El momento más emotivo de la despedida de Vicente Iborra
Tras anunciar la retirada, el futbolista valenciano no pudo ocultar las lágrimas al acordarse de su hija Alma, con unas cenizas que reposan en el Ciutat de Valencia y admitió que «siempre nos ha guiado»
Fue una mañana difícil en la que contener las lágrimas. El Ciutat de Valencia se engalanaba para una jornada especial. Ya desde su llegada al estadio, acompañado de su familia y seres queridos, a Vicente Iborra se le veía con un brillo especial en los ojos. También en los de aquellos aficionados granotas que acudieron para expresarle su cariño, ya que minutos después hacía pública la decisión de dejar el fútbol.
En un acto marcado por la emoción, donde pocos eran los que salvaban de no tener los ojos y el rostro húmedo por las palabras del capitán del Levante UD, destacó uno de gran sentido especial. Iborra abrió al máximo su corazón, cuando dedicó unas palabras a su hija Alma, fallecida en 2011 a los pocos días de su nacimiento, un golpe de la vida que le afectó.
«Siempre nos ha acompañado, guiado y sentido cerca», destacó el ya exjugador valenciano cuando fue preguntado por el peor momento que había tenido que afrontar durante su carera y admitía que fue la pérdida de su primera hija. En ese momento, la tristeza inundó a toda su familia directa e incluso a la distinta representación del Levante.
Pero Iborra fue más allá y desveló un secreto conocido tan solo por unos pocos. «Sus cenizas están en el césped del Ciutat. Imaginaros cada minuto que he jugado lo que significaba para mí», se sinceró con el sentimiento que le caracteriza en cada palabra y gesto, más en un día tan especial.
No obstante, no fue el único momento de emotividad o de ternura. Con todos aquellos que le habían acompañado en este camino, también se le vio con la voz entrecortada. Entre ellos, cuando también se refirió a Héctor Rodas, amigo con el que ha compartido prácticamente cada momento en el Levante y que ahora se estrena en la función de secretario técnico del club. De la misma forma, en la exposición de un breve vídeo con algunos momentos especiales de su carrera, Vicente Iborra también levantó la mirada para que las lágrimas no terminaran de brotar.
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