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El presunto asesino de Madeleine McCann, investigado por la desaparición de una niña de 5 años

El presunto asesino de Madeleine McCann, investigado por la desaparición de una niña de 5 años

Christian B. confesó en un chat a un conocido su deseo de abusar de niños. Quería «capturar a alguien pequeño para abusar durante días»

juan carlos bArrena

Corresponsal en Alemania

Viernes, 5 de junio 2020, 14:53

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Christian B., el presunto secuestrador y asesino de la niña británica Maddie McCann, desaparecida en el Algarve portugués hace 13 años, podría ser un infanticida en serie. La Oficina Federal de lo Criminal (BKA) alemana anunció hoy que investiga al sospechoso por la desaparición de otra pequeña, la niña alemana Inga que se esfumó sin dejar rastro en mayo de 2015 cuando estaba con sus padres de excursión cerca de la localidad de Stendal, en la región germano-oriental de Sajonia-Anhalt.

El hombre de 43 años residía en el momento de la desaparición de la pequeña, rubia y delgadita como Maddie, en un terreno cercano de su propiedad con una fábrica en ruinas. Un año después y en un registro realizado en ese terreno por la policía, los agentes encontraron un portador de datos informáticos con, entre otras cosas, pornografía infantil con imágenes muy duras de abusos sexuales con bebés y niños pequeños. En una caravana situada en el terreno y que habitaba al parecer Christian B. en 2015, los investigadores hallaron también ropa infantil, a pesar de que el sospechoso no tiene familia.

La desaparición de Inga tuvo lugar cuando visitaba con sus padres una residencia diacónica para la terapia de drogadictos en la pequeña localidad de Wilhelmsdorf. La pequeña de cinco años fue vista por última vez buscando leña al borde de un bosque aledaño para hacer un fuego con su familia. La operación de búsqueda de la niña, en la que participaron cientos de policías con perros de rastreo y helicópteros, se desarrolló en los días y meses posteriores sin éxito. Christian B. estuvo ya entonces en el punto de mira de la investigación, pero la falta de pruebas e indicios hizo que no fuera inculpado. En declaraciones al rotativo Magdeburger Volksstimme, Petra Küllmei, abogada de la madre de Inga, revela que la presencia de Christian B. en la zona donde se perdió la pista a la pequeña está documentada.

«Solo un día después de la desaparición de Inga en Wilhelmsdorf junto a Stendal Christian B. tuvo un accidente que quedó registrado al aparcar en una zona de descanso de la autopista A2 junto a Helmstedt», cerca del lugar de la desaparición de Inga, señala la abogada, quien subraya que el sospechoso carece de coartada para el día en el que la niña alemana fue vista por última vez. Petra Küllmei lamenta que en su momento los investigadores cerraran el caso de manera precipitada. «Solo cuatro semanas después de comenzar su trabajo cerraron el acta. Algo que considero muy poco ambicioso», señala la abogada, por cuya iniciativa vuelve a abrirse ahora, ante la sospecha de que Christian B. podría ser también el responsable de la desaparición de Inga, en un caso que recuerda sin duda al de la pequeña Maddie.

Spiegel Oline revela por otro lado que Christian B. habría tenido relación con un empleado de la residencia diacónica de Wilhelmsdorf, que es investigado actualmente también por la BKA por posible complicidad. Este segundo sospechoso, cuya identidad no ha sido facilitada, tuvo un comportamiento que llamó la atención tras la desaparición de Inga y sufre al parecer de una alteración narcisista de la personalidad.

Deseo de abusar de niños

El semanario Der Spiegel revela en su edición de mañana, sábado, que Christian B. confesó en un chat de internet a un conocido dos años antes de la desaparición de Inga sus tendencias sexuales y su deseo de abusar de niños, según actas de la investigación a las que la revista ha tenido acceso. El sospechoso escribió entonces que quería «capturar a alguien pequeño para abusar durante días». Advertido por el conocido de que eso podía ser peligroso, el hombre respondió que eso no es problema «si las pruebas desaparecen después».

Christian B. cumple actualmente una condena de siete años de cárcel en una prisión en la ciudad alemana de Kiel dictada en diciembre pasado por la agresión, robo y violación de una anciana estadounidense de 72 años en 2005 en el Algarve, crimen para el que los investigadores tardaron más de una década para encontrar pruebas en su contra. El hombre de 43 años residió entre 1995 y 2007 de manera regular en esa región portuguesa. Tanto en ese país como en Alemania cuenta con amplio historial de antecedentes por robos, asalto, acoso sexual, abusos sexuales a menores, difusión de pornografía infantil y tráfico de estupefacientes.

En el caso de la desaparición de Maddie McCann solo existe una seria sospecha, ya que ni se ha encontrado el cadáver de la pequeña ni se han presentado testigos que confirmen la autoría de su presunto secuestro y asesinato. Con la pequeña Inga sucede exactamente lo mismo.

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