Una guerra con muchos perdedores

Pero también alientan nuevos peligros encarnados en comportamientos miméticos que lleven a imitar a unos y a otros. «Las acciones de Hamás y sus aliados servirán como una inspiración como no hemos visto desde que Isis lanzó su llamado califato hace varios años», advirtió este jueves el director del FBI, Christopher Wray. Antes del 7 de octubre –cuando iniciaron las hostilidades– «ya se habían registrado preocupantes expresiones de odio», denuncia Human Rights Watch (HRW). Sin embargo, desde la escalada de la violencia se ha visto «un aumento alarmante», principalmente en Londres, París, Berlín y Washington. Los incidentes contra los judíos aumentaron un 400% en octubre en comparación al mismo periodo del año pasado en Estados Unidos, según la Liga Antidifamación. Una cifra que revela que el antisemitismo está alcanzando «niveles históricos».

Las viviendas de los judíos marcadas en Francia, las sinagogas atacadas con cócteles molotov en Alemania, los cementerios profanados en Austria y las redes sociales atiborradas de amenazas han desatado esta semana la alarma de Occidente. Los gobiernos se han visto obligadas a adoptar medidas para detener el odio que ha desatado la guerra.

Tanto París como Berlín han prohibido manifestaciones que abogan por la causa de la comunidad palestina por ser consideradas como una «incitación» a la violencia. El Ejecutivo germano anunció este jueves el veto a las actividades de Hamás –que cuenta con el apoyo de 450 personas en Berlín, la mayoría de ciudadanía alemana, según la Inteligencia de ese país– y de la organización propalestina Samidoun. «El antisemitismo no tiene cabida, independientemente de donde venga», advirtió la ministra del Interior, Nancy Faeser.

Las esvásticas pintadas en los últimos días en varios edificios de la capital germana se equiparan con las estrellas de David azules que han aparecido esta semana en paredes de sesenta edificios en París. Según el ministro del Interior galo, Gerald Darmanin, se han registrado más de 850 actos antijudíos desde el ataque del grupo terrorista a Tel Aviv.

Los cerca de 9.000 palestinos muertos durante la represalia del Estado hebreo, donde han fallecido más de 1.400 israelíes y más de 250 personas han sido secuestradas, se lamentan en todo el mundo, creando una dualidad de discriminación y odio. «Estamos viendo los horrores que nos contaron nuestros abuelos», dijo Noa Tishby, una actriz israelí que se ha convertido en la voz de los propalestinos, pero antiHamás, en Estados Unidos. A favor de detener la pérdida de vidas de inocentes en Gaza, pero en contra de la organización islamista radical, Tishby se ha encarado con el Gobierno judío.

El 60% de todos los crímenes de odio religioso son perpetrados contra personas judías en el país norteamericano, reveló el FBI. Un panorama que salpica a los jóvenes y sus redes sociales. La cruda amenaza de «apuñalar» y «degollar» a cualquier hombre judío que «viera en el campus, violar y arrojar por un acantilado a cualquier mujer hebrea y decapitar a cualquier bebé judío» apareció el martes en internet. Un estudiante de 21 años de la Universidad de Cornell, que ya fue detenido, disparó el miedo de la comunidad judeoestadounidense.

Las escuelas diurnas de esta comunidad han cancelado las clases en Norteamérica, se han cerrado sinagogas, las tiendas de la comunidad judía son protegidas por la Policía y especialistas en ciberseguridad trabajan mano a mano con las universidades para evitar mensajes de odio virtuales. La población hebrea regresa al encierro para resguardarse de la persecución como lo hacía hace casi un siglo.

Sólo tres días antes, Biden había proferido estrategias antisemitas y este jueves tuvo que implementar regulaciones a la islamofobia. En Estados Unidos, Wadea al-Fayoume, un niño palestinoestadounidense de 6 años asesinado a mediados de octubre por ser musulmán, se ha convertido en el rostro de la ferocidad de la discriminación. Un hombre de 71 años apuñaló al menor y su madre, quien resultó gravemente herida, en Chicago.

Al-Fayoume se convirtió este jueves en la bandera de la primera ley contra la islamofobia en la historia del país. El presidente, Joe Biden, duramente criticado por su firme apoyo a Israel durante la guerra, anunció este jueves la estrategia que pretende evitar que más vidas ajenas al conflicto en Oriente Próximo se pierdan por culpa del exacerbado odio. «En EE UU no hay lugar para cualquier forma conexa de prejuicio y discriminación», indicó la Casa Blanca.