Starmer recibe con frialdad en Londres al presidente israelí en medio de las tensiones por Gaza
El primer ministro británico muestra a Isaac Herzog su descontento con Tel Aviv y vuelve a condenar el ataque del martes contra su aliado Qatar
Ivannia Salazar
Londres
Miércoles, 10 de septiembre 2025, 21:51
El presidente de Israel, Isaac Herzog, fue recibido este miércoles en Downing Street por el primer ministro británico, Keir Starmer, en una reunión marcada por ... la tensión diplomática y por un trasfondo de protestas y críticas que se intensificaron en Londres a raíz de su visita. El encuentro se produjo apenas un día después de que Israel ampliara sus ataques contra Hamás con un bombardeo en Doha, dirigido contra líderes políticos de la organización islamista, en territorio de Qatar, uno de los principales aliados del Reino Unido en Oriente Medio. Si la situación ya era de por sí tensa, la acción militar, que Londres condenó abiertamente, ensombreció cualquier expectativa de un diálogo distendido entre ambos mandatarios.
La llegada de Herzog a Downing Street estuvo rodeada de un clima de frialdad visible. Ambos dirigentes se dieron la mano ante la residencia oficial del primer ministro, pero lo hicieron sin intercambiar sonrisas ni gestos de complicidad, al contrario que con otros líderes a los que el premier ha recibido, reflejo de la distancia política que atraviesan las relaciones bilaterales. El conflicto en Gaza ha tensado los vínculos del Estado hebreo con Reino Unido y con buena parte de Europa, especialmente desde que Londres, junto a otros países occidentales como Francia y Canadá, anunciara su intención de reconocer un Estado palestino y de impedir la participación de altos cargos israelíes en la feria de defensa más importante del país, que se celebra esta semana.
Starmer llegó a la cita bajo fuertes presiones internas. Diversos sectores, incluso dentro de su propio partido, le han exigido adoptar una postura más firme frente a Israel. En la sesión de control celebrada horas antes del encuentro en la Cámara de los Comunes, el primer ministro adelantó que utilizaría su reunión con Herzog para transmitir un mensaje inequívoco: «Condenamos la acción de Israel en los bombardeos de Doha», afirmó. Añadió que insistiría en que se levantaran las restricciones a la entrada de ayuda humanitaria en Gaza, que cesara la ofensiva militar sobre el enclave y que se detuviera la expansión de asentamientos en Cisjordania. «Por difícil que sea, el Reino Unido no se retirará de una solución diplomática. Negociaremos y haremos todo lo posible, porque esa es la única forma de liberar a los rehenes y permitir la entrada de ayuda», declaró el líder laborista en el Parlamento.
El presidente israelí, cuyo cargo tiene un carácter fundamentalmente ceremonial, había adelantado antes de su llegada que rechazaría «de plano» las posiciones del Reino Unido. La oficina de Herzog señaló que protestaría por la decisión británica de sancionar en junio a ministros de extrema derecha de su Gobierno y que consideraba «inaceptable» cualquier iniciativa de Londres encaminada a reconocer un Estado palestino, al entender que equivaldría a «recompensar a Hamás».
La reunión con Herzog se celebró apenas dos días después de que Starmer recibiera en Londres al presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abás. En ese encuentro, ambos coincidieron en que Hamás no tendría «ningún papel» en un futuro Estado palestino. El Gobierno británico ha asegurado que reconocerá oficialmente a Palestina en la Asamblea General de la ONU, prevista para finales de este mes, a menos que Israel cumpla cuatro condiciones: el fin del conflicto en Gaza, un mayor acceso a la ayuda humanitaria, un compromiso con la negociación política y la paralización de la colonización en territorio ocupado.
Solidaridad con Doha
El contexto internacional amplificó la tensión. El ataque israelí en Qatar, país aliado de Londres y de Washington, fue calificado por Starmer como una violación de soberanía que «nada aporta a la paz que Reino Unido y tantos de nuestros aliados buscan». El primer ministro británico aseguró haber hablado la noche anterior con el emir catarí para trasladarle su solidaridad y su apoyo a las gestiones diplomáticas en curso. «Él fue muy claro en que, pese a los ataques, continuará trabajando en una solución diplomática para lograr un alto el fuego y una solución de dos Estados», señaló Starmer en los Comunes.
La visita de Herzog coincidió con un repunte de la violencia en la región. Israel ha intensificado en los últimos días sus operaciones en Gaza y ha lanzado ataques en Siria, Líbano, Yemen y Qatar, lo que ha generado una ola de indignación internacional y nuevas peticiones de rendición de cuentas. El Centro Internacional de Justicia para los Palestinos remitió una carta a Scotland Yard solicitando que Herzog fuera investigado «por responsabilidad penal en crímenes de guerra», y la organización Friends of Al-Aqsa pidió al fiscal general que emitiera una orden de arresto contra el mandatario hebreo.
Organizaciones humanitarias y defensores de derechos humanos también criticaron la visita. Sacha Deshmukh, director de Amnistía Internacional en Reino Unido, afirmó que, aunque la función de Herzog es en gran medida representativa, «ha optado por utilizarla para defender el castigo colectivo». Añadió que esta visita constituye «una prueba de liderazgo y principios» para el Gobierno británico y advirtió de que «los apretones de manos cordiales y las palabras amables no demostrarán nada».
El malestar se extendió al ámbito político. Wes Streeting, ministro de Sanidad en el Ejecutivo de Starmer, advirtió esta semana de que la gestión israelí del conflicto está empujando al país hacia un «estatus de paria». El líder del Partido Nacional Escocés en Westminster, Stephen Flynn, fue especialmente duro al acusar al primer ministro de «acoger en su residencia al hombre que llamó al castigo colectivo del pueblo palestino mientras los niños mueren de hambre en Gaza». Ante estas críticas, Starmer replicó que «Reino Unido ha suspendido la venta de armas que podrían ser utilizadas en Gaza, ha sancionado a extremistas y ha congelado conversaciones comerciales» con Israel. Sin embargo, insistió en que «la única vía hacia la paz» pasa por la negociación. «No renunciaré a la diplomacia», dijo.
Protestas en la capital
Las protestas en Londres se multiplicaron durante la jornada. Muchos manifestantes se concentraron frente a Downing Street y en los alrededores de Chatham House, donde Herzog pronunciaría un discurso, golpeando cacerolas y portando pancartas en las que se le acusaba de crímenes de guerra. Desde la prensa también hubo críticas, quizá la más fuerte la del diario escocés 'The National' que tituló en su portada: «Starmer despliega la alfombra roja al genocidio». Cabe destacar que el Gobierno británico ha aclarado recientemente que no considera que las acciones de Israel en Gaza constituyan un genocidio, argumentando que no se ha demostrado la intención específica de destruir, total o parcialmente, a la población palestina, un requisito fundamental para que se configure este crimen según la Convención de la ONU sobre el Genocidio, pese a reconocer que los niveles de destrucción y sufrimiento en la Franja son de una magnitud devastadora.
Herzog, en el cargo desde 2021, dijo en octubre de 2023, tras los ataques de Hamás contra Israel en los que 1.200 personas fueron asesinadas y alrededor de 250 secuestradas, que «toda la población de Gaza» era responsable, lo que fue interpretado como un aval al castigo colectivo.
La visita del presidente israelí al Reino Unido se prolongará hasta el viernes y se produce en un momento en que, según datos de organizaciones palestinas y de la ONU, más de 64.000 palestinos han sido asesinados en Gaza desde el inicio de la ofensiva israelí en octubre de 2023.
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