La mamá de Lucas es la 'jefa' del tenis español

Lo hizo posando en una pista de tenis. Toda una muestra de intenciones de compaginar la maternidad con su trepidante vida profesional vinculada al deporte que descubrió una mañana de domingo, hace ya muchos años, mientras su padre jugaba a frontón con sus amigos. «Debemos mentalizarnos de que nos va a cambiar la vida, pero intentaremos que sea lo menos posible. Igual hay que viajar alguna semana menos, pero lo iremos viendo», apunta.

Luchadora nata, Anabel Medina completó una fructífera carrera deportiva a pesar de la dura lesión de rodilla que sufrió cuando iba lanzada hacia la cima del tenis mundial. Con la retirada definitiva tras los Juegos de Río, afrontó sus proyectos vinculados, cómo no, a la raqueta. «Quiero hacer más fácil la vida a las chicas que empiezan», ha venido repitiendo desde entonces. Explotó la faceta de entrenadora con Jelena Ostapenko y de directora de torneo en Valencia. «A las tenistas españolas les viene bien competir en casa», razonó. Y su iniciativa ha ido creciendo hasta alcanzar el circuito WTA en la edición que se celebrará en junio.

Para entonces el embarazo cumplirá ocho meses. «Decidimos que había llegado el momento de ser padres, pero cuando llegase. Parece planificado, pero no», comenta. Lucas, su hijo y el del periodista Antonio Arenas tendrá tres meses cuando, en noviembre, España afronte las finales de la Billie Jean King Cup. Anabel Medina también mantendrá el cargo de capitana del equipo, que asumió en 2017 y para lo cual tuvo que dejar de trabajar con Ostapenko: «¿El niño? Estará en la grada con su papá, animándonos».

«Antes de la eliminatoria contra Países Bajos, cuando hablé con las chicas para pedirles un poco de paciencia y comunicarles el nombre del bebé estaban todas encantadas», recuerda: «A veces en la comida, si decía que se me había olvidado, por ejemplo, el agua querían ir ellas. Yo les decía: ‘Puedo yo, que no estoy enferma’».

En 2020, en una eliminatoria contra Japón, Sara Sorribes logró una de las grandes victorias de su carrera, ante Naomi Osaka, que era número uno del mundo. «Entonces de la euforia me abrazó, me levantó y empezó a dar vueltas conmigo. Antes de jugar el viernes le dije: ‘Sara, esta vez tienes que contenerte un poco’. Cuando ganó, vino y me acarició de forma cariñosa la barriga», relata.

Anabel Medina, como madre, también visibiliza un avance necesario en el deporte de élite femenino: «Yo no me puedo quejar, al contrario. Sólo he recibido facilidades, estoy muy agradecida a la Federación Española. Se han alegrado por la noticia y me he sentido respaldada». También destaca que en el circuito, de unos años hacia aquí, existe el ránking protegido, como cuando se produce una lesión grave, para las tenistas que deciden ser madres.

«Mientras yo estuve en activo estuve al 100% centrada en mi carrera, pero hay chicas que tienen un sentido de la maternidad mucho más fuerte y con 23 años quieren ser madres. Afrontar ese reto con la tranquilidad de poder volver es una gran ayuda», señala. Anabel Medina se muestra feliz y decidida a seguir trabajando por el tenis en diferentes facetas: «En mi vida siempre he sido ambiciosa. La conciliación no es sencilla, pero con la ayuda de la pareja, se puede».