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El mundo del fútbol y el periodo del mercado de fichajes presenta acontecimientos que muchas veces se escapan de las manos. Lo que un día puede ser azulgrana, al otro puede ser blanquinegro, parafraseando incorrectamente el dicho popular. Con Dani Raba sucedió exactamente esto, donde unas temporadas atrás tuvo apalabradas las condiciones para su llegada al Levante UD. Esta nunca se dio. En cambio, en el día de hoy, se ha convertido oficialmente en jugador del Valencia.
Era septiembre de 2020. Tras el verano de la pandemia por el Covid-19, donde meses atrás el mundo entero paralizó su actividad rutinaria y afectó también a LaLiga, que no pudo retomarse hasta el mes de julio, consecuentemente afectó también a los plazos de la ventana estival de fichajes. En esos últimos coletazos, entró en escena el nombre de Dani Raba. Por petición expresa del entrenador Paco López, el Levante negoció y acordó con el Villarreal la cesión del futbolista cántabro.
Sin embargo, cuando ya solo restaba la firma, el club castellonense tumbó la operación. Tras los avances de la pretemporada y en vistas a un curso en que el Villarreal debía afrontar tres competiciones, dieron el frenazo y consideraron que finalmente Dani Raba debía continuar en las filas groguetas, debido también a su polivalencia sobre el terreno de juego. Meses más tarde, ya en el periodo invernal de 2021, el Levante pasó otra vez a la ofensiva, pero de nuevo se topó con la negativa de los de La Cerámica.
Aquella temporada 2020-21, en la que el jugador llegaba de rubricar una destacada militancia en las filas del Huesca durante el curso anterior, se tradujo en una discreta participación con el Villarreal. No facilitaron su salida al Levante y poco más de 300 minutos disputó entre las distintas competiciones oficiales. Aún continuó en el mismo club otra media campaña, la de inicio de 2021-22, hasta que en enero marchó a Granada y ya posteriormente firmó por el Leganés, con quien fue figura destacada tanto en el ascenso como en Primera División.
Lo de Dani Raba fue un «quiero y no puedo» por parte del Levante. Un deseo frustrado, que tuvo tan cerca que causó gran resignación en el cuerpo técnico y dirección deportiva de entonces. Pasado el tiempo, será de cara al próximo campeonato liguero cuando se vuelvan a ver las caras, en esta ocasión en el derbi de más rivalidad para los granotas.
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