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Donald Trump y su esposa Melania, este viernes en los jardines de la Casa Blanca. EFE
Trump, crónica de un juicio anunciado

Trump, crónica de un juicio anunciado

El presidente de EE UU se enfreta a un 'impeachment' que sus detractores piden desde el día en que fue elegido

Mercedes Gallego

Nueva York

Sábado, 18 de enero 2020, 20:49

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El 20 de enero de 2016, mientras Donald Trump levantaba su mano sobre la Biblia para ser investido presidente en las escalinatas del Capitolio, una página web de nuevo cuño se venía abajo por la avalancha de tráfico: impeachDonaldTrumpNow.org. Millones de estadounidenses que nunca pensaron que el magnate de 'reality show' pudiera ganar las elecciones, y luego confiaron en que los representantes del colegio electoral traicionasen el encargo de las urnas, se aferraron con desesperación a la remota posibilidad de que el Congreso abortase su presidencia mediante un proceso de 'impeachment'. Para éstos, el día del juicio final por fin ha llegado.

Primero pensaron que sus turbios negocios inmobiliarios generarían un conflicto de intereses que ameritase su inhabilitación. Luego, depositaron todas sus esperanzas en la investigación sobre la trama rusa que inició James Comey al frente del FBI y continuó el fiscal especial Robert Mueller. Dos años después, el informe Mueller les dejó con las manos vacías y la convicción de que sólo un 'impeachment' les libraría de la maldición trumpiana. Los líderes del Partido Demócrata se resistieron al grito de las bases, hasta que se abrió el cielo y apareció Ucrania en el horizonte

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La investigación realizada en el Congreso ha dejado pocas dudas de que el presidente actúa por libre y utiliza el poder de su cargo para sus propios intereses políticos, pero Trump parece un jinete del Apocalipsis capaz de cabalgar sobre el resto del mundo. Amén de que ésta es una batalla perdida de antemano al tener el Partido Republicano el control de la Cámara Alta donde se votará el 'impeachment'.

Con todo, es sólo la tercera oportunidad en la historia de ver el juicio político de un presidente de EE UU, que nunca ha resultado en la inhabilitación del mismo. En las próximas semanas los senadores tendrán que sentarse a escuchar en silencio el caso contra Donald Trump, privados de sus teléfonos y aparatos electrónicos, sin posibilidad de escapar a la fuerza de las acusaciones. Si para cuando acabe no ha bajado el Espíritu Santo a revelarles la magnitud de sus crímenes, habrá que esperar a que hablen de nuevo los votantes el 3 de noviembre, cuatro años después de que Donald Trump fuese elegido presidente contra todo pronóstico.

¿Cuándo empieza el juicio?

El juez John Roberts, presidente del Supremo, tomó juramento el jueves a los 100 senadores que prometen ser «testigos imparciales». El juicio se abre el martes a las 13:00 horas (19:00, en España) con la presentación del caso por parte de la acusación, que refutará la defensa.

¿Cuánto durará?

El de Bill Clinton se prolongó más de un mes, pero Trump quiere que éste no pase de dos semanas para que haya terminado cuando pronuncie su discurso anual sobre el Estado de la Unión el 4 de febrero. Los demócratas también tienen interés en que sea breve para que no interfiera más en la selección de su nominado presidencial, que empezará el 3 de febrero con los caucus de Iowa. Tres aspirantes -los senadores Bernie Sanders, Elizabeth Warren y Amy Klobuchar- tendrán que quedarse sentados en Washington hasta que acabe el proceso en vez de hacer campaña.

¿Cuáles son las acusaciones?

La Cámara Baja aprobó el 19 de diciembre dos acusaciones o 'artículos de 'impeachment' contra Donald Trump, con el apoyo de un sólo republicano que había dejado el partido para hacerse independiente. El primero, por abuso de poder, al considerar que retuvo la ayuda militar a Ucrania como presión para que su presidente, Volodímir Zelensky, accediera a anunciar una investigación por corrupción a la empresa energética Burisma, en cuyo consejo de dirección servía Hunter Biden, hijo del exvicepresidente Joe Biden, su potencial rival en noviembre. Trump también condicionó a ello su visita a la Casa Blanca. El segundo, obstrucción a la justicia, por haber bloqueado la investigación del Congreso.

¿Cómo se destapó la trama?

Un trabajador anónimo de la CIA que escuchó la llamada del 25 de julio en la que Trump pidió a Zelensky «un favor» lo denunció a través de los canales oficiales y se lo comunicó al Comité de Inteligencia de la Cámara Baja. La transcripción de la llamada que hizo pública el propio Trump el 24 de septiembre confirmó la acusación, así como los testimonios de varios diplomáticos que han testificado durante dos meses y medio de investigación.

¿Cuál es el formato?

A diferencia del 'impeachment' de Clinton, el Senado no ha votado las reglas del proceso, lo que augura un comienzo caótico. Como en un juicio tradicional, los senadores que ejercen de jurado tendrán que sentarse en la cámara durante todo el proceso sin teléfonos, ordenadores, libretas o material de lectura ajeno al caso. Las únicas cámaras permitidas serán las del Senado, que transmitirán a las cadenas de televisión imágenes limitadas a través de C-Span. Este servicio ha pedido que se levanten las restricciones, pero que se sepa no había recibido respuesta. Art Lien, un dibujante del Supremo con casi medio siglo de experiencia, complementará las imágenes con su pluma.

¿Quiénes litigarán el caso?

Los diez fiscales o 'managers' nombrados por la portavoz del Congreso Nancy Pelosi y los abogados defensores del presidente. Entre estos últimos se encuentra el fiscal especial que persiguió a Bill Clinton Kenneth Starr.

¿Habrá testigos?

Es la gran incógnita. El líder del Senado quiere limitar los testimonios a los que ya recogió la Cámara Baja durante la investigación, pero los demócratas pretenden que se incluyan otros testigos que han surgido después, como el ex consejero de Seguridad Nacional John Bolton, quese negó a involucrarse en las presiones a Ucrania; Lev Parnas, el socio de Rudy Giuliani que organizó los contactos con el Gobierno de Kiev; y el jefe de gabinete de la Casa Blanca, Mick Mulvaney, que dio la orden de congelar la ayuda militar a Ucrania. Para autorizar nuevos testimonios bastaría una mayoría simple, por lo que cuatro republicanos tendrían que sumarse a los demócratas e independientes. Tres republicanos -Mitt Romney, Susan Collins y Lisa Murkowsky- han dicho que estarían abiertos a ello. En tal caso los republicanos querrían llamar a Hunter Biden para que explique cómo consiguió que Burisma le pagase 50.000 dólares (45.000 euros) al mes sin tener experiencia en el sector energético.

¿Trump será inhabilitado?

La posibilidad es muy remota. El Partido Republicano ha cerrado filas en torno al presidente a diez meses de que tanto él como la Cámara de Representantes al completo y un tercio del Senado renueve mandato en las urnas. Incluso si se demuestra la veracidad de las acusaciones, dos tercios del Senado tendría que considerar su inhabilitación. O sea, trece senadores republicanos estarían obligados que cruzar filas y unirse a los 45 demócratas y dos independientes en la votación final.

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