Quid pro quo
Sí. Una cosa por la otra. No hace falta explicar el significado o quizá sí. Ayer tuve oportunidad de participar en una tertulia en la ... que la mayoría eran lo que se llama «gente del foro». Abogados en ejercicio algunos sonados. Y me dio por pensar en locuciones latinas y su aplicación al ejercicio del derecho.
Soy opinador, comunicador derivando desde la publicidad en el ejercicio de seducir a los demás, induciéndolos a ir a arruinarse, hasta la enseñanza universitaria y al periodismo en activo. Mundos muy movidos. Penetrando en la conciencia.
Vuelvo a las locuciones latinas y busco a un señor en Roma llamado Ulpiano y de él copio. Se las dedico a todos, pero especialmente a este señor hoy presidente de la Generalitat. De Finestrat el pueblo donde es o era alcalde. Parece que le quieren. Veremos aquí.
«Las tres máximas» de Ulpiano son: «Los preceptos del derecho son: vivir honestamente, no dañar a nadie y dar a cada uno lo que es suyo»
1.-Vivir honestamente. quien lo viole, será objeto de la sanción jurídica por ser su proceder contrario al honeste vivere.
2.-No dañar a nadie. La alteración del justo equilibrio que lesiona los afectos, la persona y sus bienes, obliga al restablecimiento del orden agredido.
3.-Dar a cada quien lo suyo. Quien hace lo que las leyes mandan cumple con dar a cada uno lo suyo. Cumplir los contratos, guardar los pactos, reconocer los derechos de los demás están ínsitos en el dar lo suyo a cada cual.
Parece difícil sustraerte a estos consejos. Sin embargo, se han perdido de vista y se está más al «Yo te doy y tú me premias». Digo yo si aquello que decía una Sra. llamada Magdalena Álvarez, llegada a ministra, de que «el dinero no es nadie» ha prendido en nuestra clase política y en otras. Gentes de antes y de ahora votadas en eso que llamamos vía democrática han perdido el norte.
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