La Sareb dispone de suelo suficiente para construir 20.000 nuevas viviendas en la Comunitat
La entidad cuenta con una cartera de 2.440 parcelas listas para edificar distribuidas sobre todo entre Castellón y Valencia
La necesidad de incrementar el parque de vivienda pública crece mes a mes a medida que el Gobierno central trabaja para paliar la crisis con ... medidas como la cesión por parte de la Sareb de 40.000 viviendas a la Entidad Pública Empresarial de Suelo (Sepes). Una solución que, en el caso de la Comunitat Valenciana, no será del todo efectiva, ya que el 40% de los más de 6.600 inmuebles con los que cuenta el denominado banco malo ya se encuentran ocupados, por lo que no podrán sumarse a la oferta disponible para el alquiler social.
Sin embargo, según el estudio 'Los suelos vacantes y la sombra del legado de la crisis bancaria: el caso de la Sareb', publicado por el economista Ignacio Ezquiaga, la Sareb tiene un potencial mucho mayor para ampliar su cartera de viviendas. En el trabajo realizado para Funcas, Ezquiaga analiza la disponibilidad de suelo de la Sareb y extrae la conclusión de que el banco malo dispone de terreno suficiente para construir hasta 114.000 nuevas viviendas en toda España, únicamente teniendo en cuenta el suelo finalista (aquel que está listo para ser edificado) y el suelo urbanizable sectorizado (aquel que ya cuenta con planes específicos para su edificación). Una cifra que podría ascender hasta las 310.000 viviendas potenciales, si también se contabilizan los inmuebles asignables a suelos sin urbanizar.
De esas más de 100.000 potenciales casas que podría levantar la Sareb en toda España buena parte se ubicarían en la Comunitat Valenciana, donde la gestora cuenta con 2.440 suelos finalistas, según los datos del estudio. En su página web, la Sareb asegura que dispone de 5.485 parcelas en comercialización en la autonomía valenciana, aunque no distingue entre suelos finalistas, sectorizados o sin sectorizar.
Concretamente, tal y como explica Ezquiaga en su informe, en la región se ubicarían el 28% de los potenciales inmuebles que podrían levantarse en terrenos que pertenecen a la Sareb desde la burbuja inmobiliaria de 2008 y que ya están listos para ser edificados. En cifras absolutas esto supondría incrementar la cartera de vivienda de la Sareb en 20.146 inmuebles, que se distribuirían principalmente en las provincias de Valencia y Castellón.
Llama la atención el peso que podrían tener las dos provincias en estas operaciones, ya que entre las dos concentrarían 18.341 de esas potenciales viviendas (9.189 Valencia y 9.152 Castellón), dejando a Alicante muy atrás en la comparativa, ya que sólo se podrían edificar 1.905 nuevos inmuebles.
En el apartado de suelos urbanizables sectorizados, las posibilidades de la Sareb son menores. A nivel nacional se podrían construir unas 43.000 nuevas casas, aunque desde el organismo no se han facilitado datos de cuántas corresponderían a cada provincia. Sin embargo, Ezquiaga explica que el peso de estos proyecto en la Comunitat Valenciana sería muy inferior al que podrían tener aquellos desarrollados en suelo finalista.
Más allá de las cifras, el estudio incluye diversas conclusiones. Por un lado, Ezquiaga lamenta que la actividad de la Sareb se desarrollase «bajo restricciones y limitaciones financieras y de gestión muy severas», ralentizando el proceso de enajenación de los activos y con una «industria promotora de menores capacidades respecto a décadas anteriores», provocnado la interrupción de muchos de los proyectos planteados.
De modo que muchos de los suelos todavía viables no se adaptarían a los cambios regulatorios o a las nuevas necesidades territoriales, generando un excedente de suelos «de consecuencias negativas sobre la valoración de la cartera de Sareb y, sobre todo, para la generación a largo plazo de nueva oferta residencial», que a su vez puede haber tenido un impacto negativo en cuestiones como el precio de la vivienda.
Según Ezquiaga, la devolución de los activos al mercado debe ser una cuestión prioritaria. Hacerlo pasa por «generar los incentivos para que la Sareb y los demás grandes propietarios privados o públicos, promotores y autoridades urbanísticas colaboren en el desarrollo del planeamiento y realicen las inversiones y saneamientos necesarios para terminar su transformación en solares finalistas y edificar».
A corto plazo, el economista confía en una reactivación de los activos propiedad de la Sareb mediante una cesión progresiva tanto de inmuebles como de parcelas al Sepes.
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