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El Levante volvió a experimentar lo bueno y lo malo de la épica del fútbol. El tanto de Álex Forés, en el tiempo de añadido ... y que ponía el 1-2, parecía definitivo en el Arcángel. Ese triunfo momentáneo colocaba a los de Julián Calero líderes, con un margen de puntos sobre sus perseguidores considerable y con la flechita para arriba. Pero el destino fue cruel y el zapatazo de Rubén Alves en prácticamente la última jugada del encuentro volvió a situar las tablas en el marcador (2-2), certificando un reparto de puntos que permite al Levante seguir en ascenso directo una jornada más, pero con un pinchazo agridulce en el recuerdo.
Córdoba CF
2
-
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Levante UD
Julián Calero decidió apostar por la continuidad. Si no está roto, no lo arregles, dice el refrán. Pues dicho y hecho. Mismo once que ante el Racing de Santander. El buen nivel mostrado por Jorge Cabello en la última victoria no podía ser ignorado, por lo que se mantuvo en el equipo inicial. Una alineación ya muy trabajada, en ese 4-4-2 que permite al Levante defender en bloque medio-bajo, con dos centrocampistas de contención como Oriol Rey y Giorgi Kochorashvili, para presionar a la salida del rival en busca de una recuperación rápida que lance a las balas de arriba. Dicho y hecho, el plan de partido salió a la perfección poco después del cuarto de hora de la primera mitad.
El Córdoba se hizo un lío en la salida del balón cerca del centro del campo, y una marabunta de jugadores granotas provocó un par de rebotes que terminaron con el esférico en las botas de Carlos Álvarez. El peor escenario posible para los cordobeses. Y cómo no, el mago levantinista sacó su varita y trazó un pase al hueco en busca del desmarque de Roger Brugué. El delantero catalán, perseguido por uno de los centrales y presionado por la salida fulgurante del portero Carlos Marín, se dio un autopase largo de esos que sólo aquellos que tienen plena confianza en su punta de velocidad, ya que ese balón por poco no se fue por línea de fondo. Pero sí, Brugui llegó a tiempo, justo frente al poste, y con un ligero toquecito, empujó a puerta vacía para marcar el primero de la tarde y colocar, momentáneamente, de nuevo al Levante en lo más alto de la clasificación.
Y es que el equipo granota aprovechó la única oportunidad que tuvo en el primer tiempo, pero es que así es como suman los equipos grandes que aspiran por subir a Primera. Sin jugar bien, sabiendo sufrir, y sin perdonar cuando se tiene la oportunidad. El Córdoba, en cambio, pese a tener el dominio de la posesión —72% hasta el descanso— se tiraba de los pelos cada vez que se acercaba al área levantinista. La tuvo Antonio Casas, con un disparo potente que se estreló contra la madera. También tuvo que intervenir Andrés Fernández, con una mano prodigiosa aunque con una pizca de suerte, ya que el disparo a bocajarro de Carlos Albarrán fue directamente al muñeco.
El Córdoba tuvo varias ocasiones y más posesion, pero el Levante, muy bien plantado atrás aunque sufriendo, se fue al entretiempo por delante cazando una al contragolpe tras un error. Pero poco duró el marcador a favor tras la reanudación. El Córdoba realizó un pequeño ajuste ofensivo y no tardó ni dos minutos en igualar la contienda. Una buena salida desde atrás terminó con un pase hacia Pedro Ortiz, que cuando parecía que se frenaba, colocándose de espaldas ante Unai Elgezabal, pivoteó tras ser invadido por el espíritu de Hakeem Olajuwon y sacó un zurdazo al primer palo que sorprendió a Andrés Fernández.
Rápidamente movió el banquillo Calero, dando entrada a Vicente Iborra y Álex Forés, por Pablo Martínez y José Luis Morales, que no tuvieron su mejor partido. Confía ya bastante el técnico en Forés, que tras su gol ante el Racing, se ha merecido más minutos. Pero en uno de sus primeros contactos en el Arcángel, la mandó a las nubes cuando estaba solo para empujarla. Cazó el rechace que dejó muerto el portero tras un disparo lejano de Kocho, pero falló en la definición. Respondió el Córdoba, con un disparo cruzado que salió rozando el palo de Carlos Isaac, poniendo el miedo en el cuerpo al centenar de aficionados granotas desplazados.
Hubo momento para la polémica, ya que en la recta final del encuentro, Palencia Caballero llegó a señalar un penalti de Elgezabal sobre Théo Zidane en un balón dividido, pero tras la revisión del VAR, se levantó la decisión al apreciar que el defensor granota había tocado claramente la pelota antes que la pierna del atacante cordobés. Y cuando parecía que ambos equipos, especialmente el Levante, firmaban las tablas y el reparto de puntos, volvió a aparecer el héroe. Álex Forés, tras un balón muy peleado por Carlos Espí, consiguió perfilarse hacia su pierna derecha tras recortar hacia dentro, y con un potente disparo raso ajustado a la cepa del palo corto, consiguió desatar la locura con otro gol agónico. No obstante, el destino guardaba un cruel revés para el Levante, al que le faltó contundencia en las últimas acciones. Rubén Alves cazó un balón suelto y con un potente zurdazo metió uno de esos golazos inexplicables que robó dos puntos del casillero granota. El empate, a la postre quizá justo, deja al equipo de Orriols una jornada más en ascenso directo, pero a expensas de lo que hagan sus competidores, seguramente con menos margen de error.
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