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Una pareja pasea por la calle con sus hijos. LP

Ganas de volver a empezar

Futuro. Empresarios y trabajadores se enfrentan a la incertidumbre pero con certeza de seguir adelante

R. HUESCA

VALENCIA

Domingo, 17 de mayo 2020, 01:07

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Con 'Volver a empezar', el cineasta José Luis Garci se puso en la piel de una generación interrumpida por el paréntesis dramático de una guerra y una posguerra. Pero la cinta es un canto a la vitalidad. Esos españoles fueron un ejemplo de resiliencia. Y es que volver a empezar, en cualquier situación, es siempre un reto. Volver es una continuación, volver a empezar implica cambios sustanciales. Para empezar de nuevo hay que darse la vuelta y recorrer otra vez el camino andado. Es un ejercicio que implica reflexión, adaptación, voluntad, coraje y optimismo.

El Covid-19 nos ha puesto a todos contra la pared, contra las cuatro paredes de nuestras casas, nos ha encerrado y nos ha dado tiempo para pensar. Y eso es una ventaja, aunque nos haya parecido un castigo interminable puede que sea nuestra salvación. Empresarios y trabajadores se enfrentan a un futuro incierto pero con una idea clara: igual que los virus, hay que mutar. Pero manteniendo el núcleo del genoma, la esencia.

Manuel, director de una empresa del sector turístico dedicada a la organización de visitas culturales, gestión patrimonial y a la explotación de varios establecimientos de turismo rural, recuerda cómo el Estado de Alarma congeló la actividad. Pero su reflexión es optimista: «Aunque vemos algunos reparos todavía en la gente, la mayoría está ilusionada con el verano, que puede ser el que alivie un poco el sector turístico. Empezamos a tener reservas de larga duración en las casas rurales en los meses de julio y agosto, así que si todo va bien poco a poco volveremos a tener una actividad parecida a la de meses normales». Sandra Granell, socia de Wexford Executive Research, consultora de recursos humanos y selección de personal, desvela todo lo que ha aprendido durante el confinamiento, tanto en el ámbito laboral como personal y social. Y no es poco: «Muchas empresas van a darse cuenta de que se puede teletrabajar, van a aprender a confiar en su gente. Estamos juntos en esto. Aquí no importan los ideales políticos, las clases sociales ni las nacionalidades. Luchamos juntos contra esta crisis sanitaria y está en nuestra mano aportar nuestro granito de arena para salir cuanto antes de esta situación. Vamos a aprender a valorar más, si cabe, a muchos colectivos de nuestra sociedad por la labor tan valiente y solidaria que están realizando. Es importante dar valor también a este tiempo en familia. De ninguna otra forma podríamos haber tenido tanto tiempo para disfrutar de los nuestros». Antonio, responsable de una web de comercio electrónico de productos de alimentación de proximidad y kilómetro cero, recalca las palabras de Granell pero en un sector completamente diferente. «Parece que todos estamos deseando retomar la actividad cuanto antes. Además, esta crisis ha hecho que la gente pierda el miedo a comprar 'online', lo que juega a favor de los negocios que ya estábamos en esa dinámica», explica. José Cuñat, también socio de Wexford, asegura que pese a la crisis de confianza propiciada por el impacto del coronavirus, «muchos empresarios ya cuentan con la experiencia de 2008 y han decidido ajustar estructuras y tener muy controlados los costes fijos de sus empresas, al menos durante este 2020». «Como nota positiva, se atisba cierto optimismo en cuanto a la duración de la situación, confiando en que la desescalada será gradual y la curva de recuperación será también rápida», agrega.

«Debemos reinventarnos, apostar por la seguridad sanitaria y la comodidad del cliente», apuntan desde la hostelería

La mayoría de sectores quiere incluir nuevos tipos de servicios adaptados a las nuevas necesidades

Almudena Dehesa, responsable de marketing de Bodegas Nodus, incita a no bajar los brazos: «Está en el ADN del pequeño empresario levantarse y recuperar la actividad». La pregunta es cómo. Y la respuesta proviene de la reflexión, la experiencia y la adaptación. «Buscamos todos los huecos de mercado, y generamos otros nuevos, invertimos racionalmente. Nosotros estamos apostando por la exportación, por la venta 'online' y por el enoturismo. Podemos ofrecer experiencias al aire libre, en el campo, en las viñas, que están preciosas este año», destaca. Además, hace hincapié en la adaptación a la llamada «nueva normalidad»: «Estamos invirtiendo en seguridad e higiene, con arcos de ozono y dispositivos para tratar toda la bodega, definiendo protocolos para que quienes vengan estén seguros y disfruten de los vinos y nuestra finca, creando espacios al aire libre, y poniendo toda la ilusión y el empeño en salir adelante. Sin olvidar a nuestros socios de bares y restaurantes, que estamos deseando verles abrir y disfrutar de nuestra maravillosa gastronomía valenciana».

El propietario y gerente del restaurante Komori, Nacho Honrubia, coincide con Dehesa, en que los restaurantes lo han pasado «muy mal y los meses que vienen van a ser muy duros», pero «tenemos que reinventarnos, apostar por la seguridad sanitaria, la higiene y la comodidad del cliente». «De esta crisis sanitaria solo podemos salir de una forma: juntos», añade.

Nicolás Torrano, propietario de la inmobiliaria Ûrbanites, señala que «la pandemia es una invitación para reinventarse». «Fórmulas como las visitas virtuales, planos detallados con acotaciones, 'render' y 3D… son herramientas que vamos a tener que incorporar de forma inmediata a nuestra metodología de trabajo. También es un momento de cambio en las búsquedas y demandas de nuestros clientes. Hemos comprobado que ahora las peticiones de clientes de propiedades con patios, terrazas, naturaleza, tienen mucha más demanda que nunca, incluso en poblaciones limítrofes con Valencia o más alejadas aunque bien conectadas con la capital. El sector inmobiliario tiene herramientas para capear esta crisis si sabe leer los cambios y las necesidades del mercado y sabe adaptarse a ellos».

Por su parte, Pablo Chacón, fotógrafo y director de la escuela de fotografía Efedephoto, incide en el frenazo inicial de la actividad: «Los contratos, las exposiciones y las clases de fotografía desaparecieron como un suspiro». Pero en este último mes, continúa, «hemos tenido que redescubrir de nuevo la profesión, actualizándola, mutándola y presentándola con una nueva cara a los clientes y alumnos con la idea de encender de nuevo la mecha que nos lleve al cambio, a la esperanza». Y afirma: «Este tiempo ha servido para hablar con revistas, actualizar discos duros. Ha servido para plantear formación online de calidad, realizar conferencias al otro lado del Atlántico, ofrecer asesoramientos y tutorías a personas que necesitan ayuda. Ha servido para apreciar la profesión y sentir qué estaba mal y qué es lo importante. Ha servido para trazar puentes y sinergias con escuelas de fotografía de otros lugares. Unir a personas con las mismas inquietudes. Sumar, sumar, sumar. No sabemos hacia dónde vamos, pero seguimos, que es lo importante».

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