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Una mujer trabajando clementinas con hoja, una confección muy demandada y que consigue el punto de color y maduración en el árbol.
Es tiempo de clementinas

Es tiempo de clementinas

Vicente Lladró

Valencia

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Sábado, 4 de noviembre 2017

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Linus Pauling, que fue dos veces Premio Nobel (de Química y de la Paz), defendía que consumir altas dosis de vitamina C era muy conveniente para prevenir enfermedades degenerativas, hasta el punto de que él mismo así lo hacía y fundó una institución que lleva su nombre (en la Universidad de Oregón) dedicada a investigar el papel beneficioso para la salud humana de la vitamina C y de otros micronutrientes.

Cuando ya contaba con 90 años convocó una rueda de prensa que en cierto modo tenía un carácter provocador, porque en ella anunció que sufría un tumor en el colon. La pregunta era obligada. ¿No decía el sabio que altos consumos de vitamina C ayudaban a evitar el cáncer? A ello respondió que, efectivamente, así era, pero a fin de cuentas se le había presentado cuando ya tenía 90 años, no antes, como a muchos pacientes, y que su intención era que aún viviría unos pocos años más. Murió el 19 de agosto de 1994; había nacido el 28 de febrero de 1901.

Algo fundamental: más que limitarse a tomar zumo de naranja, mejor comerla

Junto a la ingesta de vitamina C, Pauling defendía que no era lo mismo tomarla pura, con preparados farmacéuticos, que a base de consumir fruta fresca, especialmente cítricos, porque de esta manera se toman auténticos cócteles de sustancias antioxidantes (otras vitaminas, carotenoides, flavonoides, minerales, fibra…) que interaccionan en la misma dirección. Y algo fundamental: más que limitarse a tomar zumo de naranja, mejor comerla, porque es la única manera de ingerir todo lo necesario, incluida la pulpa. En cualquier caso, si se opta por un zumo, que sea recién hecho y sin separar la pulpa. El zumo ha de beberse cuanto antes, porque una vez hecho empieza a oxidarse, lo que le da un sabor extraño, además de que pierde buena parte de sus virtudes saludables.

Nosotros tenemos la suerte de vivir rodeados de plantaciones de cítricos, que se extienden desde Tarragona hasta Huelva, lo que permite contar con una producción realmente de proximidad, que en su mayor parte se exporta. España es líder mundial en producción y exportación de naranjas y mandarinas para consumo en fresco y la Comunitat Valenciana centra el 60% del total del país y el 80% del comercio marquista y exportador. Otros países superan a España en producción, como Brasil, EE UU o China, pero destinan la mayor parte a la industria de zumos (Brasil y EEUU) o al autoconsumo (China, que cada año aumenta sus compras a España).

La gran paradoja es que en España, y más contradictoriamente en tierras valencianas, hay muy escasa cultura naranjera, falta información de cara al consumidor, y eso no es achacable a la propia ciudadanía, sino al mismo sector productor-comercial, que no se ha preocupado de aleccionar sobre las distintas variedades que tenemos, su escalonamiento a lo largo del año, las principales características y virtudes de cada una…

Una tónica muy extendida a todos los niveles es que se habla a menudo de naranjas y mandarinas, generalizando, cuando es notorio que tanto entre las naranjas como en las mandarinas hay mundos por descubrir y largas listas de variedades y subvariedades que conocer para apreciar mejor; y, naturalmente, para poderlas pedir al comprar, sabiendo en cada momento qué hay, qué se puede esperar, para que no nos den gato por liebre.

Naranjas y mandarinas. Variedades y subvariedades

Ahora mismo, podemos decir que estamos entrando ya en plena temporada de las clementinas; no tanto de las naranjas, todavía, porque las primeras que llegan a las tiendas están algo tirantes, no han alcanzado su plena madurez, por lo que se las comerán a gusto quienes gustan de un sabor algo más ácido; en cambio, los que buscan más dulzor tendrán que añadir azúcar, o mejor aún miel, o decantarse por las clementinas.

Las clementinas abarcan uno de los tres grupos de las mandarinas, junto a las satsumas y los tangelos híbridos, que vienen más adelante y que a veces se denominan también genéricamente como mandarinas o se confunden con las propias clementinas, por cuestiones comerciales.

Clementinas. Satsumas

De las satsumas apenas encontramos oferta en España, es fruta más apetecida en los mercados de Gran Bretaña y Austria, en cuanto a consumo en fresco. Casi toda la producción española de las subvariedades Iwasaki, Okitsu y parte de la Owari (la más clásica) se destina a la exportación y la mayor parte de ésta última a su transformación industrial en conservas de gajos en almíbar, que también se exporta casi por entero.

Las clementinas sí que son las auténticas reinas del consumo en fresco por su sabor y fácil pelado a mano. Son además, en su amplio abanico varietal, productos que se han desarrollado en el campo valenciano, donde no cesan de aparecer mutaciones, a veces de interés, que van ensanchando la oferta. Al igual sucede en Australia con las naranjas tardías. Se ve que esto de las mutaciones va por países, o por agricultores más especializados en fijarse en unas u otras.

Clementinas. Clemenules

La reina indiscutible de las clementinas es la Clemenules, con su hermana Orogrande (cuesta diferenciarlas, casi imposible). En ellas radica la mayor oferta, que se extiende desde estos días, recolectando en las zonas más tempranas, hasta después de Navidad. Si la climatología acompaña (predominio de temperaturas frescas, sin llegar a helar, y pocas lluvias, que estropean la piel de la fruta madura), algunos años se puede prolongar su presencia hasta finales de enero.

Principal. Recolección de las clementinas tempranas. Foto: Juanjo Monzó Drcha. Venta de Navelinas en el Mercado Central de Valencia. Foto: Javi Peiró Izqda. Clementinas tempranas en el árbol. Foto: Toni Losas
Imagen principal - Principal. Recolección de las clementinas tempranas. Foto: Juanjo Monzó Drcha. Venta de Navelinas en el Mercado Central de Valencia. Foto: Javi Peiró Izqda. Clementinas tempranas en el árbol. Foto: Toni Losas
Imagen secundaria 1 - Principal. Recolección de las clementinas tempranas. Foto: Juanjo Monzó Drcha. Venta de Navelinas en el Mercado Central de Valencia. Foto: Javi Peiró Izqda. Clementinas tempranas en el árbol. Foto: Toni Losas
Imagen secundaria 2 - Principal. Recolección de las clementinas tempranas. Foto: Juanjo Monzó Drcha. Venta de Navelinas en el Mercado Central de Valencia. Foto: Javi Peiró Izqda. Clementinas tempranas en el árbol. Foto: Toni Losas

Otras clementinas

Las primeras Clemenules comparten ahora su protagonismo con otras clementinas más precoces, como la Oronules (más pequeña pero deliciosa), Esbal, Orogrós, Arrufatina, Clemenpons…, como antes se sucedieron Marisol, Clemenrubí, Basol…, de las que quedan restos que no deben engañar en su preferencia a las que ahora están en plenitud: últimas Oronules y Esbal, para pasar directamente a Clemenules y Orogrande, que se comercializan juntas porque realmente son clones de una misma cosa, y la Clementina Fina, la auténtica, cuya producción ha ido a menos por su tendencia a dar frutos de menor tamaño, aunque buenísimos.

Si prefieren las naranjas dulces y en plenitud, no tengan prisa, no se precipiten y aprovechen que disponen de estas clementinas que sí están completamente maduras. Y si quieren hacer zumo no estará mal que prueben con las clementinas; se van a sorprender, y pueden elegir para ello alguna oferta más barata, confiando la compra para comer en fresco a la fruta de mejor presencia y calidad.

Naranjas. Navelina

Pero el caso es que las naranjas ya están ahí, en algún caso con un aspecto magnífico y más maduras de lo que cabría esperar, aunque no todas lo estén del todo. Son de la variedad Navelina, del grupo Nável (ombligo en inglés, por el aparente ombligo que tienen los frutos en el punto opuesto al pedúnculo). El grupo de las Nável abarca la mayor parte de la producción española y del mundo para consumo en fresco. Son menos adecuadas para zumo industrial porque tienen un poco menos de rendimiento de jugo que las ‘blancas’ y contienen limonina, una sustancia que tiene sabor amargo al oxidarse, cosa que sucede a partir de romper las celdillas de la fruta. Por eso si se hace zumo en casa hay que beberlo cuanto antes, aprovechando su plenitud de sabor antes de que notemos cierto enranciado. Sin embargo, las Nável tienen un equilibrio idóneo entre la textura de la pulpa y el justo punto agridulce, unas propiedades organolépticas inmejorables que las hacen las mejores para comérselas. Un día explicaremos sobre su origen, su posterior desarrollo en Estados Unidos en el siglo XIX y por qué se denominaron Washington.

Naranjas. Otras Nável

En realidad, la Washington Nável es la variedad matriz de todas las del grupo, cuya madurez llega después de la Navelina, con varias subvariedades como la Frost, la Thomson, la Fischer… Entre nosotros la que predomina ahora como Nável-Nável es la Foios, porque es una mutación que se originó en esta población valenciana (como la Clemenules surgió en Nules). Las variedades no aparecen bruscamente, unas detrás de otras, sino que se van solapando, porque no maduran todas a la vez, sino en función de cada comarca y ubicación, tipos de suelo, patrones, forma de cultivo, etc. De ahí que se puedan encontrar Návels en diciembre cuando aún quedarán Navelinas, y entre medias de ellas aparecerá una exquisitez que se llama M7, que proviene de Australia y de la que empieza a haber una pequeña producción en España.

Naranjas. Nável Lane Late y las subvariedades tardías del grupo

La sucesión de Návels queda garantizada con la Nável Lane Late, que empieza a recolectarse a mitad de enero y se prolonga hasta abril o primeros de mayo, y a continuación las subvariedades tardías del grupo: Rhode Summer, Powell, Barnfield y Chislett, cuya comercialización puede alcanzar hasta bien entrado el verano.

Aquí debemos recordar que sigue existiendo una variedad muy valenciana, la Navelate, que durante mucho tiempo fue la más cara de toda la citricultura, la más apreciada y buscada, porque indudablemente es la mejor del mundo por su sabor incomparable, pero en la actualidad, lamentablemente, está en franca recesión, arrinconada por la oferta creciente de las demás Návels tardías, que no llegan a su altura en cuanto a cualidades organolépticas, pero la superan en calibre (muchas veces el tamaño es sinónimo de calidad) y regularidad productiva. Es una mutación espontánea de Nável que apareció a finales de los años 50 en un huerto de Vinaroz de la familia de viveristas Gil y en la actualidad es una lástima que quede relegada, porque realmente es tenida por los máximos especialistas como la de mejor sabor, pero las cosas son así, los comercializadores buscan los que demanda el mercado y los agricultores se han de ir acoplando a ello.

Naranjas. Salustiana

La Salustiana es otra variedad de naranja genuinamente valenciana, es del grupo de las ‘blancas’ (sin ombligo) y su mutación fue descubierta en un huerto de la población valenciana de L’Énova a mitad del siglo pasado. Es la más idónea para zumos en casa, porque tiene el mayor rendimiento y no contiene limonina. Aparece en el mercado entre finales de diciembre y febrero, pero en los últimos años ha ido menguando la producción, sustituida por las Nável y las clementinas, y cuesta encontrarlas en los mercados, fruterías y lineales de España, ni siquiera en Valencia, destinándose la mayor parte de la cosecha a la exportación, principalmente a Bélgica y Holanda. Si los consumidores de aquí la conocieran la pedirían a sus proveedores, al igual que pasaría con la Navelate.

Naranjas. Valencia late

La otra naranja ‘blanca’ es la Valencia late, la más tardía de todas, llega junto a las últimas Návels tardías y se prolonga más allá que éstas, alcanzando casi a enlazar con la siguiente temporada, junto a las naranjas importadas a finales de verano del hemisferio sur.

Siguiendo con las clementinas, debemos señalar que cuando las Clemenules ya están bien asentadas, a finales de noviembre-primeros de diciembre, aparece la Clemenvilla o Nova, que no es una clementina, sino un tangelo híbrido, y que se identifica claramente por su piel más prieta, que cuesta algo más de pelar, y su pulpa turgente. Dura en el mercado más o menos hasta finales de enero o primeros de febrero y se solapa, conforme acaba la Clemenules, con la Hernandina, que es nuestra clementina más tardía y nació en Alcàsser.

Después aparecen las variedades híbridas tardías, casi todas patentadas, como la Nadorcott, la Tango, la Orri, la Or, la Mor y un elenco de mutaciones provocadas o espontáneas de la Murcott, buscando combinar su gran calidad con algo más de tamaño y ausencia de semillas, com o Murcott Seedles, Murta, Murina… Hasta alcanzar el verano, cuando ya empieza a apetecer más la fruta de hueso de temporada. A cada tiempo lo suyo, y ahora estamos en época de cítricos, sobre todo de clementinas, sin desdeñar las naranjas, que ya están entrando en madurez. Las noches frescas de los últimos días ayudan a que alcancen más pronto su madurez

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