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Fernando Pacheco (Madrid, 1978) está al frente de MSC Cruceros España desde 2017, división que cumple ahora veinte años de presencia en la ciudad ... de Valencia y que afronta la anunciada prohibición de los llamados megacruceros en 2026 en el puerto. Según datos de la propia compañía, generó en Valencia un impacto turístico de 27 millones en 2024.
–¿Cómo ha sido la evolución durante estos años, desde sus inicios hasta ahora, con dos barcos que salen desde el puerto de Valencia en verano y otro en la temporada de invierno?
–Ha sido una evolución no sólo cuantitativa, sino también cualitativa. En primer lugar, el tipo de producto que hoy traemos a la ciudad es muy diferente al de hace 20 años. Básicamente porque la industria del crucero también está evolucionando. ¿Cómo? El barco en sí es un destino y, al mismo tiempo, ofrece más servicios: de los 250.000 pasajeros en tránsito del año pasado, 190.000 compraron una excursión. Esto antes no sucedía, el número era muchísimo menor, básicamente porque antes ofrecíamos uno o dos tipos de excursiones. Ahora mismo, en Valencia, podemos estar ofreciendo ocho o nueve diferentes, lo que ha provocado que el consumo en tierra haya cambiado mucho: de hacer sólo el Oceanogràfic o el centro a muchas otras opciones.
–¿Incluso más allá de la ciudad?
–Sí, estamos empezando a tener clientes que demandan ya salir fuera de la ciudad de Valencia. ¿Por qué? Porque tienes un tipo de pasajero que ya ha venido a Valencia varias veces y quiere conocer mucho más con la familia. Incluso ofrecemos excursiones en bici por Valencia en grupos reducidos de personas para controlar de manera segura a 10-15 ciclistas.
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–¿Se han popularizado los cruceros en los últimos años?
–La gente se lo plantea como una forma de ir de vacaciones. Antes lo tenía como algo que no estaba al alcance de todos los bolsillos. Eso se ha perdido y, además, hay que ser conscientes de varias cosas. En primer lugar, después de la pandemia el turismo ha sido un sector que ha crecido y evolucionado mucho. En España, por ejemplo, el año pasado se batió récord de turista, acercándose a los 100 millones. Creo que esto está provocando que la industria hotelera haya incrementado mucho los precios, por lo que el mundo del crucero se está convirtiendo hoy en un producto mucho más interesante para muchos primeros cruceristas, ya que la evolución del precio ha sido menor. Antes pensaban que era un producto de lujo y no lo es. Mira, por ejemplo, unas vacaciones a bordo de un barco de MSC con bebidas y comida incluidas son de media unos 140 euros por persona y noche. Otro de los motivos, aunque tampoco soy objetivo, es que sus vacaciones son más completas y sencillas para un viaje internacional porque no cambias de 'hotel'.
–¿Hay un perfil del crucerista en cada ciudad?
–Depende de la época. En verano hay mucha familia y en invierno hay un perfil de edad más avanzada. Por ejemplo, en la vuelta al mundo que hacemos todos los años el perfil de edad es alto. En las islas griegas tienen muchos más novios. Es decir, hay un perfil de cliente.
–Veinte años en Valencia. ¿Cómo habéis vivido la transformación de la ciudad?
–De partida Valencia es una ciudad que a nivel de infraestructura está creciendo mucho y bien. La línea de alta velocidad es una prueba de ello. El aeropuerto de Valencia, también. ¿Cuántos vuelos internacionales llegaban a Valencia en 2005 y cuántos llegan hoy? Esto también es un componente que ayuda a posicionar un barco en Valencia o en otro puerto. Si tú tienes llegadas de líneas aéreas internacionales, ahí es bueno que haya un barco, porque los barcos se llenan y no sólo de clientes de Valencia o Castellón. Es que hay un 15% de clientes que vienen de fuera de España. Valencia tiene que tener una terminal de cruceros.
–Iba a preguntarle por la nueva terminal de pasajeros en la que MSC también está interesada.
–El grupo MSC está construyendo una terminal de carga porque era necesario. En cruceros está pasando lo mismo. El crecimiento del volumen de cruceros en Valencia ha sido mucho mayor en los últimos cinco años que en los anteriores quince. Entonces es más acuciante esa necesidad que tenemos de una terminal de cruceros para una operativa cómoda del pasajero. Y, además, lo primero que ve el turista al llegar a Valencia es la terminal, que es la carta de presentación. Tarragona y Málaga han construido su terminal, en Barcelona nosotros hemos construido nuestra propio terminal. Y, sí, nos gustaría tener una terminal Valencia.
–¿Qué planes tienen para Valencia en cuanto a operativa?
–En 2026, dos barcos en verano en verano y uno invierno, eso no cambia. Seguimos manteniendo la misma programación que hemos tenido en 2024 y este 2025. Entre 2026 y 2027 llegan dos barcos nuevos: uno que se posiciona en Barcelona y otro que aún no lo sabemos. A priori, estarán los mismos barcos en Valencia (dos y uno) en 2027; hay planes, pero no está aún definido.
–¿Pueden afectar las obras de la terminal norte?
–Sí, este año va a ser un verano donde vamos a estar afectados por obras. La operativa para el embarque y desembarque no se va a ver muy afectada, pero el cliente que viene en tránsito va a requerir de otra operativa por parte nuestra y del puerto para que sufra lo menos posible para visitar Valencia. Valencia es una ciudad que tiene el mar delante, que el mar es una puerta de entrada de turistas y de mercancías. Entonces, igual que en la ciudad ha crecido el tren, el aeropuerto o las carreteras, Valencia tiene que crecer en red de infraestructura marítima, como con la terminal de pasajeros.
–¿Temen que los aranceles anunciados por Donald Trump puedan tener un impacto sobre el turismo?
–Por el momento no porque la reserva de cruceros de verano se hace con mucha antelación y tienes cubierto cerca del 80% a estas altura de la temporada. Eso sí, todo lo que provoque un descenso económico va a impactar. ¿Qué puede afectar? En que vengan menos turistas americanos a España, pero el español podrá seguir viajando, salvando que aquí haya una situación económica complicada.
–Son constantes las críticas hacia el turismo de cruceros, su desembarco en las ciudades por la masificación, ¿están justificadas? ¿Qué les diría?
–En primer lugar, somos una industria todavía muy joven y pequeña. Y si pones números para responder a esta pregunta podrían confirmar lo que estoy diciendo. MSC, por ejemplo, tiene 600.000 pasajeros en emisión en un país de 49 millones de habitantes y con una penetración de casi 100 millones de turistas. Así que lo primero que diría es que cojamos números para entender cuál es el peso del crucero en la llegada de turistas a cada ciudad. En segundo lugar, somos un tipo de industria que vende conceptos como cultura, gastronomía o arte en las ciudades que tocamos. Entonces, nosotros queremos, y necesitamos, vivir en armonía con el ciudadano local. Estamos en contacto con todas las instituciones para que nos digan a qué hora quieren que pongamos los turistas en el Oceanogràfic o el Museo Picasso.
–Como experto en cruceros, ¿qué es un megacrucero? Porque nadie me lo ha sabido explicar hasta ahora.
–Yo tampoco lo sé. No te lo puedo decir, no te lo puedo definir. Y no es por no responder una posible pregunta sensible; es que no te lo puedo responder porque al menos ahora mismo, en el mundo de la industria de los cruceros, yo no presento mi producto como el barco más grande en tamaño, sino que presento experiencias en tierra y a bordo. Hay barcos de mi compañía que atracan en Valencia con 450 suites y excursiones para apenas 15 personas. Y al mismo tiempo hay barcos con 2.300 cabinas. ¿Es un megacrucero? No lo sé. Como tampoco te diría si hay excesiva concentración de aviones entre las 12:00 y las 14:00 horas un 15 de agosto en el aeropuerto o cuántos pasajeros llegan en tren en un puente.
–La alcaldesa, María José Catalá, anunció hace un año la prohibición de los megacruceros en 2026, ¿les puede afectar?
–No te lo puedo decir porque no puedo definir qué es un megacrucero. Pero vuelvo a insistir, si esto va unido al número de turistas que va a bordo del barco, que intuyo que va por ahí, recuerdo que el mundo del turismo tiene que convivir con la ciudad. Por eso, ¿qué es un megacrucero? Habría que preguntárselo al que utiliza esa palabra. Pero, al mismo tiempo, si el número de turistas es el que define un megacrucero bajo la perspectiva de la institución o persona que lo menciona, pues utilicemos números para ver cuál es el peso de la industria del crucero, que aún es pequeña.
–La descarbonización es una de las grandes preocupaciones del sector marítimo. En su caso, ¿cómo lo están abordando?
–Desde 2008 hemos reducido casi un 40% la emisión de CO2. A día de hoy todos los barcos nuevos que salen de astilleros lo hacen con gas natural, que es el combustible fósil menos contaminante que existe. Y, por ejemplo, todos los barcos nuevos tienen ya una conexión a la red eléctrica de la ciudad aunque para eso tiene que haber infraestructura en los puertos. Y no consumimos agua de la ciudad porque tenemos plantas desalinizadoras.
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