Raúl Fernández marca el mejor tiempo en los entrenamientos de MotoGP en Cheste
El madrileño marca la vuelta rápida en el Ricardo Tormo con 1:29:373 aunque no esconde su decepción por no probar ningún paquete nuevo de la Aprilia para 2026. El turco Toprak Razgatlioglu, que debuta en el Mundial tras triunfar en Superbikes, centra todas las miradas en el Circuit
«Estoy un poco decepcionado pero con lo que tenemos, tenemos que sacar el cien por cien». Aunque parezca mentira, son palabras del piloto que marcó ayer el mejor tiempo en los entrenamientos oficiales de MotoGP en el Ricardo Tormo. La primera, y habitual, parada preparatoria del siguiente campeonato previa a las vacaciones. Las pronunció Raúl Fernández, en DAZN, tras una jornada de trabajo donde paró el crono 1:29:373 en la vuelta 43 de las 52 que realizó al trazado con la moto del Trackhouse Team, equipo norteamericano que rueda con Aprilia. Las novedades de la marca las probaron los pilotos oficiales, como Marco Bezzecchi, que fue el que marcó el segundo mejor tiempo con 1:29:400. «Siempre estoy dispuesto para Aprilia, si quieren probar cosas conmigo lo hago sin problemas pero como no depende de mí. Con lo que me dan tengo que darles la mejor de las impresiones y rodar cerca de mis tiempos. Eso es lo que me limito a hacer», sentenció Fernández. El tercer mejor tiempo fue para el actual subcampeón del Mundo de MotoGP, Álex Márquez, a 84 milésimas de Fernández. Su hermano, y actual campeón Marc, fue la gran ausencia en Cheste debido a su lesión. Los cambios de categoría siempre cuestan. Diogo Moreira es el último en comprobarlo. El flamante campeón en Moto2, celebró su título en Cheste el pasado domingo, se subió por primera vez a una MotoGP con su nuevo equipo, el Honda LCR, y su mejor vuelta se quedó a 1 segundo y 824 milésimas del tiempo de Raúl Fernández. En penúltima posición.
Todos los focos apuntaron al mismo box desde primera hora buscando a un debutante turco. Y a los pocos minutos llegó la primera de las muchas imágenes que a buen seguro nos va a regalar el que apunta a una de las sensaciones de los próximos años. Toprak Razgatlioglu, que ha dado el salto a MotoGP tras triunfar en Superbikes, se estrenó con el Prima Pramac Yamaha, con el dorsal 7 en el morro de su M1, portando una gran caja con dulces. El de Antalya quiso obsequiar en su primer día a los mecánicos y miembros de su nuevo equipo con un surtido de los tradicionales dulces turcos para que el desayuno fuera más sabroso. Fue el aviso de una jornada intensa de trabajo puesto que fue el piloto que, de largo, más entradas y salidas realizó en el box. En varias ocasiones, sólo dio una vuelta al Ricardo Tormo antes de volver para que le aplicaran algunos ajustes. Sus charlas con Fonsi Nieto, el coach de pilotos del equipo, fueron constantes. Razgatlioglu fue el sexto piloto que más vueltas completó al Circuit, con 53, pero se tuvo que conformar en su estreno con la posición 18 de 22 en cuanto al tiempo; un 1:30:667 que marcó en su vuelta número 43 al trazado de Cheste.
Aunque durante todo el día lució un sol espectacular en Cheste, los chubascos caídos en la tarde del lunes jugaron una mala pasada a los 2.000 aficionados que asistieron a la jornada matinal que comenzó oficialmente a las 10 de la mañana, aunque la primera moto oficial no asomó de su box hasta pasadas las 11 provocando una gran ovación en la grada. El agua acumulada en zonas del trazado obligó a sacar el Safety Car a las 12:15 para secar la pista en algunos tramos (se utilizaron entre otras herramientas sopladoras) para que el trabajo se pudiera acumular en la jornada de la tarde. Pilotos como Pedro Acosta decidieron no probar nada hasta ese momento y, tras el incidente, la dirección de carrera decidió prorrogar en media hora el horario de la sesión preparatoria. Esa circunstancia motivó que, antes de la una de la tarde, sólo fueran dos pilotos los que salieran a pista, Jack Miller con un vuelta y Maverick Viñales con dos. Acosta entretuvo al público asistente accediendo a la insistente petición de una familia para que firmara una gorra a un niño. Este grupo de aficionados no dudaron en lanzarle una cuerda y un rotulador para que la firmara, la enganchara y pudiera llegar a su destino. La ovación fue de gala para el tiburón de Mazarrón. En la pista, terminó quinto.
