El Levante se queja del VAR tras haber perdido cuatro puntos por errores
El club azulgrana emite un comunicado en el que pide una reflexión sobre el videoarbitraje tras la polémica del gol anulado a Bouldini
El VAR volvió a perjudicar al Levante. Una vez más. Motivo por el cual el club azulgrana ha presentado una queja formal al Comité Técnico de Árbitros, pidiendo explicaciones de por qué se tardó tanto en revisar si el gol de Mohamed Bouldini ante el Villarreal B era válido o no. Además, el club ha publicado también un comunicado oficial en el que afirman que se sienten perjudicados por las actuaciones arbitrales.
«A nuestro entender, las imágenes muestran que la jugada entre Carlos Álvarez y Bouldini fue reglamentaria. La decisión de anulación del gol no sólo perjudica al Levante en la competición, sino que además tuvo un impacto negativo en el desarrollo normal del partido. El Levante pide también una reflexión sincera sobre el conjunto de los hechos ocurridos y el gran perjuicio que ello provoca en el fútbol. Pensamos que, cuando un responsable del VAR tarda más de seis minutos en decidir si es o no fuera de juego, es porque existen serias dudas, y si es así, debería primar la interpretación del árbitro de campo pues, de otra forma, estaremos acabando con toda la esencia del fútbol», señala el club.
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Las imágenes mostradas por el videoarbitraje no fueron nada esclarecedoras. Una instantánea que inundó las redes sociales. Hasta la propia cuenta oficial del club la compartió a modo de protesta. La línea marcada por el delantero marroquí aparece prácticamente superpuesta con la del último defensa del filial groguet. Cuestión de milímetros. Algo que es difícil de entender. ¿Tanta ventaja tiene Bouldini en esa jugada por estar un dedo del pie por delante? Así lo dijo el propio Javi Calleja en rueda de prensa. «Cuando no está tan claro, vamos a premiar el fútbol, los goles y el espectáculo, no los quitéis. Si es claro, se anula rápido y ya está. Pero en esta las líneas no demuestran que esté en fuera de juego. Me parece una equivocación y que así no se puede actuar y que se deben cambiar ese tipo de decisiones», afirmó el técnico. Y tiene toda la razón del mundo.
Es difícil de entender. Y más con el historial que arrastra ya el Levante en los últimos meses. El más recordado, lógicamente, el de la revisión de la mano de Róber Pier en el añadido de la prórroga del partido por el ascenso. El Alavés se encontró de la nada con un penalti en el último minuto para subir a Primera y hacer añicos el futuro del Levante. El club se ha visto fuertemente afectado económicamente por una decisión de una herramienta que vino al fútbol para ayudar y que lo único que ha conseguido es complicarlo todo. Es cierto que ayuda en ocasiones. Que esclarece algunas acciones. Que permite valorar con otra perspectiva jugadas dudosas.
Pero tiene demasiadas lagunas que han hartado ya no sólo al Levante, a multitud de clubes. ¿Por qué unas jugadas sí se revisan y otras no? ¿Por qué la mano de Róber Pier se revisó y el cabezazo que recibe Sergio Lozano en el añadido ante el Villarreal B no se revisa? También pudo ser penalti y ni siquiera mereció una mirada en la pantalla. Contacto con el balón por parte del defensa del Villarreal B no hay. Es una acción que en el centro del campo se pitaría como falta.
ℹ️ Comunicado #LevanteUD https://t.co/btvIAw5uU3
— Levante UD (@LevanteUD) October 4, 2023
En lo que llevamos de temporada en LaLiga Hypermotion, el Levante siente que le han arrebatado ya cuatro puntos. Es decir, empató dos partidos que por decisiones arbitrales siente que debió haber ganado. El del martes ante el Villarreal B y el de la primera jornada ante el Amorebieta. En aquel encuentro el VAR revisó una mano de Carbonell, que se ayudó de su extremidad para acomodar un balón que terminó rematando al fondo de las mallas. El gol se validó, ya que a ojos del árbitro, fue una mano involuntaria propia de un rebote en su rodilla tras el despeje de Postigo. Fue un déjà vu. Y de los malos.
En el primer partido que el Levante jugó tras el penalti de Villalibre, volvía a sucumbir ante el VAR. En cuestión de cuatro meses, tres jugadas que han sacado de quicio a una afición que está sufriendo mucho por los colores que ama y que siente que todo va en su contra. La queja formal del club, casi con total seguridad, acabará en nada. Triturada, seguramente. Ser árbitro es muy difícil. Todo el mundo lo dice, hasta los propios entrenadores. Nadie lo niega. Pero teniendo hoy en día la capacidad tecnológica que se tiene, es inentendible que se siga llegando a estos extremos. Algo debe cambiar. «¿Tan difícil es tomar una buena decisión viendo una TV?», escribió Postigo en Twitter al finalizar el encuentro ante el Villarreal B. «Cada vez que lo veo más increíble me parece. Errores tan graves que ya sabemos por experiencia propia lo que puede significar al final de temporada», añadió a la mañana siguiente ya en frío. Palabra de capitán.
