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Los promotores de Tarongino, el primer vino hecho a base de naranja. LP
Las pequeñas revoluciones de la naranja

Las pequeñas revoluciones de la naranja

El3ments y Tarongino, dos proyectos jóvenes de la Comunitat, apuestan por una manera más responsable de entender el producto autóctono

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Sábado, 4 de noviembre 2017

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En un sector tan tradicional como el de la naranja, también hay hueco para la innovación. Jóvenes de la Comunitat se han puesto manos a la obra para crear marcas que buscan revolucionar el mercado haciéndolo más sostenible, responsable y cambiando la relación con el cliente.

Es el caso de Hèctor Molina, un agricultor villarealense que abandonó su trabajo en el sector de la construcción por el campo y actualmente es considerado como uno de los grandes divulgadores de este tema en la Comunitat. El proyecto de Molina, El3ments, tiene el doble objetivo de recuperar semillas autóctonas -principalmente cítricos- que se extinguieron comercialmente plantándolas en campos abandonados. Su método de cultivo es ecológico y responsable, con más pretesiones hacia sus clientes que hacia el gran mercado: “No los tratamos como meros compradores. El proyecto empezó en una cochera y nosotros funcionamos por el tú a tú, dando mucha información y recomendando. Por eso podemos explicarles que nuestra naranja es más pequeña, tiene menos agua, más vitaminas, y por eso mejor, transformando un supuesto hándicap en beneficio”.

Molina cree, ante todo, que el consumidor ha de saber lo que compra, mirar bien el etiquetado y el origen y buscar siempre piezas de temporada: “Si quieren una naranja de calidad, yo este año no compraría ninguna hasta mitad de noviembre”, aconseja. De paso advierte que falta información al consumidor, pero también implicación.

«Al consumidor le falta información, pero también implicación»

Hèctor Molina

Hèctor Molina afronta este inicio de campaña -como siempre- con mucho optimismo, aunque este año haya un 30% menos de fruta. Sus deseos están puestos en el clima, no solo porque el frío haga madurar mejor la naranja, sino porque además dispara el consumo de cítricos.

Otro proyecto que despunta en el mercado valenciano es Tarongino, el primer vino hecho de naranja, desde la huerta del Camp de Morvedre. Naranjas Ché es una empresa familiar que ha dado un giro de 180 grados a su filosofía desde que en 2004 tres hermanos se hicieron cargo de un legado de más de cinco generaciones. Sin haber abandonado el cultivo y distribución tradicional, introdujeron prácticas biológicas y más tarde crearon el aperitivo de naranja.

Su elaboración es similar a la del vino. Recogen la naranja, la envían a una empresa externa para que saquen el zumo y este lo fermentan para sacar el aperitivo que comercializan. Las piezas seleccionadas no tienen porqué ser bonitas ni cumplir un tamaño o un peso concreto. Con Tarongino la empresa ha sabido sacarle partido a lo conocido como «desecho» o «naranja para zumo».

El reto de esta pequeña empresa es el de seguir un camino que empezaron a emprender el año pasado: el de internacionalizarse. Actualmente, su distribución es modesta pero creciente, y su Tarongino ya empieza a sumar kilómetros. Las innovaciones valencianas traspasan fronteras.

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