós -ahora se derivan a otras vías-. Sufriremos hasta que lo reabramos (próximo verano) pero al menos con nosotros esto es temporal. Con Ribó lo que hay ahora se quedaba permanente. Nosotros recuperaremos eltráfico tras las obras».
Respecto a la iluminación existen inversiones, «desde que estamos en el gobierno hemos realizado una inversión en renovación de alumbrado de cinco millones de euros (3.000 farolas nuevas) instalación ya ejecutada. Tenemos otros 4,5 millones de euros contratados, casi 3.000 más que instalaremos en 2026. Hemos actuado en 36 barrios y pedanías. Nuestro balance (de 2 años) ya supera lo invertido en todo el mandato anterior».
En el apartado de la limpieza, añade: «En 2022, último año completo de Ribó, el presupuesto fue de 70'8 millones de euros, en 2023 finalmente terminamos con 83. En 2024 el presupuesto de limpieza y recogida fue de 85 millones y en 2025 de 87.Cuando entramos en junio 2023 aprobamos un plan de choque de 400.000 euros adicionales, que duró seis meses mediante limpieza de aceras con baldeadoras e hidropresión».
Mi conclusión a la polémica: reconozco la mejora de las inversiones y la actividad municipal y pienso que a la ciudad le falta luminosidad y le sobra penumbra. En limpieza se necesita más financiación y educar especialmente a ciudadanos, comerciantes, bares y restaurantes. La tasa turística podría ser un instrumento.
Aún así, creo que tenía razón Pietro Nenni cuando respondió en 'Entrevistas con la historia' a Oriana Fallaci: «Sin la presencia de la duda perdemos la exacta valoración de los hechos y de las cosas, la manía de la certeza es la antesala del fanatismo. Con la manía de la certeza, se acaba por no escuchar las opiniones de los demás».
P.D. Mi solidaridad con David Alandete, corresponsal de ABC en USA, ante las críticas del Gobierno por preguntar a Donald Trump sobre España. Así es la vida.
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