Recibimiento masivo al Levante tras la victoria en el Martínez Valero
Más de un millar de aficionados acudieron a la convocatoria para dar una calurosa bienvenida a la plantilla en su regreso al Ciutat de Valencia, después de mantener plaza de ascenso directo
La ilusión está a rebosar en el levantinismo. Cada vez el ascenso se ve más cerca. Tan solo restan tres jornadas y el equipo mantiene ... la segunda posición, condición que permitiría al Levante UD el ascenso directo a Primera División por la vía más rápida, en parte por la importante victoria lograda frente al Elche por 1-3. Con motivo de ello y con tal de alentar a la plantilla en este sprint final, la afición granota se congregó para recibir a sus héroes en el regreso a Valencia.
Más de un millar aficionados estuvieron presentes en la zona del parking del Ciutat de Valencia. Desde poco antes de las 23:00 horas y hasta las 23:45 horas, momento exacto en que llegó la expedición a Orriols con algo de retraso, el goteo de levantinistas fue constante. A través de las redes sociales se había hecho un llamamiento previo para brindarles este emotivo recibimiento, al que se acudió en masa. Algunos lo hicieron con escala directa desde el Martínez Valero. Hubo otros que no tuvieran esa oportunidad de estar presentes, pero que sí acudieron al estadio levantinista desde distintos puntos de Valencia. Por contra, hubo incluso algún autobús de los desplazados a tierras ilicitanas que se vieron superados en carretera por el autobús oficial del Levante y llegaron tarde a la cita.
Con una combinación de fuegos artificiales y las gargantas entonando al unísono distintos cánticos fueron aclamados los futbolistas y cuerpo técnico. «Vamos mi Levante, vamos campeón» o «Volveremos a Primera como en el 63» fueron algunos de esas notas más repetidas, a la vez que al viento se ondeaban las bufandas y banderas azulgranas.
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Los más aclamados de la noche fueron Brugui, goleador por partida doble en Elche, el capitán Vicente Iborra, Carlos Álvarez y el entrenador Julián Calero. Todos buscaban un abrazo o hacerse un selfie con ellos o cualquier otro jugador. A su salida, a cada uno de los futbolistas se les reclamaba que tocaran el claxon de su vehículo. Prácticamente todos respondieron a la petición. Un auténtico acto festivo para cerrar la jornada sabatina, que se espera que tenga continuidad el próximo viernes con otro triunfo frente al Albacete, pero con los pies en el suelo y máxima humildad al saber que todavía no se ha logrado nada.
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